Juan Xixon
Arrancando
Copiado de La Nueva España. www.lne.es
Mueren 121 personas, 48 de ellas niños, al estrellarse un avión chipriota al norte de Atenas
La mayoría de las víctimas podrían haber muerto congeladas antes del impacto
Un avión de pasajeros de la compañía chipriota Helios con 121 personas a bordo -115 pasajeros, 48 de ellos niños, y seis tripulantes- se estrelló ayer al norte de Atenas, en una colina y en un barranco próximos a la ciudad de Grammatiko, localidad costera situada a 40 kilómetros de la capital griega. Un problema de despresurización en la cabina es la causa más probable del accidente, según las primeras investigaciones. El avión, un Boeing 737/800, había perdido el contacto con la torre de control de Atenas, por lo que fueron enviados dos cazas que, tras localizar el aparato, informaron de que uno de los pilotos permanecía inconsciente o muerto en la cabina y de que se podían ver las máscaras de oxígeno del pasaje desprendidas del techo. Se cree que la mayor parte de las víctimas (entre las que no hay ningún español) murieron por congelación antes de estrellarse.
Los primeros resultados de la investigación descartan que el siniestro se debiera a un sabotaje o atentado, según fuentes oficiales de Chipre. No obstante, por la tarde se localizaron las dos cajas negras de la nave, lo que ayudará a avanzar en las investigaciones.
El «HCY 522» había despegado de Larnaca, en Chipre, en dirección al aeropuerto de Atenas, y se estrelló aproximadamente a las doce y veinte de la mañana (una hora menos en España) cerca de la localidad costera de Grammatiko, unos 40 kilómetros al norte de la capital griega. Tras una escala en Atenas, el Boeing 737 debía dirigirse a Praga.
Pero nunca llegó. El Boeing envió una señal de auxilio a la torre de control de Atenas casi tres horas después de salir de Larnaca, por lo que dos cazabombarderos griegos «F-16» fueron enviados a su encuentro. Al parecer, los pilotos de las aeronaves vieron que el capitán del aparato, de nacionalidad germana, no estaba en su puesto, que el copiloto, griego-chipriota, yacía en la cabina «inconsciente o muerto» y que el avión volaba con el piloto automático conectado. El avión ya había sufrido en el pasado problemas en su sistema de presurización, y por este motivo había estado un tiempo sin volar.
El accidente ocasionó un incendio forestal que los Bomberos intentaron extinguir sin éxito durante la mañana debido a que algunos escombros del aparato en llamas se encontraban repartidos en una amplia extensión en la ladera de la montaña.
Mueren 121 personas, 48 de ellas niños, al estrellarse un avión chipriota al norte de Atenas
La mayoría de las víctimas podrían haber muerto congeladas antes del impacto
Un avión de pasajeros de la compañía chipriota Helios con 121 personas a bordo -115 pasajeros, 48 de ellos niños, y seis tripulantes- se estrelló ayer al norte de Atenas, en una colina y en un barranco próximos a la ciudad de Grammatiko, localidad costera situada a 40 kilómetros de la capital griega. Un problema de despresurización en la cabina es la causa más probable del accidente, según las primeras investigaciones. El avión, un Boeing 737/800, había perdido el contacto con la torre de control de Atenas, por lo que fueron enviados dos cazas que, tras localizar el aparato, informaron de que uno de los pilotos permanecía inconsciente o muerto en la cabina y de que se podían ver las máscaras de oxígeno del pasaje desprendidas del techo. Se cree que la mayor parte de las víctimas (entre las que no hay ningún español) murieron por congelación antes de estrellarse.
Los primeros resultados de la investigación descartan que el siniestro se debiera a un sabotaje o atentado, según fuentes oficiales de Chipre. No obstante, por la tarde se localizaron las dos cajas negras de la nave, lo que ayudará a avanzar en las investigaciones.
El «HCY 522» había despegado de Larnaca, en Chipre, en dirección al aeropuerto de Atenas, y se estrelló aproximadamente a las doce y veinte de la mañana (una hora menos en España) cerca de la localidad costera de Grammatiko, unos 40 kilómetros al norte de la capital griega. Tras una escala en Atenas, el Boeing 737 debía dirigirse a Praga.
Pero nunca llegó. El Boeing envió una señal de auxilio a la torre de control de Atenas casi tres horas después de salir de Larnaca, por lo que dos cazabombarderos griegos «F-16» fueron enviados a su encuentro. Al parecer, los pilotos de las aeronaves vieron que el capitán del aparato, de nacionalidad germana, no estaba en su puesto, que el copiloto, griego-chipriota, yacía en la cabina «inconsciente o muerto» y que el avión volaba con el piloto automático conectado. El avión ya había sufrido en el pasado problemas en su sistema de presurización, y por este motivo había estado un tiempo sin volar.
El accidente ocasionó un incendio forestal que los Bomberos intentaron extinguir sin éxito durante la mañana debido a que algunos escombros del aparato en llamas se encontraban repartidos en una amplia extensión en la ladera de la montaña.