Después de dudar mucho entre la GS 1200 ADV y la normal, me decidí por esta última. Me la entregaron la semana pasada y por fin el sábado pude hacerle los primeros kilómetros.
Esté es mi cuarto boxer BMW después de una GS 100, una GS 1100 y una RT 1150 (he probado toda la saga).
También suponía mi vuelta al trail tras cuatro años de rutero con la RT.
Quise hacer los primeros kilómetros por una carretera típicamente gesera y por la que hacía mucho tiempo que no pasaba, exactamente desde que tenía la RT (no era su terreno e institivamente la evitas).
Salí de casa y tomé una carretera nacional de buen asfalto y mucho tráfico y paré en un restaurante para desayunar. Había muchos coches aparcados fuera y mucha gente dentro. Intenté pedirle el café al camarero varias veces pero estaba muy ocupado y no me atendía.
En ese momento me dí cuenta que lo que yo tenía aparcado en la puerta era una GS, una auténtica trail y yo volvía a ser un trailero.
Decididamente aquél no era mi sitio. Salí sin tomar nada, arranqué la moto y pronto dejé la carretera nacional para enfilar rumbo a la sierra. Al poco encontré una ventucha donde compartí mi desayuno con un viejo tocado con su boina y su copita de aguardiente, no había nadie más. Aquel sitio me resultó entrañable y empecé a sentir como mi espíritu trailero resucitaba con fuerza.
Unos kilómetros más y ya estaba en esa carretera que iba buscando. Allí seguía, igual que hace cinco años, con todas sus curvas enlazadas, sus baches, su gravilla, la tierra que sueltan los tractores al salir del camino, su frondosa vegetación, sus olores, su nulo tráfico, su silencio.
Me sentía como ese hijo que tras mucho tiempo fuera vuelve a casa. Aquél era mi ambiente.
De la moto sólo puedo deciros que me gustó.
Este motor es mucho más suave y progresivo que los anteriores, quizás para alguién que venga de usar un tetracilíndrico japonés pueda resultarle tosco y pueda sentir sus vibraciones, pero para mí es una delicia. Me gustó la suspensión e incluso no pude ponerle pegas al tarado de origen. Noté una diferencia abismal con mi anterior RT en lo que respecta al peso y agilidad. La frenada bastante más dosificable que en la RT y tan sólo me encontré algo incómodo con el manillar que pienso es demasiado ancho. El asiento no me resultó incómodo aunque tengo mis dudas de como será tras muchas horas sentado en él.
Esté es mi cuarto boxer BMW después de una GS 100, una GS 1100 y una RT 1150 (he probado toda la saga).
También suponía mi vuelta al trail tras cuatro años de rutero con la RT.
Quise hacer los primeros kilómetros por una carretera típicamente gesera y por la que hacía mucho tiempo que no pasaba, exactamente desde que tenía la RT (no era su terreno e institivamente la evitas).
Salí de casa y tomé una carretera nacional de buen asfalto y mucho tráfico y paré en un restaurante para desayunar. Había muchos coches aparcados fuera y mucha gente dentro. Intenté pedirle el café al camarero varias veces pero estaba muy ocupado y no me atendía.
En ese momento me dí cuenta que lo que yo tenía aparcado en la puerta era una GS, una auténtica trail y yo volvía a ser un trailero.
Decididamente aquél no era mi sitio. Salí sin tomar nada, arranqué la moto y pronto dejé la carretera nacional para enfilar rumbo a la sierra. Al poco encontré una ventucha donde compartí mi desayuno con un viejo tocado con su boina y su copita de aguardiente, no había nadie más. Aquel sitio me resultó entrañable y empecé a sentir como mi espíritu trailero resucitaba con fuerza.
Unos kilómetros más y ya estaba en esa carretera que iba buscando. Allí seguía, igual que hace cinco años, con todas sus curvas enlazadas, sus baches, su gravilla, la tierra que sueltan los tractores al salir del camino, su frondosa vegetación, sus olores, su nulo tráfico, su silencio.
Me sentía como ese hijo que tras mucho tiempo fuera vuelve a casa. Aquél era mi ambiente.
De la moto sólo puedo deciros que me gustó.
Este motor es mucho más suave y progresivo que los anteriores, quizás para alguién que venga de usar un tetracilíndrico japonés pueda resultarle tosco y pueda sentir sus vibraciones, pero para mí es una delicia. Me gustó la suspensión e incluso no pude ponerle pegas al tarado de origen. Noté una diferencia abismal con mi anterior RT en lo que respecta al peso y agilidad. La frenada bastante más dosificable que en la RT y tan sólo me encontré algo incómodo con el manillar que pienso es demasiado ancho. El asiento no me resultó incómodo aunque tengo mis dudas de como será tras muchas horas sentado en él.