La gracia del impuesto no se debe a que estrictamnete el que menos contamina pague menos. En primer lugar porque es un concepto hasta discutible, ya que: ¿Qué contaminación es más rentable? ¿La de alguien que va a trabajar o que usa el coche durante su actividad productiva o el que la usa para dar un 'rulillo'. En los primeros casos la contaminación es (más o menos) inevitable o al menos justificable desde el punto de vista de la política social y en el segundo, algo más discutible. Una moto o coche de competición en el Jarama o en Montmeló, evidentemente contamina un huevo más que los mismos kilómetros de ruta en carretera abierta, pero si lo hacemos con una moto no matriculada, eludimos el impuesto, ya que el momento en que se produce el pago de dicho impuesto es en el momento de la matriculación.
O sea, que en primer lugar el sistema no es perfecto, ya que siempre es posible encontrar criterios lógicos que escapan al impuesto una vez fijado el principio que dicho impuesto debía gravar. Y en segundo, no se grava la contaminanción en sí de forma absoluta.
En rigor, lo que (teóricamente) se grava es que pudiendo para fines similares, elegir un vehículo dentro de un determinado tipo, se elige uno que contamina más. Ese es el hecho a imponer. Se cobra para que la industria (del automóvil, de la moto o de los camiones de 20 ejes) intente mejorar la eficiencia de los motores. Si ya, todas las motos estuvieran exentas los fabricantes no tendrían estímulos para mejorar el control de emisiones. Análogamente, se prima a los compradores que elijan vehíulos, dentro de la elección de tipo, que contamine menos.
Con el tiempo, la tabla de emisiones y tipo impositivo debe variar con el tiempo, según los fabricantes se hagan más eficientes, de manera que se mantenga la zanahoria y el palo delante de la cuenta de resultados de la industria.
Es logico, bueno y sensato (de acuerdo con el espíritu del impuesto, que también se puede 'negar la mayor) que la tabla para motos sea distinta de la de camiones (¿o todos los camiones deben pagar el máximo sea cual sea el esfuerzo de los fabricantes por disminuir emisiones? A todo esto, ignoro si hay tabla específica de camiones, si no la hay, debería haberla).
Y por todo lo anterior, resulta disparatado el cobro de dicho impuesto en un tipo espacial para motos (y coches) por encima de una determinada potencia. Eso si es infumable, con claro interés por el choriceo del dinero del sifrido contribuyente y contraproducente con el espíritu de la ley, ya que desaparace, una vez superado los 100 CV el interés de los fabricantes por mejorar su producto desde el punto de vista medioambiental.