
De repente, siente como él la acaricia suavemente, casi de manera furtiva, recorriendo delicadamente la periferia de su cuerpo.
Ella siente como su cuerpo reacciona inmediatamente a las caricias.
El marido toma sus manos y las recoge, mete una de sus manos por su espalda y llega atrevidamente hasta sus redondeces.
En este momento, la mujer ya está que arde, jadeante, temblorosa, húmeda, deseosa y con los vellos erizados.
Entonces, sus piernas son abruptamente levantadas. La mujer, aún asombrada pero satisfecha, siente que al fin la pasión perdida por años ha regresado y le encanta sentir como su hombre apoya sobre ella todo su peso.
Se excita más al sentir en su nuca el aliento cálido de su marido. Ella se prepara, entrecierra los ojos y levanta las caderas; separa y flexiona sus piernas y se dispone a ser poseída, cuando de pronto su marido suelta sus piernas, gira sobre sí mismo y se acomoda en su lado de la cama.
La mujer, respirando hondamente, entre asombrada y al borde de un colapso por el calentón le pregunta: - ¿¿¿¿Pero ... qué pasó mi macho???? Él, pausado y tranquilamente, responde en baja voz: - ¡¡Ya!!
- YA ....... ¿¿¿QUÉ...??? (le pregunta ella histérica)
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- Tranquila mujer, relájate y sigue durmiendo, que ya he encontrado el mando a distancia… ;D ;D