Había una mujer que quería aprender a volar. Fue a una escuela de vuelos y le dice al instructor lo que ella desea, Aprender a volar. El instructor le menciona que no tiene aviones disponibles, pero que sí tiene un helicóptero, que si ella gustaba, podía enseñarle.
La mujer acepta y a los mil pies de altura le habla a su instructor por la radio y le dice:
- Todo va perfecto, es una hermosa vista desde aquí.
El instructor contento le contesta:
Siga adelante.
Lo mismo sucede a los dos mil pies. A los tres mil, el instructor nota preocupado que no le había hablado la mujer por la radio, y de repente ve el helicóptero estrellarse.
Corriendo, llega hasta el lugar del accidente y le pregunta a la mujer:
- ¿Esta Ud. bien? ¿Qué pasó?, ¡Si todo iba a pedir de boca!.
La señora contesta:
- Tiene razón. Todo iba muy bien, pero a los tres mil pies me comenzó a dar frío, y apagué el ventilador grande que estaba arriba de mi cabeza.
La mujer acepta y a los mil pies de altura le habla a su instructor por la radio y le dice:
- Todo va perfecto, es una hermosa vista desde aquí.
El instructor contento le contesta:
Siga adelante.
Lo mismo sucede a los dos mil pies. A los tres mil, el instructor nota preocupado que no le había hablado la mujer por la radio, y de repente ve el helicóptero estrellarse.
Corriendo, llega hasta el lugar del accidente y le pregunta a la mujer:
- ¿Esta Ud. bien? ¿Qué pasó?, ¡Si todo iba a pedir de boca!.
La señora contesta:
- Tiene razón. Todo iba muy bien, pero a los tres mil pies me comenzó a dar frío, y apagué el ventilador grande que estaba arriba de mi cabeza.
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Y los puntos suspensivos:
