Hoy he probado la Z900RS, por fin.:excited:
Después de subirme varias veces en un par de concesionarios, mi primer problema, la altura, no ha sido para tanto. Llego de puntillas con las dos piernas a la vez, pero descolgándome mínimamente de un lado llego con media planta (1,70 y piernas cortas
). Los reparos han desaparecido en dos segundos.
Lo primero que me ha chocado es la postura: es prácticamente trail, si no fuera por una ligera inclinación hacia delante. El asiento es alto con respecto al manillar, que es ancho, y las piernas van poco flexionadas, menos que en mi Yamaha. La posición del cuerpo es cómoda y sugiere ir al ataque. La moto se nota corta (depósito corto y ancho), pequeña y ligera, y la sensación de control es total. Entonces viene cuando aceleras y aquello es un festival, pero eso lo explico después. El asiento es lo suficientemente amplio, recoge bien el culo, pero el mullido es un pelo tacaño. No es duro como una piedra, incluso creo que lleva un poco de gel, pero pienso que después de un par de horas el culo tiene que resentirse.
El panel de mandos me ha decepcionado. No ha sido algo dramático, pero los relojes son austeros, pequeños y con las cifras minúsculas no aptas para vista cansada. Además están rematados con dos tornillos en cada esfera sin ocultar, como diciendo: ¿para qué esforzarse más? La pantalla central es tipo TFT pero monocolor y no muy grande. El efecto general del cuadro es un poco... ¿de rebajas? Sin embargo la información aportada es muy completa: marcha engranada, ordenador de a bordo (trips, autonomía, consumos medio e instantáneo, temperatura exterior, cuentakilómetros), nivel de depósito, temperatura motor, modo de control de tracción... La marcha engranada preside la pantalla, se ve muy bien y funciona perfectamente. Los espejos redondos no son muy bonitos, pero oye, que se ve la mar de bien por ellos. Los mandos tienen la distribución típica japonesa con el añadido del conmutador para las funciones del ordenador de a bordo. Buena calidad en ellos.
He hecho ciudad, curvas (el Garraf dos veces, para los que seáis de Barna o lo conozcáis) y algo de autovía durante una hora y cuarto.
En general, en todos los ámbitos, si hubiera que decir algo de la moto es que esta máquina es un juguete. Pero de los que crean adicción.
Por ciudad se desenvuelve de maravilla. Es ligera, tiene un nervio del copón, es pequeña. Eres el puto rey del atasco. Hasta me he mirado en un escaparate y la estampa clásica tiene un encanto que tira de espaldas. Pero no nos engañemos, esta moto de clásica no tiene un pimiento. El cambio no es japonés, es suizo y de la industria relojera. Precisión, recorridos cortos, silencioso (el clonk de la primera es para nenazas). El punto muerto se encuentra desde arriba, desde abajo y desde en medio. El embrague es blandísimo y fácil de accionar. Por todo ello, llevarla por las calles es un placer. El motor a bajas vueltas es suave como el culito de un bebé. El problema reportado por los probadores profesionales de tacto brusco no se refiere a la marcha del motor a bajo régimen, que es un prodigio de suavidad, sino al corte de gas. Yo no lo he notado en ciudad, lo he notado más en carretera. Cuando sales antes que nadie del semáforo, el escape te hace una promesa de lo que te vas a encontrar después. Y entonces te pones nervioso y te empiezas a reír. Control, posición cómoda, agilidad, par a raudales. En tercera sales disparado ante cualquier problema. Los frenos te paran solo con hacer el gesto con los dedos. Imaginad la combinación de pinzas radiales y 210 kg en marcha, brutal. No es calurosa, yo no he notado nada. Pues eso, por ciudad, una delicia.
Y entonces llega el Garraf. Es como llegar al campo de batalla encima de un panzer. ¡Es su territorio! Todo te invita a darle: la postura, el manillar ancho con el que el contramanillar es telepático, esa aceleración que a cada golpe de gas parece levantar rueda, los frenos que dan mucha seguridad y.... ¡el sonido! :excited: Menudo concierto. Acelerar agarrado al manillar con esa banda sonora es para los oscars de este año. Es muy, muy, muy divertida. El margen de inclinación es enorme, y en esta moto no hace falta prácticamente moverte en el asiento. Inclina con solo pensarlo y el contramanillar se hace solo.
Pero no todo puede ser bueno. En carretera he notado el "defecto" del acelerador. El problema es el pequeño escalón que se produce desde gas cero hasta empezar a acelerar. Para que no se note un pequeño tirón, hay que ser muy suave acelerando. Es un poco molesto cuando estás inclinado y no controlas tan bien el puño, o si estás distraído y das gas sin cuidado. Entonces la moto da un pequeño salto que no gusta nada, pero una vez tienes gas en el motor todo es suavidad. Yo no lo he visto algo decisivo, pero está ahí.
La horquilla me ha gustado mucho, es firme pero amortigua bien y copia el terreno perfectamente. El amortiguador trasero no tanto. No es seco como en la V7, pero el tacto es demasiado deportivo, demasiado duro para una conducción confortable no deportiva. Para conducción sport (y con esta moto puedes ir muy, muy, muy rápido) es totalmente adecuado. El problema es que la precarga estaba al mínimo. Solo queda regular el rebote, que se puede, a ver si se hace un poco más confortable. Si no se puede, pues bueno, a joderse.
Los adelantamientos son supersónicos. El motor acoplado a tal ligereza da una sensación de poderío absoluto. El cambio está bien escalonado y es corto y suave. El motor retiene lo justo, quizás un poco menos que mi Yamaha. Es realmente un juguete que sirve para disfrutar en las curvas y arrancarte carcajadas casi histéricas. Yo no he conducido nunca una streetfighter, pero por ahí andará.
En autopista acojona. En serio, parece que vayas a despegar. Lo que ocurre es que el tren delantero es tan sensible por manillar ancho y liviano, que cuando llegas a 160 parece que estés colgado de los lomos del diablo. No es inestable ni mucho menos, la moto es súper-estable en todas las condiciones, da mucha seguridad inclinando, pero a alta velocidad su sensibilidad te sugiere que a la que muevas un poco bruscamente el manillar pueden suceder cosas desagradables. Pero es acostumbrarse. Mi Yamaha es mucho más pesada de dirección y da más confianza a alta velocidad, pero claro, no es un prodigio de agilidad. No hay coche, camión, trailer, avión o reactor que se te resista en aceleración. Es brutalmente divertida. La protección es nula, por supuesto, y el ir con los brazos separados por el ancho manillar no facilita las cosas. Pero es igual, te olvidas de todo oyendo el escape.
Mis conclusiones
Esto no tiene nada de moto clásica, es una moto totalmente moderna con líneas clásicas. Ni siquiera es una moto, es un juguete adictivo. Ese motor, esa postura al ataque, ese sonido. No te lo quitas de la cabeza. No creo que haya muchas motos más divertidas para salir los fines de semana y quemar todas las curvas de aquí a Andorra. Además no es matadora en confort de marcha. Aunque no es un prodigio de comodidad, puede servir para rutas medias (500 - 600 km) sin hacer ninguna modificación, si acaso ajustar mejor el tarado trasero si es posible. Un poco más de mullido en el asiento no vendría mal.
Para viajar la veo justa, le falta un poco de comodidad y capacidad de carga. El pasajero no va a ir muy cómodo. Los estribos son metálicos y un poco altos. El asiento parece lo mismo que para el piloto. No tiene donde agarrarse, y creedme que lo va a necesitar. La vertiente lúdica de la moto se carga un poco la capacidad viajera. Como en todas las naked modernas, vamos.
Estéticamente es muy pintona, y los acabados son normales. No ves grandes despliegues de calidad (no es una Nine T), pero es muy completa y tiene de todo, hasta iluminación full LED.
Es una moto para rutas cortas-medias muy divertida, y para ciudad naturalmente. Viajar con ella es factible, pero en monopuesto y mejor por comarcales y nacionales. Tiene prestaciones de sobra. Es muy alta, pero también es pequeña (corta) y ligera. Creo que puede servir para gente de talla grande por su altura.
En resumen: es una gran máquina cuya polivalencia se acaba donde empiezan las grandes rutas. Y no por motor. Es algo serio. No tiene nada que ver con las neoclásicas tradicionales como la Bonneville, la V7, incluso con la CB1100RS. Está muy lejos de todas estas, y yo diría que a la altura dinámica de la Nine T o la Thruxton R.
XTR, esta te puede encajar si tu intención es rodar por pura diversión. Hay motor, hay altura de asiento para tu estatura, hay ciclo y hay mucha belleza. Pruébala.
Y solo faltan un par de cosas: su principal defecto y qué voy a hacer. Relajo los dedos y sigo.