Vsssssssssssssssssss.
Era la última vuelta, se lo habían indicado en la pizarra junto con el "2 y 3 + 0,00", los llevaba pegados. Encaró la recta del Pasillo aferrándose al manillar, escondido tras la cúpula. En el cuadro la luz roja que indicaba el tope de vueltas pedía a gritos una marcha más, pero no había, iba en sexta con esos dos en rebufo. Pero Melchor se conocía el circuito, sabía donde le iban a atacar, la curva de entrada en el Salón, entró abierto para dejar correr la moto y en el último momento tiró de frenos a la vez que tumbándose bajaba no sé cuantas marchas, buscando el interior para "cerrar la puerta".
Gaspar sabía que llegaría su oportunidad, tenía que ser paciente, aguantó detrás de Melchor hasta que este sin referencias, comenzó demasiado tarde la frenada. Era lo que estaba esperando, le metió por dentro la rueda, ¡tenía el sitio!, ahora era salir disparado y entrar primero en la chicane de Dormitorios.
Baltasar no quiso entrar en rifirrafes, que se peleen ellos, habia conservado gomas y era el momento de jugar sus cartas, con Gaspar demasiado largo y Melchor derrapando en una brutal aceleración echó manos del tiralíneas y con una trazada de libro salió primero de la chicane. Luego la breve recta y ...¡había ganado!. Entró primero en la habitación. Incorporándose levantó las manos mirando hacia atrás, Melchor y Gaspar le sonreían detras de sus pantallas alzando el pulgar. El entregaría este año los regalos.
Sin hacer ruido se inclinó sobre Antonio, que dormía algo inquieto, y sin decir nada extendión un brazo, en un gesto cómplice mil veces repetido, a su espalda le pasaron el paquete, este año algo voluminoso, que colocó en la mesita de noche apartando el despertador. "BMW Motorrad España-Accesorios", sonriendo pensó en cuantas tonterías se le pueden poner a una moto.
En silencio se marcharon.
Como todas las mañanas Antonio se despertó antes que Mercedes y, como todas las mañanas, antes que el despertador (es por si acaso, solía decir). Al ver el regalo salió corriendo, pasó la chicane de Dormitorios, cruzó el Salón y al llegar a la curva del Pasillo vió, como todas las mañanas una vez al año, tres largas rodadas negras que, como un zarpazo, rasgaban el brillo del parquet.
Espero que os guste, es mi regalo de Reyes. Es bonito mantener la ilusión.
¡Que sus Majestades se porten bien!
Vsssssssssssssssssssssssss.
Era la última vuelta, se lo habían indicado en la pizarra junto con el "2 y 3 + 0,00", los llevaba pegados. Encaró la recta del Pasillo aferrándose al manillar, escondido tras la cúpula. En el cuadro la luz roja que indicaba el tope de vueltas pedía a gritos una marcha más, pero no había, iba en sexta con esos dos en rebufo. Pero Melchor se conocía el circuito, sabía donde le iban a atacar, la curva de entrada en el Salón, entró abierto para dejar correr la moto y en el último momento tiró de frenos a la vez que tumbándose bajaba no sé cuantas marchas, buscando el interior para "cerrar la puerta".
Gaspar sabía que llegaría su oportunidad, tenía que ser paciente, aguantó detrás de Melchor hasta que este sin referencias, comenzó demasiado tarde la frenada. Era lo que estaba esperando, le metió por dentro la rueda, ¡tenía el sitio!, ahora era salir disparado y entrar primero en la chicane de Dormitorios.
Baltasar no quiso entrar en rifirrafes, que se peleen ellos, habia conservado gomas y era el momento de jugar sus cartas, con Gaspar demasiado largo y Melchor derrapando en una brutal aceleración echó manos del tiralíneas y con una trazada de libro salió primero de la chicane. Luego la breve recta y ...¡había ganado!. Entró primero en la habitación. Incorporándose levantó las manos mirando hacia atrás, Melchor y Gaspar le sonreían detras de sus pantallas alzando el pulgar. El entregaría este año los regalos.
Sin hacer ruido se inclinó sobre Antonio, que dormía algo inquieto, y sin decir nada extendión un brazo, en un gesto cómplice mil veces repetido, a su espalda le pasaron el paquete, este año algo voluminoso, que colocó en la mesita de noche apartando el despertador. "BMW Motorrad España-Accesorios", sonriendo pensó en cuantas tonterías se le pueden poner a una moto.
En silencio se marcharon.
Como todas las mañanas Antonio se despertó antes que Mercedes y, como todas las mañanas, antes que el despertador (es por si acaso, solía decir). Al ver el regalo salió corriendo, pasó la chicane de Dormitorios, cruzó el Salón y al llegar a la curva del Pasillo vió, como todas las mañanas una vez al año, tres largas rodadas negras que, como un zarpazo, rasgaban el brillo del parquet.
Espero que os guste, es mi regalo de Reyes. Es bonito mantener la ilusión.
¡Que sus Majestades se porten bien!
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