Oído en la churrería:
Un edificio se derrumba, sepultando a varios de sus moradores.
Acuden todos los servicios de urgencia al desescombro y alinean en la acera los cadáveres que han rescatado, envueltos en sus bolsas.
Por el extremo de la calle viene corriendo una mujer, toda descompuesta, gritando:
- ¡Mi marido, mi marido! ¿Dónde está mi marido?
Un policía la detiene antes de que llegue al edificio en ruinas y le pregunta:
- Dígame señora... ¿estaba su marido en casa?
- ¡Ay, sí! Me fuí a comprar y lo dejé durmiendo la siesta. ¡Y ahora llego y me encuentro con este desastre! ¿Donde está mi marido? ¡Quiero ver si está entre los muertos!
- Pues no le podemos dejar mirar dentro de las bolsas, estamos esperando al juez para el levantamiento de los cadáveres.
- ¡Ay, Dios mío! Mire, como llevamos tantos años casados, no me hará falta mirar dentro de las bolsas. Con palparles "sus partes" yo seré capaz de localizar a mi marido.
- ¡Pero oiga, esto es una falta de respeto! ¿Como le vamos a dejar palpar "sus partes" a los muertos?
- ¡Ay, por favor! ¡No me dejen con esta duda...!
Otro policía le hace un gesto a su compañero como diciendo "anda, déjala a la pobre, a ver si se tranquiliza"
Así que la mujer empieza a palpar "sus partes" en las bolsas alineadas en la acera:
- A ver, a ver... el del primero A..., el del tercero C..., el del segundo B..., el del bajo...