Oído en un velatorio:
Un camionero recorre una carretera cuando pasa al lado de una higuera enorme. Debajo, a su sombra, hay un señor con un cartel: "Se venden higos de sabores".
Mosqueado, el camionero para y pregunta al lugareño por los sabores de los higos.
- Pues sí, esta higuera da higos de muchos sabores. Pida usted el que desee.
- Pueeeeees me dará uno de nata con nueces.
El dueño de la higuera le alcanza uno de los higos para que lo pruebe.
- ¡Oiga! Este higo solo sabe a nata.
- Déle, déle la vuelta y muerda por el otro lado.
- Hummmm, ahora sí, por este lado sabe a nueces. ¿Puedo probar otro?
- Claro, el que usted quiera.
- Me dará uno de tarta al whisky.
- Aquí lo tiene.
- ¡Oiga! Solo sabe a tarta.
- Déle la vuelta y muerda por el otro lado.
- ¡Vaya! Por este otro lado sabe a whisky. Increíble.
El camionero paga los higos al hombre y reanuda su ruta. Al cabo de unos pocos kilómetros, sin dejar de pensar en lo que ha vivido, decide regresar con la seguridad de descubrir el truco de los sabores. "No es posible, seguro que me ha engañado de alguna manera"
Una vez de regreso en la higuera pregunta al dueño:
- Oiga... ¿es verdad que puedo elegir CUALQUIER sabor que se me ocurra?
- Por supuesto, pruebe cualquiera.
- Pues esta vez me va a dar uno que sepa a coño...
- Aquí lo tiene.
El camionero lo muerde sin saber qué se va a encontrar.
- ¡Agh! ¡Este higo sabe a mierda!
- Déle la vuelta...