1 Julio 2007
Madrugamos para salir pronto. Ya teníamos preparada la moto y el equipaje el día anterior, de modo que solo era levantarnos y ponernos en marcha. Finalmente, una semana antes del viaje me decidí y compré un TomTom Rider 2ª versión, ya que no me fiaba del todo de mi Garmin. Como pude comprobar más tarde fue un acierto, ya que nos sacó de varios apuros además de guiarnos perfectamente durante los 7 días. Hacemos alguna foto de la salida, le ponemos al GPS que nos lleve a Burdeos (la pantalla anuncia 740 kms) y arrancamos a las 9.24h hacia nuestro primer objetivo.
Primera parte de la ruta cómoda pero algo aburrida (queríamos quitarnos cuanto antes mejor toda la parte de España y recurrimos a autovía hasta Irún). Nos cruzamos con muchos moteros de domingo por la mañana a los que saludamos alegremente (zona de Torrelaguna y el Berrueco). Hacemos la primera parada a las 11h en un pueblecito segoviano llamado Boceguillos. Pincho de tortilla, refresco y en marcha de nuevo.
Primer repostaje en Burgos (primero de los 21 repostajes del total de la ruta). Descansamos 15 minutos tirados en un banco, limpiamos las pantallas de mosquitos y continuamos el viaje. Ahí comienzan las quejas de mi mujer de la dureza de su asiento, teniendo en cuenta que le quedaban por delante más de 4000 kms.
Decidimos comer antes de dejar España y lo hacemos en Vitoria Gasteiz. Un restaurante de carretera donde no comimos nada bien, aunque nos clavaron con la cuenta. Una pena, pues nos hubiera gustado despedirnos de nuestra gastronomía por todo lo alto… En fin, que continuamos marcha hasta Irún bajo una suave pero persistente lluvia. Allí aprovechamos para hablar con nuestras familias antes de cruzar la frontera. Decidimos repostar de nuevo, ya que la diferencia de precios es considerable (1,06 en España contra 1,46 e incluso en algunas gasolineras 1,62 en Francia).
Nada más cruzar la frontera, notamos la diferente calidad de las carreteras, bastante mejor en Francia. A partir de aquí, le indico al GPS que evite las autovías para calcular la ruta, ya que no sólo queremos llegar a nuestro objetivo, sino que también queremos disfrutar del viaje.
Paramos (café y pis) en Bayona. Entonces, ya le va cambiando la cara a mi mujer (la pobre) ya que dice que no aguanta el asiento ni un kilómetro más. Una vez convencida de que teníamos que seguir, y con la promesa de que las siguientes jornadas serían de menos kms, avanzamos otra media horita por carreteras secundarias.
Tras esa media horita paramos otro ratito a que mi mujer llore un poquito (hihihi). Se tira boca abajo en la hierba del borde de la carretera y yo me dedico a hacerle fotos. Los coches que pasan se quedan mirando con cara de “están locos estos moteros”.
Finalmente llegamos al hotel previsto en Burdeos (cadena IBIS) a las 20.15h. Cenamos en un restaurante de al lado y descansamos a base de bien, que nos lo hemos ganado. Mañana será otro día…
Madrugamos para salir pronto. Ya teníamos preparada la moto y el equipaje el día anterior, de modo que solo era levantarnos y ponernos en marcha. Finalmente, una semana antes del viaje me decidí y compré un TomTom Rider 2ª versión, ya que no me fiaba del todo de mi Garmin. Como pude comprobar más tarde fue un acierto, ya que nos sacó de varios apuros además de guiarnos perfectamente durante los 7 días. Hacemos alguna foto de la salida, le ponemos al GPS que nos lleve a Burdeos (la pantalla anuncia 740 kms) y arrancamos a las 9.24h hacia nuestro primer objetivo.
Primera parte de la ruta cómoda pero algo aburrida (queríamos quitarnos cuanto antes mejor toda la parte de España y recurrimos a autovía hasta Irún). Nos cruzamos con muchos moteros de domingo por la mañana a los que saludamos alegremente (zona de Torrelaguna y el Berrueco). Hacemos la primera parada a las 11h en un pueblecito segoviano llamado Boceguillos. Pincho de tortilla, refresco y en marcha de nuevo.
Primer repostaje en Burgos (primero de los 21 repostajes del total de la ruta). Descansamos 15 minutos tirados en un banco, limpiamos las pantallas de mosquitos y continuamos el viaje. Ahí comienzan las quejas de mi mujer de la dureza de su asiento, teniendo en cuenta que le quedaban por delante más de 4000 kms.
Decidimos comer antes de dejar España y lo hacemos en Vitoria Gasteiz. Un restaurante de carretera donde no comimos nada bien, aunque nos clavaron con la cuenta. Una pena, pues nos hubiera gustado despedirnos de nuestra gastronomía por todo lo alto… En fin, que continuamos marcha hasta Irún bajo una suave pero persistente lluvia. Allí aprovechamos para hablar con nuestras familias antes de cruzar la frontera. Decidimos repostar de nuevo, ya que la diferencia de precios es considerable (1,06 en España contra 1,46 e incluso en algunas gasolineras 1,62 en Francia).
Nada más cruzar la frontera, notamos la diferente calidad de las carreteras, bastante mejor en Francia. A partir de aquí, le indico al GPS que evite las autovías para calcular la ruta, ya que no sólo queremos llegar a nuestro objetivo, sino que también queremos disfrutar del viaje.
Paramos (café y pis) en Bayona. Entonces, ya le va cambiando la cara a mi mujer (la pobre) ya que dice que no aguanta el asiento ni un kilómetro más. Una vez convencida de que teníamos que seguir, y con la promesa de que las siguientes jornadas serían de menos kms, avanzamos otra media horita por carreteras secundarias.
Tras esa media horita paramos otro ratito a que mi mujer llore un poquito (hihihi). Se tira boca abajo en la hierba del borde de la carretera y yo me dedico a hacerle fotos. Los coches que pasan se quedan mirando con cara de “están locos estos moteros”.
Finalmente llegamos al hotel previsto en Burdeos (cadena IBIS) a las 20.15h. Cenamos en un restaurante de al lado y descansamos a base de bien, que nos lo hemos ganado. Mañana será otro día…