Hola Lugo.
Buen tema y lo he pensado muchas veces.
Vivo en Mar del Plata, Argentina y a 400 km. del primer concesionario BMW.
Tengo ahora una RT 1150 y antes una K 100 RS, con las cuales he viajado por casi toda la Argentina, Uruguay, sur de Brasil, norte de Chile y Perú, si bien en Brasil y Chile hay agente oficial, no los había por las zonas que estuve y os puedo asegurar que pasé por lugares donde a las dos motos las miraban como si fueran perros verdes.
En todos mis viajes me crucé con extranjeros y en los lugares mas insólitos, que estaban recorriendo Sudamérica (la mayoría con KTM o GS) y llegué a la conclusión que las probabilidades de una falla electrónica y/o mecánica son muy escasas comparadas con otras averías provocadas por caídas o pozos, para dar ejemplos y esto es común para cualquier marca de moto.
Con más de 100.000 km. recorridos lejos del paraguas protector de los concesionarios, pasando por lugares que si rompía una cubierta, sabía perfectamente que ahí me quedaba u otras donde no había naftas de más de 84 octanos.
Concretamente, llegué a la conclusión de que en caso de una avería seria, con toda la calma del mundo busco un transporte donde subirla y que me acerque al lugar donde puedo dar solución al problema o bien a una frontera de un país con apoyos de la marca. No hay otra y es parte de los riesgos a asumir cuando se viaja por lugares inhóspitos.
Hoy cualquier moto moderna de alta cilindrada esta expuesta al mismo problema, sea de la marca que sea.
Tengo también una Honda XR 250 y se que con esa, cualquier problema mecánico, electrónico o de neumáticos lo soluciono al momento y en cualquier lugar me animaría a decir, pero la verdad que no me dan ganas de viajar con ella, nada de nada de ganas.
Por experiencias propias y ajenas, los problemas que han hecho fracasar un viaje no pasaron nunca por la electrónica, no conozco ningún caso.
Pero si por otras causas y son las caídas, las suspensiones, las llantas, transmisiones, sobrecalentamientos de motores y hasta no poder conseguir los neumáticos, pero fallas electrónicas, no.
Coincido con lo que dice el amigo Urmella y su primera moto..., la Ducati Forza.
El éxito de la aventura de un viaje a países alejados de la asistencia mecánica oficial, pasa por una buena preparación y conocimiento de la moto, por la actitud del conductor y acompañante, por la prevención a no cometer errores, adecuada vestimenta y protecciones, a cuidarse la salud, un buen juego de herramientas y kid de inflado/reparación de neumáticos, dos juegos de documentos y llaves (y en lugares diferentes), a tener una conducta flexible a la ruta a tomar y no aferrarse si o si a ir a tal u otro lugar, viajar sin apuro ni compromisos, un buen, probado y conocido botiquín de primeros/segundos auxilios, algo portátil para acceder a internet y no pensar en una posible falla electrónica.
Son cosas que no puedo evitar ni prever, mas allá de que si suceden tener pensado que posiblemente el viaje finalizó, por lo menos por donde quería ir.
Si todo tuviera solución y de fácil concreción, los viajes alejados de los apoyos perderían esa agradable sensación que da lo desconocido, con los riesgos que conlleva la aventura y el dulce sabor de vencer los obstáculos que se presenten y si no llegamos a destino, por lo menos que sea sin huesos rotos y si son muchos o pocos los kilómetros que hayamos hecho, que hallan sido disfrutándolos y con ganas de volver a intentarlo en el futuro.
Perdón por lo extenso, pero a mi también es un tema que en ocasiones me ha quitado el sueño.
Saludos.-