Hola a todos,
he decidido abrir mis aportaciones (tras la presentación) con una crónica del último viaje que realizamos mi pareja y yo en moto el pasado mes de junio. Intentaré no detallar mucho, aunque…..aviso que me gusta bastante escribir
, obviamente quedo a vuestra disposición para cualquier duda que os surja sobre el viaje, los lugares, la moto, la planificación general....etc.
No voy a disculparme por el tocho (que lo es), cada cual es libre de leerlo, o no. Lo hago por aportar a quien quiera leer una experiencia personal desde un punto de vista subjetivo.
DÍA -30. RESERVA DEL VIAJE.
Pack ferry ida+vuelta (con camarote)+ hotel en la web Traventia, bastante recomendable. Tuve una duda sobre el pasaje de la moto (aparecía como vehículo pequeño porque no podía escoger moto desde su web), envié un correo, me contestaron rápidamente pidiendo los datos del vehículo. Tras facilitarlos, me enviaron otro correo con los nuevos pasajes y todo correcto. Los horarios del Ferry no eran ninguna maravilla, pero era la única opción que nos encajaba por tiempo. Salida de Bcn el Lunes a las 21:30, llegada a Porto Torres el Martes a las 10:30. A la vuelta: Salida de Porto Torres Viernes a las 7:15, llegada a Bcn viernes a las 20:15. Para embarque con vehículo, la compañía (Grimaldi Lines) pide estar dos horas antes de la salida, es decir, a las 19:30 y a las 5:15 respectivamente....era lo que había.
DÍA -5. PLANIFICACIÓN GENERAL.
Teníamos 3 días completos en la isla por lo que decidimos visitar únicamente lo principal del norte de la isla, priorizando buenas carreteras y buenos sitios de visita. Más abajo escribo las rutas escogidas y las sobrevenidas.
DÍA 0 (Domingo). PREPARACIÓN.
Preparamos todas las maletas (ropa en demasía) y la moto. Herramientas varias y ajustes varios. Esto daría para un post (literalmente ) pero en resumen: kit antipinchazos, compresor de aire portátil, herramientas, bridas, valvulina.....etc. Ajustes: ajuste de suspensión trasera, ajuste presión de neumáticos, instalación de pantalla alta + deflector, comprobar niveles de líquidos, comprobar tensión cadena, comprobar ajuste de todos los tornillos de la moto....etc. Conectar mantenedor de batería y dejarlo hasta la partida del día siguiente.
DÍA 1 (Lunes). ARRANCAMOS!
Comemos pronto, Cargamos la moto, llenamos depósito y salimos de Castellón en dirección puerto de Barcelona. Aunque no era la opción más amena, sí era las más rápida, por eso decidimos ir por autopista parando una vez a medio camino para descansar y repostar. Tras un rato de retención a la entrada de la ciudad, llegamos al puerto de Bcn sobre las 18:30, por lo que llegamos sobrados de tiempo. Dejo una foto del rato de espera junto a otros moteros hasta que te ordenan embarcar.
Tras ver pasar a decenas de camiones, remolques, caravanas, coches y motos....(menuda pesadilla logística y qué buena organización hay en los puertos), llegó nuestro turno. Embarcamos siguiendo las órdenes del personal de la compañía, subimos un par de pisos dentro del propio Ferry y aparcamos en una zona dedicada exclusivamente a motos. Cogemos las maletas necesarias (no dejan bajar a bodega durante el trayecto) y nos disponemos a subir a la zonas comunes del barco. El tema de la estiba de la moto era algo que me preocupaba, preparé un trapo viejo y lo dejé sobre el asiento para evitar posibles marcas al trincar la moto. Pregunté a un operario si mejor caballete central o lateral, y dijo (gritando para todo el mundo con un marcado acento italiano) CABALLETE LATERALE!
. No sin dudas sobre el destino que le depararía a la moto en caso de haber mala mar y con cierta sensación de desasosiego, dejamos la moto atrás confiando en la buena labor de los profesionales de la compañía. Al fin y al cabo, pensé, ¿cuántos miles de motos habrá estibado esta gente? Intentando auto-consolarme...
Subimos a las zonas comunes, con nuestro pasaje que servía también de llave del camarote. Tras un rodeo, encontramos nuestro camarote, limpio y adecuado, y mi pareja descubrió (yo lo sabía de la reserva) con estupor y alegría que teníamos baño privado con ducha dentro del camarote
. Nos duchamos ( 32 ºc + retenciones + ropa de moto = empapados en sudor), cenamos, nos tomamos biodramina (no daban mala mar, pero por si acaso). Nos cambiamos y subimos a cubierta para ver zarpar el barco, el cual salió a la hora prevista. Tras salir del puerto, ya prácticamente de noche, decidimos bajar al camarote a intentar dormir....y de hecho nos metimos en la cama sobre las 22 de la noche y....nos despertamos a las 8 de la mañana del día siguiente , una maravilla.
DÍA 2 (Martes). PORTO TORRES, CASTELSARDO, BOSA, ALGUER
Tras sendas llamadas por megafonía para abandonar el camarote y para bajar a la bodega y tras un par de vueltas buscando la dichosa escalera de acceso a la misma (mala/nula señalización). Finalmente bajamos a la bodega y mi corazón descansa al ver mi moto en el mismo sitio que la dejé sin ni un rasguño y aún con las cintas de trincaje sujetándola. Viendo la forma en la que la habían estibado, confirmé que se trataba de buenos profesionales. El trapo sobre el asiento no hizo falta ya que aprovecharon las defensas del motor y el soporte de la estribera del pasajero. Retiramos las cinchas y las apartamos donde no molestaran, montamos de nuevo las maletas y a esperar... Tras unos 20 minutos, empiezan a bramar en italiano: PREGO, PREGO! señalizando con la mano cual policía de tráfico la dirección que había que seguir para desembarcar. Nos ponemos el casco y seguimos a las decenas de motos que había. Bajamos los dos pisos y... por fin llegamos a tierras italianas. El día está despejado y no hace mucho calor. Salimos del puerto y en cuanto podemos, paramos para poner el GPS en dirección Castelsardo (donde teníamos el hotel). En media hora de carreteras ya me doy cuenta de 3 cosas: 1) los italianos conducen muy mal; 2) las carreteras italianas tienen luces y sombras (tramos con firme muy bueno y tramos con firme muy malo); 3) había muchas carreteras en obras. Pasamos por el hotel, aún no tenían la habitación (la hora de entrada eran las 14 y aún no eran ni las 12) pero nos permitieron dejar lo que quisiéramos en una habitación habilitada. Dejamos lo más gordo y nos pusimos ropa ligera para ir a visitar el pueblo (muy cerca del hotel) y comer por allí antes de entrar a la habitación.
Dimos una vuelta por el pueblo, subimos al castillo con la moto circulando por escarpadas callejuelas con firme de adoquín o piedra y ancho medieval. Aunque transitar por dichas calles era algo peligroso (y de dudosa legalidad), las vistas desde su mirador elevado, compensaron el riesgo al tratarse de un castillo en lo alto de un peñón a primerísima línea de mar.
Aparcamos en zona habilitada y sin buscar demasiado encontramos un restaurante con terraza. Pedimos dos platos de pasta y un helado, toda la comida estaba rica y sin precios abusivos.
Tras comer, volvimos al hotel y pudimos entrar en nuestra habitación. Organizamos un poco maletas y ropa, nos enfundamos los ropajes moteros y pusimos rumbo hacia el oeste de la isla, concretamente hacia Bosa. El navegador me decía que había tramos en obra por lo que finalmente decidí que automáticamente escogiera él mismo la ruta. Nada reseñable sobre ésta, había tramos con buen asfalto y buenas curvas, otros con mal asfalto y buenas curvas, en general poco tráfico, bastante calor aunque no se llagaba a los 30ºC.
Bosa es un pueblo relativamente pequeño y con cierto encanto que a su vez tiene la zona pesquera que se llama Bosa Marina. Paramos a descansar un poco en la zona del puerto y pusimos rumbo a Alguer.
Esta vez sí que tenía clara la ruta, puse en el navegador dirección Alguer por la SP-105. Se trata de una sinuosa carretera que transcurre pegada al mar durante todo el trayecto entre ambas poblaciones. Pese a algunos tramos con asfalto malo, en general la carretera estaba bien, no había mucho tráfico, pero si muchas curvas de subida y bajada y una constante de vistas impresionantes con acantilados bañados por un bonito sol de atardecer. Sencillamente una maravilla para los sentidos.
Llegamos hacia el final de la tarde para ver la puesta de sol desde Alguer. Encontramos una terraza donde tomar un tentempié. Y allí, sentados en una terraza escuchando música y bebiendo una cerveza, vimos al sol esconderse.
A continuación, buscamos un sitio donde cenar y encontramos otro restaurante con terraza dónde pedimos una pizza y un plato de embutidos italianos. Todo muy rico a un precio razonable.
Ya de noche y con las pilas a medias pusimos rumbo al hotel por la ruta más rápida (aprx. 1 hora). Aparcamos la moto en una zona “habilitada”, puse la pinza/alarma y seguidamente, ducha + pijama + cama. Durmimos como lirones.
DÍA 3 (Miércoles). OLBIA, LA LICCIOLA, “TUMBA DE LOS GIGANTES”, “IL GERANIO”.
La mañana siguiente nos levantamos sobre las 9:30 ya que decidimos no poner despertador y descansar “lo que el cuerpo necesite”. Además, de vacaciones, no nos gusta el “estrés” de tener que ceñirnos a horarios estrictos para aprovechar hasta el último segundo. Obviamente, respetamos lo contrario, pero nuestro estilo de viaje, habitualmente es ese.
Desayunamos en el hotel, tipo bufé con bastante variedad y buen género. Entre pitos y flautas acabamos saliendo a las 11.30 del hotel en dirección Este, concretamente a la ciudad de Olbia. El navegador volvía a indicar obras en el camino y volví a optar por dejarlo en automático…..lo cual fue un error esta vez. Al principio eran carreteras secundarias de montaña que no estaban mal, pero más tarde nos hizo incorporar a una autovía…que además estaba en obras…..con un solo carril…..limitado a 40 km/h…..con un camión cargado delante…..y los carabinieri justo detrás….un drama. El trayecto se suponía de unos 90 minutos y acabaron siendo más de dos horas, de las cuales, 40 interminables minutos fueron detrás de un camión, a unos 35ºC. Llegamos al puerto de Olbia a hora de comer. Queríamos visitar el museo arqueológico el cual abría a las 16:00. Así que buscamos un restaurante (no buscamos mucho) y pedimos carne y pasta. La peor comida de todo el viaje, no estuvo mal, pero para lo que cobraron….sí estuvo mal XD.
Dimos un paseo esperando a que se hiciera la hora de apertura del museo. Movimos la moto hasta el parking del mismo y fuimos a entrar. La entrada era gratuita, había aacc, nos prestaron taquillas para dejar los cascos etc y nos dieron un audioguía. Pese a hacer la visita bastante rápido y no escuchamos todas las pistas de la audioguía, estuvimos más de 1 hora dentro del museo, la cual fue realmente interesante. Muy recomendable.
Tras esto, queríamos visitar dos cosas más, otra atracción turística llamada “La tumba de los gigantes”, en Santa Teresa de Gallura y una cala con arena granítica frente al archipiélago de la Madalena. Por el horario de visitas de la atracción, nos decantamos por la cala / playa “La Licciola” y por tanto, renunciamos a ver “la tumba”.
Afortunadamente, rumbo a esta playa, nos resarcimos de la tortuosa ida con un tramo de carretera de montaña espectacular. El firme estaba en perfectas condiciones, con un ancho suficiente, curvas limpias y poco tráfico en nuestro sentido. Como nota negativa, había mucho tráfico en sentido opuesto y más de un “macarroni” adelantaba en línea continua, tras curvas ciegas. Afortunadamente nada que no pudiera salvarse conduciendo con tranquilidad y soltando algún improperio “sotocasco”. La carretera en cuestión, la SS125. Lamentablemente el tramo bonito se hizo muy corto y el resto de la calzada era similar al resto de la isla….con luces y sombras….hasta llegar a la playa de arena granítica. Estuvimos un rato sobre esta peculiar arena, nos bañamos y disfrutamos de las vistas del archipiélago prácticamente con la cala para nosotros.
El sol iba cayendo y decidimos arrancar. Nos volvimos a vestir y pusimos dirección al hotel, pensando en cenar en Castelsardo para estar cerca de nuestro cobijo. A escasos km del hotel, por una carretera de montaña, en mitad de la nada, en lo alto de un puerto, encontramos un precioso restaurante llamado “Il Geranio”. Preguntamos disponibilidad y nos dieron mesa inmediatamente. Cenamos en una terraza con unas vistas espectaculares que pudimos disfrutar por unos pocos minutos ya que es sol se acababa de poner. Pedimos pizza casera, la cual estaba realmente buena.
Tras cenar, bajamos el puerto en dirección al hotel y llegamos en unos 20 minutos. Ducha + pijama + dormir. De nuevo, dormimos como bebés.
DÍA 4 (Jueves). LA PELOSA. CASTELSARDO Y DESPEDIDA A CERDEÑA
Al igual que el día anterior, sobre las 9:30 estábamos en pie y descansados. Desayunamos en el hotel y ya habíamos decidido tomarnos el día con calma. Fuimos dirección noroeste hacia la playa “La pelosa”, una de las playas más turísticas y desde luego más bonitas de la isla. De camino a la playa, paramos en Porto Torres a comprar en un supermercado. Fue una pequeña experiencia, yo esperé con la moto y los bártulos fuera mientras mi pareja entró a comprar algo para comernos en la playa. Me dio tiempo de analizar las “normas” de tráfico que rigen la isla y en ciudad son igual de caóticas que fuera de ella. Como norma general los coches están bastante descuidados y la gente conduce de la misma forma, sin cuidado. Mientras tanto, mi novia, maldecía a los italianos por sus desorbitados precios: “No pienso pagar 12€ por una ensalada preparada” refunfuñaba mientras salía del supermercado. “Hasta una señora a mi lado estaba enfadada con los precios al más puro estilo italiano: Porca miseria!” me contó. XD
Seguimos nuestro camino hacia la Playa, viendo un par de adelantamientos a “lo sardo” en línea continua y que se aparte el que venga….
Llegamos a la playa, que estaba a rebosar, aparcamos la moto, pagamos religiosamente 4.5€ por aparcarla….y entramos a la playa por una de las pasarelas donde había personas bajo sombrillas que parecían “controlar” el acceso, aunque a nosotros no nos dijeron ni una palabra.
Encontramos (más bien creamos) un hueco a primera línea de playa, extendimos la toalla y nos bañamos. Pese al gentío, el lugar era precioso. Salimos a secarnos al sol, comimos un par de bocadillos con embutido típico de allí (bastante bueno), paseamos y tras unas dos horas en la playa, nos cansamos y decidimos marcharnos para el hotel a ducharnos y pasar la tarde en Castelsardo. Poco más de un minuto después, se acercaron dos mujeres con una especie de uniforme policial que nos advirtieron que no teníamos pulsera (de acceso) y que debíamos comprarla online pero que para ese día la playa estaba llena. A lo que contestamos que no teníamos ni idea y que ya nos marchábamos. Luego consultamos el precio….y nos ahorramos 3.5€ por cabeza XD. Por lo visto, a diferencia de España, esa y otras playas en Italia son privadas. Pecamos de novatos y, supongo, que de pícaros “spagnolos”.
Desmontamos la parada y sin enfundarnos los ropajes moteros (lo sé, mal hecho, pero asumimos las posibles consecuencias), volvimos al hotel donde nos duchamos y cambiamos de ropa para ir a Castelsardo.
Durante la tarde, compramos souvenirs de pequeño tamaño a familiares y amigos, nos tomamos una cerveza y compramos algo de pan y mezcla en una charcutería del pueblo. Finalmente, nos lo llevamos al hotel y bajamos a la playa que había a unos pocos metros del mismo a ver la puesta de sol mientras cenábamos tomando otra cerveza fresca y nos despedíamos de la isla. Tras una rato de charla y disfrutar del momento, recogimos y volvimos al hotel para preparar las maletas.
DÍA 5 (Viernes). PORTO TORRES, BARCELONA.
A las 3.30 sonaba el despertador…..Nos duchamos, nos vestimos, recogimos las maletas, montamos la moto para el viaje y pusimos rumbo a Porto Torres. A las 5.30 llegamos al puerto, y a esperar al Ferry, que a diferencia de en Barcelona, no nos estaba esperando en el puerto. Durante la espera hablamos con un matrimonio gallego que este mismo año cumplian 50 años en la carretera (en moto) y que se han recorrido todas las islas del mediterráneo en moto a excepción de Chipre (por inestabilidad política) y Menorca (la siguiente que quieren atacar). También apareció una familia (mujer, hijo y padr), sobre un sidecar de la marca soviética URAL, que llamó la atención de unos cuantos curiosos. Esperar…esperar…hasta que vimos entrar al Ferry a puerto sobre las 7.15, la supuesta hora de salida. Resultó que el Ferry venía de Civitavecchia, al norte de Roma, y que tenía que descargar a los pasajeros para que después embarcáramos nosotros. Sorprendentemente y en un alarde de coordinación logística en 45 minutos habían descargado y cargado el Ferry, embarcado a todos los pasajeros y puesto en movimiento el barco. Efectivamente hubo retraso, pero lo esperaba mucho peor estimando los tiempos. Subimos al barco y nos dijeron que tenían limpiar los camarotes y que mientras debíamos esperar en las zonas comunes. Nos habíamos tomado ya la biodramina (esta vez si que daban un poco de oleaje en alta mar) y mientras esperábamos el camarote, íbamos dando cabezadas (la biodramina da sueño). Una vez el camarote liberado (+- 2 horas tras embarque), nos cambiamos e intentamos dormir, por suerte dormimos casi todo el trayecto, como en la ida. Aunque esta vez el oleaje sí se dejó notar ligeramente a mitad trayecto. Pero entre la biodramina y haber dormido 3 horas la noche anterior, durmimos y no nos enteramos del mar. Llegamos a Barcelona y desembarcamos a las 21.00 aprox. Quedamos con un amigo que vive en la capital y fuimos a cenar con él y nos quedamos a dormir en su casa.
Al día siguiente (sábado), después de comer, pusimos rumbo de vuelta a Castellón, de nuevo por la autopista y haciendo una parada a medio camino.
En total +- 1400 km, de los cuales unos 800-850km fueron por la isla de Cerdeña.
La experiencia fue muy enriquecedora y fue el primer viaje largo con mi pareja en la moto y además fuera de España.
Lecciones aprendidas: Analizar con más antelación y detenimiento las rutas a recorrer. Estimar mejor la cantidad de ropa a utilizar, ya que no usamos ni la mitad de las mudas que llevamos, al ir constantemente en moto, está ropa fue la que más usamos. Llevábamos varios recambios de ropa técnica por debajo para el sudor y fue un acierto, incluso llegamos a lavar dos de las mudas para tener más recambios e ir siempre “limpios”. La parte buena de haber llevado tanta ropa “de más” es que ya sé que la moto y las maletas no se resienten con la sobrecarga, algo que me preocupaba (sobre todo lo segundo).
Próximo viaje: ni idea, se aceptan sugerencias. Me llama mucho la transpirenaica.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leerlo y espero que hayas disfrutado tanto leyendo como lo he hecho yo escribiendo.
Lo dicho al principio, a vuestra disposición sobre dudas, curiosidades, sugerencias.....lo que se quiera preguntar y se pueda responder.
Nos leemos.
Vsss
he decidido abrir mis aportaciones (tras la presentación) con una crónica del último viaje que realizamos mi pareja y yo en moto el pasado mes de junio. Intentaré no detallar mucho, aunque…..aviso que me gusta bastante escribir
, obviamente quedo a vuestra disposición para cualquier duda que os surja sobre el viaje, los lugares, la moto, la planificación general....etc.No voy a disculparme por el tocho (que lo es), cada cual es libre de leerlo, o no. Lo hago por aportar a quien quiera leer una experiencia personal desde un punto de vista subjetivo.
DÍA -30. RESERVA DEL VIAJE.
Pack ferry ida+vuelta (con camarote)+ hotel en la web Traventia, bastante recomendable. Tuve una duda sobre el pasaje de la moto (aparecía como vehículo pequeño porque no podía escoger moto desde su web), envié un correo, me contestaron rápidamente pidiendo los datos del vehículo. Tras facilitarlos, me enviaron otro correo con los nuevos pasajes y todo correcto. Los horarios del Ferry no eran ninguna maravilla, pero era la única opción que nos encajaba por tiempo. Salida de Bcn el Lunes a las 21:30, llegada a Porto Torres el Martes a las 10:30. A la vuelta: Salida de Porto Torres Viernes a las 7:15, llegada a Bcn viernes a las 20:15. Para embarque con vehículo, la compañía (Grimaldi Lines) pide estar dos horas antes de la salida, es decir, a las 19:30 y a las 5:15 respectivamente....era lo que había.
DÍA -5. PLANIFICACIÓN GENERAL.
Teníamos 3 días completos en la isla por lo que decidimos visitar únicamente lo principal del norte de la isla, priorizando buenas carreteras y buenos sitios de visita. Más abajo escribo las rutas escogidas y las sobrevenidas.
DÍA 0 (Domingo). PREPARACIÓN.
Preparamos todas las maletas (ropa en demasía) y la moto. Herramientas varias y ajustes varios. Esto daría para un post (literalmente ) pero en resumen: kit antipinchazos, compresor de aire portátil, herramientas, bridas, valvulina.....etc. Ajustes: ajuste de suspensión trasera, ajuste presión de neumáticos, instalación de pantalla alta + deflector, comprobar niveles de líquidos, comprobar tensión cadena, comprobar ajuste de todos los tornillos de la moto....etc. Conectar mantenedor de batería y dejarlo hasta la partida del día siguiente.
DÍA 1 (Lunes). ARRANCAMOS!
Comemos pronto, Cargamos la moto, llenamos depósito y salimos de Castellón en dirección puerto de Barcelona. Aunque no era la opción más amena, sí era las más rápida, por eso decidimos ir por autopista parando una vez a medio camino para descansar y repostar. Tras un rato de retención a la entrada de la ciudad, llegamos al puerto de Bcn sobre las 18:30, por lo que llegamos sobrados de tiempo. Dejo una foto del rato de espera junto a otros moteros hasta que te ordenan embarcar.
Tras ver pasar a decenas de camiones, remolques, caravanas, coches y motos....(menuda pesadilla logística y qué buena organización hay en los puertos), llegó nuestro turno. Embarcamos siguiendo las órdenes del personal de la compañía, subimos un par de pisos dentro del propio Ferry y aparcamos en una zona dedicada exclusivamente a motos. Cogemos las maletas necesarias (no dejan bajar a bodega durante el trayecto) y nos disponemos a subir a la zonas comunes del barco. El tema de la estiba de la moto era algo que me preocupaba, preparé un trapo viejo y lo dejé sobre el asiento para evitar posibles marcas al trincar la moto. Pregunté a un operario si mejor caballete central o lateral, y dijo (gritando para todo el mundo con un marcado acento italiano) CABALLETE LATERALE!
. No sin dudas sobre el destino que le depararía a la moto en caso de haber mala mar y con cierta sensación de desasosiego, dejamos la moto atrás confiando en la buena labor de los profesionales de la compañía. Al fin y al cabo, pensé, ¿cuántos miles de motos habrá estibado esta gente? Intentando auto-consolarme...Subimos a las zonas comunes, con nuestro pasaje que servía también de llave del camarote. Tras un rodeo, encontramos nuestro camarote, limpio y adecuado, y mi pareja descubrió (yo lo sabía de la reserva) con estupor y alegría que teníamos baño privado con ducha dentro del camarote
. Nos duchamos ( 32 ºc + retenciones + ropa de moto = empapados en sudor), cenamos, nos tomamos biodramina (no daban mala mar, pero por si acaso). Nos cambiamos y subimos a cubierta para ver zarpar el barco, el cual salió a la hora prevista. Tras salir del puerto, ya prácticamente de noche, decidimos bajar al camarote a intentar dormir....y de hecho nos metimos en la cama sobre las 22 de la noche y....nos despertamos a las 8 de la mañana del día siguiente , una maravilla.DÍA 2 (Martes). PORTO TORRES, CASTELSARDO, BOSA, ALGUER
Tras sendas llamadas por megafonía para abandonar el camarote y para bajar a la bodega y tras un par de vueltas buscando la dichosa escalera de acceso a la misma (mala/nula señalización). Finalmente bajamos a la bodega y mi corazón descansa al ver mi moto en el mismo sitio que la dejé sin ni un rasguño y aún con las cintas de trincaje sujetándola. Viendo la forma en la que la habían estibado, confirmé que se trataba de buenos profesionales. El trapo sobre el asiento no hizo falta ya que aprovecharon las defensas del motor y el soporte de la estribera del pasajero. Retiramos las cinchas y las apartamos donde no molestaran, montamos de nuevo las maletas y a esperar... Tras unos 20 minutos, empiezan a bramar en italiano: PREGO, PREGO! señalizando con la mano cual policía de tráfico la dirección que había que seguir para desembarcar. Nos ponemos el casco y seguimos a las decenas de motos que había. Bajamos los dos pisos y... por fin llegamos a tierras italianas. El día está despejado y no hace mucho calor. Salimos del puerto y en cuanto podemos, paramos para poner el GPS en dirección Castelsardo (donde teníamos el hotel). En media hora de carreteras ya me doy cuenta de 3 cosas: 1) los italianos conducen muy mal; 2) las carreteras italianas tienen luces y sombras (tramos con firme muy bueno y tramos con firme muy malo); 3) había muchas carreteras en obras. Pasamos por el hotel, aún no tenían la habitación (la hora de entrada eran las 14 y aún no eran ni las 12) pero nos permitieron dejar lo que quisiéramos en una habitación habilitada. Dejamos lo más gordo y nos pusimos ropa ligera para ir a visitar el pueblo (muy cerca del hotel) y comer por allí antes de entrar a la habitación.
Dimos una vuelta por el pueblo, subimos al castillo con la moto circulando por escarpadas callejuelas con firme de adoquín o piedra y ancho medieval. Aunque transitar por dichas calles era algo peligroso (y de dudosa legalidad), las vistas desde su mirador elevado, compensaron el riesgo al tratarse de un castillo en lo alto de un peñón a primerísima línea de mar.
Aparcamos en zona habilitada y sin buscar demasiado encontramos un restaurante con terraza. Pedimos dos platos de pasta y un helado, toda la comida estaba rica y sin precios abusivos.
Tras comer, volvimos al hotel y pudimos entrar en nuestra habitación. Organizamos un poco maletas y ropa, nos enfundamos los ropajes moteros y pusimos rumbo hacia el oeste de la isla, concretamente hacia Bosa. El navegador me decía que había tramos en obra por lo que finalmente decidí que automáticamente escogiera él mismo la ruta. Nada reseñable sobre ésta, había tramos con buen asfalto y buenas curvas, otros con mal asfalto y buenas curvas, en general poco tráfico, bastante calor aunque no se llagaba a los 30ºC.
Bosa es un pueblo relativamente pequeño y con cierto encanto que a su vez tiene la zona pesquera que se llama Bosa Marina. Paramos a descansar un poco en la zona del puerto y pusimos rumbo a Alguer.
Esta vez sí que tenía clara la ruta, puse en el navegador dirección Alguer por la SP-105. Se trata de una sinuosa carretera que transcurre pegada al mar durante todo el trayecto entre ambas poblaciones. Pese a algunos tramos con asfalto malo, en general la carretera estaba bien, no había mucho tráfico, pero si muchas curvas de subida y bajada y una constante de vistas impresionantes con acantilados bañados por un bonito sol de atardecer. Sencillamente una maravilla para los sentidos.
Llegamos hacia el final de la tarde para ver la puesta de sol desde Alguer. Encontramos una terraza donde tomar un tentempié. Y allí, sentados en una terraza escuchando música y bebiendo una cerveza, vimos al sol esconderse.
A continuación, buscamos un sitio donde cenar y encontramos otro restaurante con terraza dónde pedimos una pizza y un plato de embutidos italianos. Todo muy rico a un precio razonable.
Ya de noche y con las pilas a medias pusimos rumbo al hotel por la ruta más rápida (aprx. 1 hora). Aparcamos la moto en una zona “habilitada”, puse la pinza/alarma y seguidamente, ducha + pijama + cama. Durmimos como lirones.
DÍA 3 (Miércoles). OLBIA, LA LICCIOLA, “TUMBA DE LOS GIGANTES”, “IL GERANIO”.
La mañana siguiente nos levantamos sobre las 9:30 ya que decidimos no poner despertador y descansar “lo que el cuerpo necesite”. Además, de vacaciones, no nos gusta el “estrés” de tener que ceñirnos a horarios estrictos para aprovechar hasta el último segundo. Obviamente, respetamos lo contrario, pero nuestro estilo de viaje, habitualmente es ese.
Desayunamos en el hotel, tipo bufé con bastante variedad y buen género. Entre pitos y flautas acabamos saliendo a las 11.30 del hotel en dirección Este, concretamente a la ciudad de Olbia. El navegador volvía a indicar obras en el camino y volví a optar por dejarlo en automático…..lo cual fue un error esta vez. Al principio eran carreteras secundarias de montaña que no estaban mal, pero más tarde nos hizo incorporar a una autovía…que además estaba en obras…..con un solo carril…..limitado a 40 km/h…..con un camión cargado delante…..y los carabinieri justo detrás….un drama. El trayecto se suponía de unos 90 minutos y acabaron siendo más de dos horas, de las cuales, 40 interminables minutos fueron detrás de un camión, a unos 35ºC. Llegamos al puerto de Olbia a hora de comer. Queríamos visitar el museo arqueológico el cual abría a las 16:00. Así que buscamos un restaurante (no buscamos mucho) y pedimos carne y pasta. La peor comida de todo el viaje, no estuvo mal, pero para lo que cobraron….sí estuvo mal XD.
Dimos un paseo esperando a que se hiciera la hora de apertura del museo. Movimos la moto hasta el parking del mismo y fuimos a entrar. La entrada era gratuita, había aacc, nos prestaron taquillas para dejar los cascos etc y nos dieron un audioguía. Pese a hacer la visita bastante rápido y no escuchamos todas las pistas de la audioguía, estuvimos más de 1 hora dentro del museo, la cual fue realmente interesante. Muy recomendable.
Tras esto, queríamos visitar dos cosas más, otra atracción turística llamada “La tumba de los gigantes”, en Santa Teresa de Gallura y una cala con arena granítica frente al archipiélago de la Madalena. Por el horario de visitas de la atracción, nos decantamos por la cala / playa “La Licciola” y por tanto, renunciamos a ver “la tumba”.
Afortunadamente, rumbo a esta playa, nos resarcimos de la tortuosa ida con un tramo de carretera de montaña espectacular. El firme estaba en perfectas condiciones, con un ancho suficiente, curvas limpias y poco tráfico en nuestro sentido. Como nota negativa, había mucho tráfico en sentido opuesto y más de un “macarroni” adelantaba en línea continua, tras curvas ciegas. Afortunadamente nada que no pudiera salvarse conduciendo con tranquilidad y soltando algún improperio “sotocasco”. La carretera en cuestión, la SS125. Lamentablemente el tramo bonito se hizo muy corto y el resto de la calzada era similar al resto de la isla….con luces y sombras….hasta llegar a la playa de arena granítica. Estuvimos un rato sobre esta peculiar arena, nos bañamos y disfrutamos de las vistas del archipiélago prácticamente con la cala para nosotros.
El sol iba cayendo y decidimos arrancar. Nos volvimos a vestir y pusimos dirección al hotel, pensando en cenar en Castelsardo para estar cerca de nuestro cobijo. A escasos km del hotel, por una carretera de montaña, en mitad de la nada, en lo alto de un puerto, encontramos un precioso restaurante llamado “Il Geranio”. Preguntamos disponibilidad y nos dieron mesa inmediatamente. Cenamos en una terraza con unas vistas espectaculares que pudimos disfrutar por unos pocos minutos ya que es sol se acababa de poner. Pedimos pizza casera, la cual estaba realmente buena.
Tras cenar, bajamos el puerto en dirección al hotel y llegamos en unos 20 minutos. Ducha + pijama + dormir. De nuevo, dormimos como bebés.
DÍA 4 (Jueves). LA PELOSA. CASTELSARDO Y DESPEDIDA A CERDEÑA
Al igual que el día anterior, sobre las 9:30 estábamos en pie y descansados. Desayunamos en el hotel y ya habíamos decidido tomarnos el día con calma. Fuimos dirección noroeste hacia la playa “La pelosa”, una de las playas más turísticas y desde luego más bonitas de la isla. De camino a la playa, paramos en Porto Torres a comprar en un supermercado. Fue una pequeña experiencia, yo esperé con la moto y los bártulos fuera mientras mi pareja entró a comprar algo para comernos en la playa. Me dio tiempo de analizar las “normas” de tráfico que rigen la isla y en ciudad son igual de caóticas que fuera de ella. Como norma general los coches están bastante descuidados y la gente conduce de la misma forma, sin cuidado. Mientras tanto, mi novia, maldecía a los italianos por sus desorbitados precios: “No pienso pagar 12€ por una ensalada preparada” refunfuñaba mientras salía del supermercado. “Hasta una señora a mi lado estaba enfadada con los precios al más puro estilo italiano: Porca miseria!” me contó. XD
Seguimos nuestro camino hacia la Playa, viendo un par de adelantamientos a “lo sardo” en línea continua y que se aparte el que venga….
Llegamos a la playa, que estaba a rebosar, aparcamos la moto, pagamos religiosamente 4.5€ por aparcarla….y entramos a la playa por una de las pasarelas donde había personas bajo sombrillas que parecían “controlar” el acceso, aunque a nosotros no nos dijeron ni una palabra.
Encontramos (más bien creamos) un hueco a primera línea de playa, extendimos la toalla y nos bañamos. Pese al gentío, el lugar era precioso. Salimos a secarnos al sol, comimos un par de bocadillos con embutido típico de allí (bastante bueno), paseamos y tras unas dos horas en la playa, nos cansamos y decidimos marcharnos para el hotel a ducharnos y pasar la tarde en Castelsardo. Poco más de un minuto después, se acercaron dos mujeres con una especie de uniforme policial que nos advirtieron que no teníamos pulsera (de acceso) y que debíamos comprarla online pero que para ese día la playa estaba llena. A lo que contestamos que no teníamos ni idea y que ya nos marchábamos. Luego consultamos el precio….y nos ahorramos 3.5€ por cabeza XD. Por lo visto, a diferencia de España, esa y otras playas en Italia son privadas. Pecamos de novatos y, supongo, que de pícaros “spagnolos”.
Desmontamos la parada y sin enfundarnos los ropajes moteros (lo sé, mal hecho, pero asumimos las posibles consecuencias), volvimos al hotel donde nos duchamos y cambiamos de ropa para ir a Castelsardo.
Durante la tarde, compramos souvenirs de pequeño tamaño a familiares y amigos, nos tomamos una cerveza y compramos algo de pan y mezcla en una charcutería del pueblo. Finalmente, nos lo llevamos al hotel y bajamos a la playa que había a unos pocos metros del mismo a ver la puesta de sol mientras cenábamos tomando otra cerveza fresca y nos despedíamos de la isla. Tras una rato de charla y disfrutar del momento, recogimos y volvimos al hotel para preparar las maletas.
DÍA 5 (Viernes). PORTO TORRES, BARCELONA.
A las 3.30 sonaba el despertador…..Nos duchamos, nos vestimos, recogimos las maletas, montamos la moto para el viaje y pusimos rumbo a Porto Torres. A las 5.30 llegamos al puerto, y a esperar al Ferry, que a diferencia de en Barcelona, no nos estaba esperando en el puerto. Durante la espera hablamos con un matrimonio gallego que este mismo año cumplian 50 años en la carretera (en moto) y que se han recorrido todas las islas del mediterráneo en moto a excepción de Chipre (por inestabilidad política) y Menorca (la siguiente que quieren atacar). También apareció una familia (mujer, hijo y padr), sobre un sidecar de la marca soviética URAL, que llamó la atención de unos cuantos curiosos. Esperar…esperar…hasta que vimos entrar al Ferry a puerto sobre las 7.15, la supuesta hora de salida. Resultó que el Ferry venía de Civitavecchia, al norte de Roma, y que tenía que descargar a los pasajeros para que después embarcáramos nosotros. Sorprendentemente y en un alarde de coordinación logística en 45 minutos habían descargado y cargado el Ferry, embarcado a todos los pasajeros y puesto en movimiento el barco. Efectivamente hubo retraso, pero lo esperaba mucho peor estimando los tiempos. Subimos al barco y nos dijeron que tenían limpiar los camarotes y que mientras debíamos esperar en las zonas comunes. Nos habíamos tomado ya la biodramina (esta vez si que daban un poco de oleaje en alta mar) y mientras esperábamos el camarote, íbamos dando cabezadas (la biodramina da sueño). Una vez el camarote liberado (+- 2 horas tras embarque), nos cambiamos e intentamos dormir, por suerte dormimos casi todo el trayecto, como en la ida. Aunque esta vez el oleaje sí se dejó notar ligeramente a mitad trayecto. Pero entre la biodramina y haber dormido 3 horas la noche anterior, durmimos y no nos enteramos del mar. Llegamos a Barcelona y desembarcamos a las 21.00 aprox. Quedamos con un amigo que vive en la capital y fuimos a cenar con él y nos quedamos a dormir en su casa.
Al día siguiente (sábado), después de comer, pusimos rumbo de vuelta a Castellón, de nuevo por la autopista y haciendo una parada a medio camino.
En total +- 1400 km, de los cuales unos 800-850km fueron por la isla de Cerdeña.
La experiencia fue muy enriquecedora y fue el primer viaje largo con mi pareja en la moto y además fuera de España.
Lecciones aprendidas: Analizar con más antelación y detenimiento las rutas a recorrer. Estimar mejor la cantidad de ropa a utilizar, ya que no usamos ni la mitad de las mudas que llevamos, al ir constantemente en moto, está ropa fue la que más usamos. Llevábamos varios recambios de ropa técnica por debajo para el sudor y fue un acierto, incluso llegamos a lavar dos de las mudas para tener más recambios e ir siempre “limpios”. La parte buena de haber llevado tanta ropa “de más” es que ya sé que la moto y las maletas no se resienten con la sobrecarga, algo que me preocupaba (sobre todo lo segundo).
Próximo viaje: ni idea, se aceptan sugerencias. Me llama mucho la transpirenaica.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leerlo y espero que hayas disfrutado tanto leyendo como lo he hecho yo escribiendo.
Lo dicho al principio, a vuestra disposición sobre dudas, curiosidades, sugerencias.....lo que se quiera preguntar y se pueda responder.
Nos leemos.
Vsss
) y sí que pedimos algún café, papas y algún refresco, pero la comida (compra de supermercado) y el agua la trajimos con nosotros y comimos en el camarote. Nada de lo que compres en el Ferry es barato, pero bueno tampoco se pasan mucho teniendo en cuenta que no puedes escapar de ellos si quieres/necesitas comprar algo...