El año pasado, con casi 14 años de ella, estuve a punto de comprarle una, y al final no lo hice porque el cambio de legislación que provocaba el retraso de la edad para la obtención de la licencia de ciclomotores le afectaba y no íbamos a dejar la moto parada un año y medio.
Este año ya vuelve a la carga con lo mismo, pero la diferencia es que no voy a comprársela por lo que os cuento a continuación.
En principio este año me marchaba a Cabo Norte, cosa que por motivos que no vienen al caso al final no voy a hacer.
Como tenía claro que mi mujer no me iba a acompañar se lo propuse a mi hija. Después de preguntarle varias veces al respecto, de cambiar rutas para hacerlas más "a su gusto" y de estar esperando su respuesta definitiva varias semanas, yo diría que hasta meses, un día le dije que ya que no me había contestado entendía que no tenía mucho interés en hacer ese viaje y que ahora, aunque ella quisiera, era yo el que no quería que viniera conmigo (el cabreo que tenía era de cojones, pero cuando digo algo no me bajo del burro fácilmente).
Ahí quedó todo, pero un tiempo después me saca el tema de la compra de su moto..., y ante su insistencia, le contestó que no va a tener moto, (os podéis imaginar el pollo que se montó), pero en contra de lo que posiblemente hubieran hecho mis padres ante una situación igual, yo decido explicarle el motivo.
Dado que no quiso hacer ese viaje, sueño de todos los moteros (justificado o no, aunque hoy con las motos que tenemos y los móviles, tarjetas de crédito, etc, me parece que no está tan justificado como aventura aunque cada uno podamos tenerlo como "nuestro sueño"

, le digo que no la veo muy motera. Que si no es motera, sólo justificaría que tuviera moto por una cuestión de trabajo, y entonces la moto pasaría a ser una "herramienta de trabajo", pero que como tampoco trabaja no necesita "la herramienta".
Me imagino yo a mi padre con dos motos en el garaje, entrando en circuito a veces, menos de las que me gustaría, y oliendo a gasolina todo el día y yo rogándole que me dejara "saborear" tan delicioso manjar. Anda que me habría faltado tiempo incluso para "despistarle" las llaves y darme una vueltecita (de hecho como él no tenía moto con las llaves del coche lo hacía). Pero ella no, ni una sola vez ha mostrado el más mínimo interés en conducir la R6 en la que ya llega al suelo (lo cual tampoco es absolutamente necesario por otra parte), ni en viajar conmigo (de pequeña si lo hizo, pero claro....entonces sus "prioridades" eran otras).
Esa fue mi postura y en ella me mantengo. No quiero una hija que ande en moto sin ser motera por muchos motivos. A lo mejor en algún momento su madre, mi mujer, se la compra, pero me parecería una barbaridad habida cuenta de lo poco motera que ella misma, (la mamá), es en estos momentos.
Y para acabar...dar las gracias a mi querídísima hija Paula por darme un motivo para no comprarle una moto, dado que sin él no habría podido negarme. De esta manera viviré mucho más tranquilo.