Tranquilidad, mucha tranquilidad, no os alteréis.
Lo primero, como todo, hay que tener cierta suerte en la vida. Al mismo tiempo, hay que ayudarla, la suerte no puede con todo.
Lunes, miércoles y viernes, desde hace una década, realizo una tabla de ejercicios en el gimnasio. La montó una monitora a mi solicitud de querer estar fuerte para llevar la motocicleta, una hora de bicicleta con diversas fuerzas, ya no trabajo más las piernas y, luego, una hora y media con sus descansos con pesas, diversos ejercicios y estiramientos, en total dos horas y media. Al principio me costaba mucho ir, ahora, como no vaya, tiemblan en casa, es una de las formas más efectivas de encontrarte bien y quemar la mala leche que te introduce el “bonito entorno” del que disfrutamos. Como de todo sin excesos, bebo alcohol, pero no más de dos cervezas diarias o una sola si acompaño la comida con un vaso de vino y, mi único vicio, el que me matará, es que soy fumador, pocos cigarros, los hago yo mismo, pero desde hace mucho, muchos años. Si no fumara el asunto sería perfecto, pero adolecería del aburrimiento, es lo que conlleva la perfección.
Cuando viajo con el grupo, soy el de más edad, me adapto absolutamente a todo, soy fácil de llevar, salvo unas exigencias que no negocio, en su defecto me quedo en casa. No más de 500 km en tramos de enlace y día, no más de 250 km ruteando por los puertos y día, una ingesta decente más desayuno al día, una ducha con mínimas posibilidades de ser una cueva de bacterias y una cama decente, me da lo mismo si es un dos, tres o cuatro estrellas, solo exijo un sitio decente.
Utilizo la moto solo o en pareja, siempre en salidas o viajes, nunca la llevo por ciudad salvo que, por obligación, tenga que cruzar alguna. Es pesada y no disfruto.
En todos los viajes realizados, absolutamente todos, sean por los Pirineos o Alpes, si se realizan en el mes de junio, todavía no son vacaciones, en las cimas la mayoría somos jubilados, da gusto vernos y las ganas que hay de vivir y pasarlo bien, se nota, estoy seguro de ello, que todos hemos tenido lo nuestro y que ha llegado el tiempo de disfrutar.
Lo único que me susurra la edad, ahora lo hace más que antes, es un “se prudente, si te haces daño cuesta mucho más recuperarte”, y conduzco con una cierta prudencia, ya no estoy en edad de demostrar nada pues, como todos los de mi edad, vivimos gracias a lo que ya hemos demostrado, que sean otros los que lo hagan, lo nuestro a disfrutar, no olvidéis que jubilado viene de júbilo, pues a ello. Siempre voy equipado, incluido el airbag y la moto en perfecto estado de revisión.
Y, sobre todo, ser prudente con los planes, ya sabéis lo que dicen: si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”.
Os lo dice un tipo suertudo que tiene 67 años, una 1250RT, que este junio viajará por los Dolomitas y Austria 10 días y que ya ha comentado al grupo que un enlace de 1000 Km lo harán las santas madres de los compañeros, que no pasa nada, que estoy jubilado y salgo un par de días antes.
Y todos tan contentos.