TRITEOTEROL
El asunto es el siguiente:
1. Los García quieren un bebé;
2. Tienen problemas con el idioma inglés;
3. Son gallegos.
Han pasado varios años y Carmiña y Manolo no pueden tener un bebé.
Les recomiendan ir a Londres a consultar el mejor ginecólogo experto en
fertilidad del mundo.
Van a Londres y el médico por medio de señas (no habla español, ni ellos
inglés) les hace entender que tienen que hacer el amor delante de él para
examinar muy bien la forma en que lo hacen.
Los García, que tienen un montón de ganas, empiezan a hacer el amor delante
del doctor. Se ponen a ello con todo su brío, y el doctor se queda allí,
mirando, observando atentamente, desde cada ángulo, cada posición, arriba,
abajo, derecha, izquierda..., hasta que por fin dice:
¡STOP! (eso se entiende en cualquier lengua).
Se sienta en su mesa con aire interesante, y extiende la
receta sin mediar palabra (¿para qué si ellos no hablan inglés y él no habla
gallego?)
Super-mega-contentos vuelven ellos para su ciudad natal y van corriendo a la
farmacia nada más llegar, para pedir su receta.
- Buenas tardes.¿Tiene usted Triteoterol?
- ¿Cómo dice?
- Sí, TRI-TE-O-TER-OL.
- Triteoterol, Triteoterol..., no me suena a nada.
- Oiga, se lo juro, que venimos ahora mismo de Londres y nos lo ha recetado
un superdoctor...
El farmacéutico les pide ver la receta.
Perplejo, el señor les dice:
- Creo que habéis leído mal... Aquí el médico inglés ha escrito:
¡¡¡ TRY THE OTHER HOLE !!! (Pruebe en el otro agujero)
El asunto es el siguiente:
1. Los García quieren un bebé;
2. Tienen problemas con el idioma inglés;
3. Son gallegos.
Han pasado varios años y Carmiña y Manolo no pueden tener un bebé.
Les recomiendan ir a Londres a consultar el mejor ginecólogo experto en
fertilidad del mundo.
Van a Londres y el médico por medio de señas (no habla español, ni ellos
inglés) les hace entender que tienen que hacer el amor delante de él para
examinar muy bien la forma en que lo hacen.
Los García, que tienen un montón de ganas, empiezan a hacer el amor delante
del doctor. Se ponen a ello con todo su brío, y el doctor se queda allí,
mirando, observando atentamente, desde cada ángulo, cada posición, arriba,
abajo, derecha, izquierda..., hasta que por fin dice:
¡STOP! (eso se entiende en cualquier lengua).
Se sienta en su mesa con aire interesante, y extiende la
receta sin mediar palabra (¿para qué si ellos no hablan inglés y él no habla
gallego?)
Super-mega-contentos vuelven ellos para su ciudad natal y van corriendo a la
farmacia nada más llegar, para pedir su receta.
- Buenas tardes.¿Tiene usted Triteoterol?
- ¿Cómo dice?
- Sí, TRI-TE-O-TER-OL.
- Triteoterol, Triteoterol..., no me suena a nada.
- Oiga, se lo juro, que venimos ahora mismo de Londres y nos lo ha recetado
un superdoctor...
El farmacéutico les pide ver la receta.
Perplejo, el señor les dice:
- Creo que habéis leído mal... Aquí el médico inglés ha escrito:
¡¡¡ TRY THE OTHER HOLE !!! (Pruebe en el otro agujero)