ovejanegra
Curveando
Conforme pasan los años (y no en balde precisamente), uno va viendo la importancia de conducir la moto de la forma más cómoda posible. Cuando uno empieza, es joven, está delgado y en forma, y suele viajar poco. Va pasando el tiempo y a la vez que el cuerpo se desgasta, empiezan los viajes de largo recorrido. Entonces la cuestión de la comodidad de tu montura se vuelve importante.
Después de unas cuantas motos, llevo dándole vueltas al tema desde hace unos cuantos años. Esas vueltas me han llevado a su vez a tocar las motos para hacerlas más cómodas y poder ir lejos con ellas con las menores secuelas posibles. Y ahora, ya con una edad, la cuestión se vuelve central.
Desde mi punto de vista particular (y eso es lo que me gustaría someter a discusión), la comodidad en la moto se soporta en tres cuestiones:
Por ejemplo en el caso de unas suspensiones de calidad pero con tarado deportivo, si el asiento es duro e incómodo, puede hacerte pensar que llevas unas suspensiones malas o mal taradas. Para mí la comodidad y la eficacia de las suspensiones siempre se tiene que complementar con un buen asiento. Y hay que tenerlo en cuenta.
Es decir, yo he llegado a la conclusión que para juzgar bien unas suspensiones primero tienes que tener un buen asiento. Si no es así, la opinión sobre los muelles e hidráulicos puede llegar a distorsionarse. Con un buen asiento, unas buenas suspensiones deportivas (tipo öhlins) pueden llegar a apreciarse mejor porque su falta de confort ante irregularidades será suplida por el asiento y uno podrá apreciar más la estabilidad y la agilidad que proporcionan. Todo de forma aceptablemente cómoda. Y al revés, un asiento-tortura pueden arruinarte la experiencia de unas buenas suspensiones deportivas.
Yo actualmente tengo dos casos: uno bastante equilibrado entre asiento y suspensiones, y otro con unas buenas suspensiones de calidad, pero con un asiento bajo que peca de falta de mullido. Este último caso arruina un poco la experiencia de comodidad y lo he intentado solucionar tocando el asiento sin éxito. Mi problema es que no quiero aumentar la altura, que ya es considerable. En conducción por curva no se nota tanto porque me muevo sobre el asiento y descanso el culo, pero en nacional y autovía... Y el caso es que me encanta cómo trabajan las suspensiones, la moto va con tiralíneas incluso en firmes bacheados, pero en este caso el asiento se carga la comodidad.
En la otra moto, con unas suspensiones más baratas y de menor calidad (son ser malas, están mejoradas pero con componentes más modestos) combinadas con un asiento modificado a mi gusto, el conjunto me da mayor comodidad que con el caso de unas suspensiones pata negra.
En ambos casos la postura es similar.
Resumiendo, en mi opinión la comodidad de la máquina es un triángulo equilátero con los tres vértices igual de importantes.
Después de unas cuantas motos, llevo dándole vueltas al tema desde hace unos cuantos años. Esas vueltas me han llevado a su vez a tocar las motos para hacerlas más cómodas y poder ir lejos con ellas con las menores secuelas posibles. Y ahora, ya con una edad, la cuestión se vuelve central.
Desde mi punto de vista particular (y eso es lo que me gustaría someter a discusión), la comodidad en la moto se soporta en tres cuestiones:
- Ergonomía (es decir, la postura).
- Suspensiones.
- Asiento.
Por ejemplo en el caso de unas suspensiones de calidad pero con tarado deportivo, si el asiento es duro e incómodo, puede hacerte pensar que llevas unas suspensiones malas o mal taradas. Para mí la comodidad y la eficacia de las suspensiones siempre se tiene que complementar con un buen asiento. Y hay que tenerlo en cuenta.
Es decir, yo he llegado a la conclusión que para juzgar bien unas suspensiones primero tienes que tener un buen asiento. Si no es así, la opinión sobre los muelles e hidráulicos puede llegar a distorsionarse. Con un buen asiento, unas buenas suspensiones deportivas (tipo öhlins) pueden llegar a apreciarse mejor porque su falta de confort ante irregularidades será suplida por el asiento y uno podrá apreciar más la estabilidad y la agilidad que proporcionan. Todo de forma aceptablemente cómoda. Y al revés, un asiento-tortura pueden arruinarte la experiencia de unas buenas suspensiones deportivas.
Yo actualmente tengo dos casos: uno bastante equilibrado entre asiento y suspensiones, y otro con unas buenas suspensiones de calidad, pero con un asiento bajo que peca de falta de mullido. Este último caso arruina un poco la experiencia de comodidad y lo he intentado solucionar tocando el asiento sin éxito. Mi problema es que no quiero aumentar la altura, que ya es considerable. En conducción por curva no se nota tanto porque me muevo sobre el asiento y descanso el culo, pero en nacional y autovía... Y el caso es que me encanta cómo trabajan las suspensiones, la moto va con tiralíneas incluso en firmes bacheados, pero en este caso el asiento se carga la comodidad.
En la otra moto, con unas suspensiones más baratas y de menor calidad (son ser malas, están mejoradas pero con componentes más modestos) combinadas con un asiento modificado a mi gusto, el conjunto me da mayor comodidad que con el caso de unas suspensiones pata negra.
En ambos casos la postura es similar.
Resumiendo, en mi opinión la comodidad de la máquina es un triángulo equilátero con los tres vértices igual de importantes.