woodleg
Curveando
Después de casi dos años con la F800R limitada, disfrutando al máximo de sus justos pero bien exprimidos 34 CV, el martes la llevé a deslimitar aprovechando para hacer la revisión de los 30.000 km.
El miércoles fuí a recogerla y no tuve mucha oportunidad de probarla. Directo a casa por autovía de circunvalación en hora punta y después de haberme bajado de probar una K1200R de un compañero, no me pareció que la moto hubiese ganado tanto con la deslimitación.
El jueves ya con el coco "reseteado" empecé a notar las diferencias. Básicamente en conducción diaria más o menos tranquila, usando menos de la mitad del recorrido del puño, no hay gran diferencia, la moto sigue siendo muy dócil.
Pero aaaah, amigo, si abres el gas y estiras marchas por encima de las 6.000 rpm, ahí sí que se nota.
De todas formas no pude ni quise exprimirla por las mismas circunstancias del día anterior.
Esta mañana ya noté algo extraño pero no le dí mayor importancia.
Al incorporarme a la autovía, al abrir gas en 3ª mientras me pasaba al carril central noté como una pérdida de empuje de una fracción de segundo.
Pensé que quizás al pasar por encima de la linea discontinua y apretandole un poco, había perdido tracción un instante. Como ya había tenido esa sensación anteriormente y más intensa al salir de un semáforo un día de lluvia, no le dí importancia.
Por la tarde, en un desplazamiento por autovía despejada de unos 20 km, aproveché para probar qué tal se portaba en recuperaciones en 6ª, 5ª, 4ª, y ya empezó a empeorar.
Al principio al abrir más de medio gas en 6ª a partir de las 4.000 rpm, me daba dos o tres tirones y luego seguía normal... uyuyuyyy.
Pruebo en 5ª y lo mismo, al pasar de las 5.000 todo normal.
Hago la prueba en 4ª y cuál es mi sorpresa que a cualquier régimen, en cuanto abría más de medio gas, la moto se quedaba como si cortara inyección, haciendo un sonido parecido a cuando se activa un control de tracción y sigues acelerando.
Si quitaba un poco de gas la moto seguía acelerando, pero si volvía a abrir más de medio puño, otra vez el "control de tracción".
Me vuelvo derechito al concesionario, y ya daba igual la marcha y el régimen, en cuánto intentaba abrir poco más de un tercio del gas, "control de tracción".
Cuando se lo he explicado al de recepción de motos (a las 17h ya no hay mecánicos), nada más arrancar la moto ya no le ha gustado el sonido, por un momento parecía que funcionaba un sólo pistón y el ralentí era inestable. Luego me ha dicho que casi no consigue subir la rampa del taller.
Hasta el lunes no hay mecánico para mirarla, así que me han dejado una F650GS hasta que la reparen. Ya veremos que me cuentan.
De momento ya se me ha jodido la alegría de re-estrenar moto, y lo que verdaderamente me cabrea es que en los 30.000 km que he hecho limitado no he tenido ningún problema, al menos ninguno serio. Para mí lo de la junta de balancines ha sido una minucia arreglada aprovechando la revisión de los 10.000 y otra vez a los 30.000.
Lo que me hace pensar que el mecánico la ha cagado al deslimitar la moto, ha montado algo mal, o alguna pieza venía defectuosa, porque si no, no es normal.
Eso sí al Cesar lo que es del Cesar. El trato en recepción exquisito, y la moto de cortesía me la han puesto sin pedirla. Ya os contaré como termina la historia.
El miércoles fuí a recogerla y no tuve mucha oportunidad de probarla. Directo a casa por autovía de circunvalación en hora punta y después de haberme bajado de probar una K1200R de un compañero, no me pareció que la moto hubiese ganado tanto con la deslimitación.
El jueves ya con el coco "reseteado" empecé a notar las diferencias. Básicamente en conducción diaria más o menos tranquila, usando menos de la mitad del recorrido del puño, no hay gran diferencia, la moto sigue siendo muy dócil.
Pero aaaah, amigo, si abres el gas y estiras marchas por encima de las 6.000 rpm, ahí sí que se nota.
De todas formas no pude ni quise exprimirla por las mismas circunstancias del día anterior.
Esta mañana ya noté algo extraño pero no le dí mayor importancia.
Al incorporarme a la autovía, al abrir gas en 3ª mientras me pasaba al carril central noté como una pérdida de empuje de una fracción de segundo.
Pensé que quizás al pasar por encima de la linea discontinua y apretandole un poco, había perdido tracción un instante. Como ya había tenido esa sensación anteriormente y más intensa al salir de un semáforo un día de lluvia, no le dí importancia.
Por la tarde, en un desplazamiento por autovía despejada de unos 20 km, aproveché para probar qué tal se portaba en recuperaciones en 6ª, 5ª, 4ª, y ya empezó a empeorar.
Al principio al abrir más de medio gas en 6ª a partir de las 4.000 rpm, me daba dos o tres tirones y luego seguía normal... uyuyuyyy.
Pruebo en 5ª y lo mismo, al pasar de las 5.000 todo normal.
Hago la prueba en 4ª y cuál es mi sorpresa que a cualquier régimen, en cuanto abría más de medio gas, la moto se quedaba como si cortara inyección, haciendo un sonido parecido a cuando se activa un control de tracción y sigues acelerando.
Si quitaba un poco de gas la moto seguía acelerando, pero si volvía a abrir más de medio puño, otra vez el "control de tracción".
Me vuelvo derechito al concesionario, y ya daba igual la marcha y el régimen, en cuánto intentaba abrir poco más de un tercio del gas, "control de tracción".
Cuando se lo he explicado al de recepción de motos (a las 17h ya no hay mecánicos), nada más arrancar la moto ya no le ha gustado el sonido, por un momento parecía que funcionaba un sólo pistón y el ralentí era inestable. Luego me ha dicho que casi no consigue subir la rampa del taller.
Hasta el lunes no hay mecánico para mirarla, así que me han dejado una F650GS hasta que la reparen. Ya veremos que me cuentan.
De momento ya se me ha jodido la alegría de re-estrenar moto, y lo que verdaderamente me cabrea es que en los 30.000 km que he hecho limitado no he tenido ningún problema, al menos ninguno serio. Para mí lo de la junta de balancines ha sido una minucia arreglada aprovechando la revisión de los 10.000 y otra vez a los 30.000.
Lo que me hace pensar que el mecánico la ha cagado al deslimitar la moto, ha montado algo mal, o alguna pieza venía defectuosa, porque si no, no es normal.
Eso sí al Cesar lo que es del Cesar. El trato en recepción exquisito, y la moto de cortesía me la han puesto sin pedirla. Ya os contaré como termina la historia.