Me voy a remontar al primer cambio obligatorio de seguridad: cuando impusieron el uso del casco. A mi te tocó profundamente los bemoles. Con casco oía peor a los coches, veía menos, pasaba calor en verano y en plena iniciación al ligoteo... llegaba despeinado siempre!!. Caray... ¿en ciudad con casco? panda de nenazas. Sin embargo me valía la pena gastarme el dinero en lo que me dé la gana y no en multas. Ahora no saldría sin casco, pero no por las multas, sino porque mi cabeza me interesa incluso más que mi cartera.
Como he dicho unos posts más arriba, estoy todavía convaleciente de un guarrazo aseadito. Pues toda la ropa que se ha ido al traste, la que me ha salvado de tener peores lesiones, ya estoy ahorrando para reponerla. Casco, guantes, mono de cuero con protecciones, botas... todo. ¿por qué? porque yo lo valgo.
Y me parece estupendo que otros no se protejan, pero cuando se caigan y se hagan más daño y estén más tiempo lesionados o queden con secuelas de por vida, entre todos les pagaremos los extras, igual que ahora soy yo el que cobra, pero llevaba todo el equipo. Y ese es el punto donde me importa. Cada uno puede hacer lo que quiera, pero que recuerden que cuando van a un hospital publico, pagamos todos. Cuando hay que pagar incapacidades temporales y pensiones de viudedad o de orfandad, pagamos todos. Y llevar o no protecciones puede hacer que se paguen unos cuantos millones de euros menos al año en Sanidad y en gasto social. Y quien dice ropas de protección en moto, dice el casco en la obra, el arnés en el trabajo de altura, la mascarilla cuando se usan productos tóxicos, los guantes en algunas profesiones, gafas protectoras...