Pon una imagen que te guste.

Luces Hamnoy.
Tras dos semanas de tormenta, nubes y nieve en las islas Lofoten, el cielo finalmente se despejó, proporcionando las condiciones perfectas para cazar esta aurora boreal. El fotógrafo esperó pacientemente en su automóvil a que comenzara el espectáculo de luces y, al primer signo de la aurora boreal en el cielo, instaló su cámara en este famoso mirador del idílico pueblo pesquero de Hamnøy. La imagen es una combinación de exposición manual que consta de una imagen base para el cielo y el primer plano, más un total de siete imágenes entre corchetes para equilibrar los reflejos y las sombras en el pueblo pesquero y el agua.
Foto: Andreas Ettl.
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Un bocado malo.
En unas vacaciones al norte de Sulawesi, Indonesia, Sam se detuvo para observar el comportamiento de un grupo de peces payaso mientras nadaban con patrones frenéticos y repetidos dentro y fuera de su guarida, una magnífica anémona. Estaba intrigado por la expresión de un individuo cuya boca estaba constantemente abierta sosteniendo algo. Los peces payaso son muy territoriales y viven en pequeños grupos dentro de una anémona. Los tentáculos de la anémona protegen al pez payaso y sus huevos de los depredadores gracias a que el pez payaso desarrolla una capa especial de moco para evitar ser picado por la primera. A cambio, los inquilinos se alimentan de escombros y parásitos dentro de los tentáculos y airean el agua a su alrededor a la vez que disuaden a otros peces de alimentarse de la anémona.. En lugar de seguir al pez en movimiento en su visor, Sam se colocó donde sabía que volvería al encuadre. Cuando descargó las fotos en su casa vio pequeños ojos asomando por su boca del pez payaso. Era un ejemplar de Cymothoa exigua, un isópodo parásito que nada a través de las branquias y se adhiere a la base de la lengua de estos peces alimentándose de su sangre. La imagen de Sam, una recompensa a su curiosidad, captura tres formas de vida muy diferentes y sus vidas entrelazadas.
Foto: Sam Sloss.
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Sorpresa.
Una ardilla roja se aleja de su descubrimiento sorpresa: un par de búhos de los Urales, muy despiertos. En el bosque cerca de su aldea en la isla japonesa de Hokkaido, Makoto había pasado tres horas, en condiciones de congelación, escondido detrás de un árbol cercano con la esperanza de que la pareja de búhos actuara. De repente, apareció una ardilla de las copas de los árboles. "Fue extraordinario verlos a todos en el mismo árbol", dice Makoto. Los búhos de los Urales se alimentan principalmente de pequeños mamíferos, incluidas las ardillas rojas. Ésta, de características orejas, cola tupida y pelaje de invierno teñido de gris, es una subespecie de la ardilla roja euroasiática endémica de Hokkaido (posiblemente amenazada por la introducción de ardillas rojas del continente, originalmente como mascotas). En lugar de huir, la curiosa ardilla se acercó y miró dentro del agujero de los búhos, primero desde arriba, luego desde un lado. 'Pensé que iba a ser atrapada justo en frente de mí', dice Makoto, 'pero los búhos simplemente le devolvieron la mirada.' La curiosa ardilla, como si de repente se diera cuenta de su error, saltó a la rama más cercana y se alejó rápidamente hacia el bosque. Con reacciones igualmente rápidas, Makoto logró enmarcar toda la historia: la huida de la ardilla, la expresión de los búhos y un suave toque del paisaje forestal invernal.
Foto: Makoto Ando.
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El lago rojo de las estrellas.
Hace años, antes de la sobrepesca, Little Redfish Lake recibía su nombre en honor a la gran cantidad de salmones que teñían al lago de un color rojizo. Esta coloración roja ya no está presente debido al salmón, sin embargo el color de las puestas de sol aún hacen que las aguas se tornen de un cálido y vibrante color. Son estos hermosos ecos rojizos combinados con los reflejos espejados de las montañas Sawtooth y la alineación de la Vía Láctea, que hacen que Little Redfish Lake sea uno de los lugares más espectaculares en los que el fotógrafo jamás haya fotografiado la noche. Bryony Richards recuerda que: "fuimos afortunados esa noche de tener la orilla del lago para solo tres de nosotros, ¡y un perro bastante emocionado que hizo todo lo posible para no toparse con nuestros trípodes! Pasamos la puesta del sol aquí, esperando que salieran las estrellas y que se elevara el núcleo de la Vía Láctea maravillados por el color rojo del agua".
Foto: Bryony Richards.
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Pelícanos marrones de compras.
"Me fascinaron los pelícanos que encontré por primera vez en el mercado de pescado en la isla de Santa Cruz".
Foto:Amanda Casley.
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La vida en equilibrio.
Una rana de cristal de Manduriacu se alimenta de una araña en las estribaciones de los Andes, en el noroeste de Ecuador. Como grandes consumidores de invertebrados, las ranas de cristal juegan un papel clave en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas. Esa noche, la determinación de Jaime de compartir su pasión por ellos lo había llevado a caminar durante cuatro horas bajo una intensa lluvia y a través del bosque para llegar hasta varios arroyos en la Reserva Manduriacu. Sin embargo, las ranas eran esquivas y el aguacero se hacía cada vez más pesado. Al volver, se emocionó al ver una pequeña rana aferrada a una rama, con los ojos como mosaicos relucientes. No solo estaba comiendo (había fotografiado ranas de vidrio comiendo solo una vez antes) sino que también era una especie recién descubierta. Distinguida por las manchas amarillas en su espalda y la falta de membranas entre los dedos, la rana de Manduriacu se encuentra solo en este pequeño área que, aunque se trata de una privada, está seriamente amenazada por las actividades mineras permitidas por el gobierno (minería a cielo abierto de oro y cobre), así como la tala ilegal, por lo que, ya recién descubierta, el nuevo anfibio se considera en peligro crítico de extinción. Con la serenata de un coro de ranas bajo una lluvia torrencial, Jaime sostuvo un paraguas y un flash con una mano par con la cámara en la otra capturar la primera imagen de esta especie alimentándose.
Foto: Jaime Culebras.
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Masaje de cabeza.
El aislamiento geográfico e histórico de las Islas Galápagos ha convertido a este archipiélago en una región rica en biodiversidad y en especies endémicas (que son propias y exclusivas de este lugar).
Este fue el lugar que inspiró a Charles Darwin su teoría de la evolución; y al fotógrafo John Seager, las islas le proporcionaron esta imagen. En ella, un pequeño lagarto de lava reposa sobre la cabeza de una iguana marina mientras ambas toman el sol. ¿Y sabes por qué el lagarto ha escogido este lugar para hacerlo? ¡Para que la iguana le proteja de los depredadores!
Foto: John Seager.
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Reino del Buda Rojo.
La fotografía de Yang Shu nos sumerge en la visión de una academia budista (The Seda Wuming), y nos revela un paisaje de miles de bungalows de estilo tibetano, pintados de rojo, que se despliegan a lo largo de kilómetros y rodean varios templos, erigiendo una particular ciudad de montaña.
Foto: Yang Shu.
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Secar té.
Los trabajadores de Moc Chau y Son La en Vietnam esparcen las hojas de té verde para que se sequen; esta es la primera etapa de la producción de té oolong.
Foto: Tran Tuan.
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El temible.
En esta fotografía, un oso grizzly se alimenta de hojas cerca de las flores en un claro del bosque en Columbia Británica. Aunque la imagen tiene cierta ternura, el nombre científico de este omnívoro, que puede alcanzar los 550 kilogramos, rompe con esa impresión: Ursus arctos horribilis. ¿Te preguntas por qué se le llama así?
La historia cuenta que el naturalista George Ord, quien formalizó el nombre a partir de las notas de los exploradores Lewis y Clark, interpretó que estos habían querido referirse al oso como "espeluznante" y no como "gris", una ambigüedad justificada por la similitud de ambas palabras en inglés. Por lo tanto, decidió incluir "horribilis" en el nombre científico, una palabra que en latín significa temible. Y así, le conocemos nosotros.
Foto: Jack Chapman.
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