Esto que comentas es precísamente lo que menos hago en un viaje, es decir, salir con una programación y plan establecido. Se trata de mi tiempo libre y por tanto decido como y cuando administrarlo, ya que no siempre uno tiene las mismas ganas de moto; Si tengo que variar el destino durante el viaje porque me gusta más lo que voy viendo, lo hago. Si tengo que acortar la duración del viaje por haberme pulido el presupuesto antes de tiempo, lo hago también. Si me apetece dormir, o comer en tal sitio, no doy explicaciones a nadie. Si a la mañana siguiente no me apetece madrugar, no lo hago. Son muchas las variables que aparecen en un viaje largo, y salvo que vaya con mi pareja, o un reducidísimo grupo que sea igual de anárquico que yo en estos menesteres, prefiero ir a mi aire y así sé que no tendré problemas.
Si se trata de una salida dominguera, o KDD de fín de semana, no tengo problemas en amoldarme a lo que haya, salvo que sea una multitud de motos o vayan a cuchillo, o peor aún ambas cosas, en ese caso me distancio y a mi aire sin problemas.
Dicen que siempre hay un roto para un descosido: Desde la pulcritud estética de los típicos pilotos de moto de amplísima experiencia con el último modelo de moto y equipación que no paran ni a mear, y en lugar de conducir aplican técnicas de pilotaje, hasta los "motopuercos" con motos y equipaciones semiarcaicas que lo mismo van en moto, que paran y se les calienta el pico a base de charla y birra sin importarles el tiempo que inviertan en ello, ya que tampoco pilotan, sino que llegan a los sitios. Y entre los dos extremos siempre hay un lugar en el que uno puede sentirse cómodo. Tarde o temprano aparece un grupo en el que encajamos perféctamente, es cuestión de paciencia.