
relajarse después del trabajo, se abre la puerta del bar y entra el tipo
más guapo que había visto en toda su vida. Era alto, musculoso, bien
plantado, elegante, de abundante pelo oscuro, unos brillantes y enormes
ojos verdes y una preciosa sonrisa. Cada uno de sus movimientos era tan
masculino y sensual que la mujer no podía quitarle los ojos de encima.
El hombre se da cuenta de la mirada observadora de la mujer y, con una
sonrisa sexy y pícara, se le acerca. Ella se sonroja y se prepara para
disculparse por su mirada inquisitiva pero antes de que tenga tiempo de
abrir la boca... él se inclina y le susurra al oído:
"Haré cualquier cosa... -su voz era suave y profunda-. Cualquier cosa,
absolutamente cualquier cosa que desees, cualquier cosa con la que hayas
soñado o fantaseado, cualquier cosa que quieras... por 50€. Sólo te
pongo una condición...
Temblando ya de expectación, la mujer le pregunta cuál es la condición.
Y el tipo le contesta:
"Tienes que decirme lo que quieres que haga en sólo tres palabras"
La mujer mira fijamente a los ojos hipnóticos del hombre por un segundo,
analizando la proposición... mete la mano en el bolso y saca los 50€.
Apunta su dirección en una servilleta del bar, la dobla, mete el billete
dentro y se la pone en la mano. Se inclina y le susurra al oído:
"Límpiame... la... casa"
