Aviso: va tocho de los que hacen época.
En mi opinión deberíamos seguir como estamos, pero al parecer cambiar dos veces al año una hora es algo que trastorna de una manera gravííísima a mucha gente. Imagino que será gente que si hace viajes transoceánicos y se mete del tirón un desfase horario ("jet-lag") de siete horas, muere directamente por las heridas internas sufridas... Esto que digo es el caso de una conocida que, oye, tiene la suerte de "trabajar" en un sitio donde le toleran poner esa excusa de lo mal que le sienta el cambio de hora para, cuando ocurre, no ir ese lunes a trabajar, y tiene que quedarse en casa recuperándose de tan traumático daño que sufren su cuerpo y su psique. Pero eh, que si hay que estar hasta las cuatro de la madrugada de fiesta, se está. Y encima hablo de alguien que se acaba de ir de vacaciones a Tailandia con no sé cuántas horas de vuelo continuado. Con eso no me consta que haya sufrido daño alguno. En fin... Cuando se acabe implantando un horario único, a ver qué se inventa para tener by the face un par de días más de vacaciones al año.
Volviendo al tema y dejando de lado el mencionado caso particular de cuentitis (que es más habitual de lo que pensamos), intento justificar por qué, en mi opinión, creo que deberíamos seguir cambiando la hora como hacemos actualmente: por los
ciclos circadianos. Es decir: por la coordinación natural de nuestro organismo con las condiciones de luz y temperatura del entorno. Lo razonable es despertarse y levantarse con el amanecer (si no exactamente, no mucho antes ni mucho después). Y en el otro extremo empezar el ritual de bajar la intensidad de nuestra actividad normal, cenar e irse a dormir con la llegada del anochecer. Es una programación puramente biológica que tenemos grabada como animales que somos, aunque nuestra capacidad de raciocinio y de costumbres sociales en mayor o menor medida puedan "luchar" contra esa programación natural.
Ahora bien: si adoptamos el horario de verano también en invierno, y manteniendo los horarios que tenemos asumidos, va a resultar que la mayor parte de la gente se va a poner en marcha cada día cuando aún quedan dos horas para que amanezca, cosa totalmente antinatural. Pero eso sí: "disfrutaremos" de una hora más de luz (
la que dejamos de disfrutar por la mañana) por la tarde. Y es que esto último es curioso, porque hay gente que no acaba de entender que independientemente del horario que adoptemos, las horas de luz son las que son y punto. Y es que es espeluznante la capacidad de raciocinio (por lo escaso, me refiero) que tiene bastante gente. Recuerdo algunas perlas que vi hace tiempo en la televisión en una encuesta callejera respecto a este tema:
- a.- "Que así es mejor porque podremos hacer como en verano, que es cuando mejor me lo paso" (¿¿¿???). Se debía pensar que por asumir el horario de verano, diciembre también iba a ser verano, o algo así. Le faltó decir que qué chachi, así podría ir a la piscina o a la playa todo el año.
- b.- "Que mejor el horario de verano, porque tendremos más horas de luz, como en verano" . Lo que decía antes. No hay más preguntas, señoría.
- c.- "Que de ese modo podremos estar más tiempo en las terrazas" . Vaya, hay gente para la que estar de terrazas debe ser algo como respirar o alimentarse. Ideal estar dos o tres horas de terrazas, todos los días... Oye, que a lo mejor en algunas zonas del país, las más cálidas, puede tener un mínimo pase ese razonamiento (se hace más vida en la calle), pero en las zonas de clima más severo es orgásmico estar en las terrazas a las siete de la tarde en enero, a dos grados bajo cero y con una niebla que no veas, si no lloviendo o nevisqueando. Y a las seis, lo mismo.
El aspecto que frecuentemente más se esgruime para el cambio al horario de invierno es el ahorro energético. Hay estudios para todos los gustos, desde los que dicen que el ahorro es del orden 4~5% respecto al escenario de seguir con el horario de verano constantemente, a los que lo rebajan a prácticamente nada. Bueno, seamos prudentes y tomemos un valor medio, y pongamos que se consigue un ahorro del 2%. Pues oye: un ahorro a nivel nacional del 2% es mucho ahorro. Pero mucho. Y un 1% también lo sería. Y quien dice ahorrar en consumo energético, dice ahorrar en emisiones contaminantes, tema que tanta importancia ha adquirido en los últimos años. ¿O ahora resulta que reducir las emisiones de CO2, el calentamiento global, etc, es un objetivo absolutamente prioritario... o no tanto, dependiendo de lo que se hable?.
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Al final mi conclusión es que
cada cual tiene unas razones. A veces basadas en razonamientos propios de un niño de cuatro años (como los puntos "a" y "b" anteriormente citados), a veces porque a
sus circunstancias personales actuales son las que mejor se adapta uno u otro horario. Por ejemplo: a quien por las circunstancias que sea no tiene que madrugar, pues le importa un güito que amanezca a las 9 de la mañana, si él/ella se levanta a las 9:30, ya de día. Y claro, si le gusta luego por la tarde hacer deporte, pues le viene muy bien el horario de verano. Pero al que madruga bastante eso de levantarse, activarse y que pese a ello falten dos o tres horas para ver un rayo de sol, pues hombre, a lo mejor no le gusta tanto. Y hay gente (bastante) a la que objetivamente le da igual, porque trabaja a turno partido y según su horario laboral y hobbies pues le puede venir mejor una cosa u otra (por ejemplo, mal al que sale a correr antes de irse a trabajar por la mañana, o al que tiene que conducir una hora para ir la trabajo... y en cambio bien a quien se da una vuelta en bici por la tarde después de salir de trabajar). Y entiendo y respeto todos los casos, pero no dejan de ser posicionamientos basados no en una cuestión racional que busque el interés general, sino lo que les vienen mejor a cada cual en sus circunstancias, totalmente particulares y actuales (circunstancias que pueden darse la vuelta en cualquier momento).
Yo, personalmente, como decía al principio, optaría por seguir como estamos. En primer lugar porque me parece lo más coordinado con nuestros ritmos circadianos a lo largo de todo el año (dentro de lo poco que respetamos a dichos ciclos). Y segundo, porque pensando en el conjunto de la sociedad (no sólo en mi) me parece razonablemente equilibrado en cuanto a pros y contras. Soy de los que suele pensar en que en el medio está la virtud y que no debe beneficiarse a unos a costa de perjudicar a otros.