Hoy he probado la RT1300 y comentó mis impresiones. Vaya por delante mi agradecimiento a José Guzmán por su amabilidad y profesionalidad y a Movilnorte el Plantío por haberme dejado la moto.
He disfrutado de la nueva RT durante una hora y he recorrido unos 60 km, la mayoría por carreteras reviradas. Actualmente tengo una RT 1250, que es mi cuarta RT, lo que me permite comparar este modelo de BMW desde el 2009. La moto que he probado iba con topcase, sin maletas, tenía el cambio automático y los radares anterior y posterior y carecía de los deflectores laterales móviles.
Peso: La moto pesa más que el modelo anterior y no parecen sólo los tres kg. que dicen las características técnicas. La inclinación de la moto sobre la pata de cabra es varios grados mayor que en los modelos anteriores, lo que junto a su peso dificulta ponerla en posición vertical. No me considero un hombre débil, pero subirla al caballete es un problema y puede ser imposible si el plano se inclina ligeramente hacia delante. Por contra, es más fácil bajarla del caballete. Subido a la moto se puede “remar”, aunque se debe tener incluso más cuidado que con RT anteriores a la hora de elegir el lugar de aparcamiento.
Postura de conducción: El cuerpo está más cerca del manillar, lo que relaja los brazos y la postura es ligeramente más inclinada hacia delante, lo que puede ser un problema en viajes largos. El modelo básico tiene un manillar tubular que permite ponerle alzas y solucionar este problema. El asiento es demasiado blando y en sólo 60 km resulta incómodo. Puede que el asiento confort mejore este aspecto, aunque no he tenido oportunidad de probarlo. Se echa de menos al apoyo lumbar que proporciona el asiento del acompañante en la 1250, útil en viajes largos. En la 1300 ambos asientos carecen de escalón intermedio.
Motor: La 1250 tiene motor de sobra, pero el motor de la nueva RT es más alegre y sube de vueltas con mayor rapidez. Los bajos son muy buenos y similares en ambos modelos.
Conducción: La moto es más ágil y divertida que la 1250, lo que resulta paradójico siendo una moto más pesada. Ambas entran en curva y tumban muy bien. El cambio no es ni mucho menos tan notable como me ocurrió al pasar de la RT1200 del 2009 a la LC de 2014, aunque si se nota.
Protección frente al viento: La pantalla frontal es algo más pequeña y en la posición más baja el cuerpo recibe más aire. Al sentirlo me he acordado de que “un perro sacando la cabeza por la ventanilla del coche siente lo mismo que un motero…” Esto es muy agradable con los calores actuales, aunque con lluvia seguro que el cuerpo se moja más que en el modelo anterior.
Consumo: Me preocupaba que el depósito tuviera un litro menos de capacidad que el modelo anterior, pero la sorpresa agradable ha sido que en el mismo trayecto y con el mismo conductor la moto ha consumido aproximadamente medio litro menos a los 100 km que la 1250, lo que seguramente aumentará la autonomía del modelo.
Espejos: Según mi criterio solucionan uno de los problemas crónicos de la RT. Al disminuir la anchura del frontal de la RT se ha podido aumentar la longitud de los espejos retrovisores, lo que mejora enormemente la visión posterior. Esto unido al aviso de colisión posterior, mejora considerablemente la seguridad de modelos anteriores.
Cambio automático: Soy de los que piensan que es un delito quitar la maneta de embrague a una moto, pero después de esta prueba empiezo a dudar. En modo manual el cambio es de “mantequilla”. El modo automático puede ser muy útil, aunque hay que acostumbrarse y encontrar los trucos de mejora, que los tiene. Tanto en manual como en automático se puede usar el contrario. Por ejemplo, yendo en automático se puede subir o bajar de marchas con el pie. Además, yendo en modo manual, al reducir velocidad, por ejemplo al acercarse a una rotonda, la moto reduce automáticamente. El cambio de un modo a otro es muy sencillo y se puede hacer en marcha. Las pocas veces que me he caído de la RT ha sido por un error al poner punto muerto mientras iba despacio, con el consiguiente calado del motor, por ejemplo en el garaje. Este es un fallo habitual de las RT desde la LC. Como el cambio automático de la 1300 pone el punto muerto solo, tanto en manual como en automático, este problema está resuelto. Te acostumbras a él enseguida, al volver a montar en mi RT1250 lo he echado de menos…
Frenos: excelentes, como en todas las RT.
Guantera: En la guantera cabe el móvil y “una hoja de papel”. Si se usa para guardar el mando del garaje y las llaves, tienes que llevar el móvil encima o viceversa. Si fueras de ruta con el GPS conectado y el teléfono en la cazadora te quedarías sin batería en un rato, una marcha atrás…
Sonido: Esto es algo que me preocupaba al leer comentarios al respecto. El sonido es algo más agudo y metálico que en la 1250 o 1200, pero sigue sonando a boxer, no hay problema en este aspecto.
Claxon: suena parecido al de la 1250 de 2021, algo más ronco.
Mandos: se incorpora el botón multifunción que tanto se ha criticado en la GS. El botón de encendido pasa a la piña derecha. El resto sigue igual. Una pequeña pega es que hay que apretar el freno para arrancar la moto.
Pantalla TFT: igual que en la 1250 de 2021 y probablemente con las mismas virtudes y problemas que la anterior.
Luz freno topcase: creo que en este momento no existe ni como opción. Algo a solucionar…
En resumen: Se aprecia la agilidad, la visibilidad posterior, las ayudas a la conducción, el cambio automático y la alegría del motor, pero se echa de menos la comodidad de los modelos anteriores, la protección aerodinámica, menos peso y una segunda guantera. La moto es claramente más deportiva y claramente menos rutera. Con alzas de manillar y un asiento más cómodo mejoraría en largas distancias. Como predije en otro hilo, la RT1300 se aleja de la K1600, como la Adventure 1300 se alejó de la GS1300. Para un uso combinado, incluyendo el día a día y sin abusar de viajes largos, es una moto ideal.
P.D. Cuelgo este comentario en el hilo de la RT1300 de Mensajes Moteros. Sería interesante unir ambos hilos.