Lo primero, agradecer a los miembros del foro, no citaré a ninguno por no olvidarme de alguno de ellos, que con sus aportaciones, recorridos, consejos, advertencias y numerosa información para los no iniciados, han posibilitado este viaje. Dudo que su resultado hubiera sido tan satisfactorio sin la ayuda que me han prestado. Soy sincero.
Escribo poco y no soy diestro aporreando el teclado o con la pluma, pero me veo obligado a hacerlo, creo que es justo con este breve relato corresponder a quienes, desinteresadamente, han compartido sus conocimientos y experiencias. Su brevedad aconseja no abrir un hilo, permítanme que lo coloque en este sitio.
Este año, el segundo que ando por los Alpes, mis planes, salvo que los dioses se crucen, es a cuatro años, tocaba subir por los Alpes franceses para realizar a continuación los italianos, tocar la frontera de Austria y entrar en Suiza para, finalmente, bajar nuevamente por Francia. Los Dolomitas y Austria para el próximo año y, por último, dejar para el siguiente la parte baja de los Alpes y hacer Rumanía. Ahí ya me planto, ya veré con 70 años lo que dan de sí mis despojos y la salud, pero visto lo visto, estoy esperanzado, ni se imaginan la cantidad de maduritos superando los 70 haciendo de las suyas, muchos en bicicleta.
Salí con dos compañeros, Dani y Robert, nos repartimos el trabajo, yo preparaba la ruta e iba de guía, Dani las fotos, me ha enviado más de 300 y Robert se encargaba de los hoteles, restaurantes e intendencia, reconozco sus dificultades. Me han autorizado para publicar sus fotos, lástima, verán que viajo con tipos realmente feos y algo asilvestrados.
La ruta
Diseñé una ruta con 600 Km de autopista de subida, otros 600 de bajada y 3.000 Km por los Alpes, intentando no repetir vías, salvo un puerto concreto, evitando autopistas salvo las imprescindibles para ganar tiempo por ser la ruta carente de interés, procurando ir enlazando puerto tras puerto, primero por Francia, luego por Italia, subir por la frontera austriaca para entrar en Suiza y, finalmente, bajar por Francia.
El total de puertos previstos eran 62, de los cuales 25 están considerados, eso dicen Uds., los entendidos y revistas especializadas, entre los 30 mejores de los Alpes. De estos últimos los hemos hecho todos, pero del resto no pudimos hacer 2, consideramos que, lloviendo a cantaros, era peligroso realizarlos. No está mal. No los voy a citar, es un rollazo, pero si desea saber algo sobre alguno, estoy a su disposición. Solo trataré unos pocos por realizar algún comentario.
La ruta ha gustado mucho a mis compañeros, previamente mereció su conformidad. Como al efecto me señalaron “no te hemos felicitado porque no queremos que te vengas arriba”. Como pueden leer, me conocen bien. Ellos son marchosos, yo noté, por lo que luego les comento, que me había animado mucho trazando sobre el papel.
El viaje
Estos tres tipos somos los que llevamos las motos. Dani y Robert tienen mucho nivel, pero como yo era el guía con la ruta, no les ha quedado más que seguirme. Soy de ritmo tranquilo, aunque alguna vez me emociono. Pero nos hemos llevado bien, de hecho, me han adelantado cuando les ha dado la gana, se han parado cuando les apetecía, mientras yo seguía a mi ritmo impasible, solo me paraba en los puntos acordados, en los cruces para no perderlos o paraban ellos, llevaban sus GPS con la ruta, ningún problema.
Estas son las motos, se han portado bien.
Esto son fotos de algunos de los paisajes por donde hemos volado bajo. Como las coloque todas hundo el foro, espero les alegre la vista.
Aquí les coloco algunas carreteritas, los entendidos las conocen todas, es por jugar a las adivinanzas.
Algunas notas de interés
Son opiniones, las mías, aquí cada cual tiene las suyas, así que espero no desatar pasiones.
Lo más bonito de este viaje, lo que se conoce como “el nueve de Andermatt”, Suiza. Se trata de una figura parecida al nueve que se inicia con el Nufenenpass, se sigue por el Gotthardpass, sube por Andermatt, gira a la izquierda por el Sustenpass, vuelve a bajar por el Grimselpass para, finalmente, girar dirección a Andermatt por el Furkapass. Hay tipos que repiten, tienen buen gusto y tiempo disponible. Única palabra apropiada: espectacular. Y cuando ves cómo se junta el Grimsel con el Furka, te dices: “eso solo lo consigue la precisión suiza, colocaron las montañas y los pasos a su gusto, un reloj alpino de precisión”.
El Gavia. Los italianos no tienen sentido alguno ante el peligro, solo hay que ver como conducen, coches, furgonetas y, sobre todo, motos.
El Gavia es especial porque tiene un tramo de pocos kilómetros, pero son unos cuantos, en los que la carretera se estrecha tanto que dos motos o moto y bicicleta se cruzan con prudencia, con un coche has de tomar medidas y, seguramente, pararte y, como en nuestro caso y el de algún motero que nos seguía, cuando son dos autocaravanas el asunto puede llegar a las manos. No quiero pensar que se cruce una caravana y un coche, sencillamente no pasan, imposible, no hay recodos o ampliaciones que lo posibiliten.
No entiendo como las autoridades lo permiten. En situaciones así, aquí tenemos el ejemplo del Cañón de Añisclo, es en única dirección, dando seguridad a los usuarios. Un puerto que en ningún caso volveré a hacer a no ser que se arregle esta situación, es sencillamente un peligro por cómo se opera.
El Paso del San Gotardo se sube por la Vía Tremola, una carreterita llena de curvas, como tantas otras, totalmente adoquinada. Es lo que procede. Haga como yo, lo hice en primera y segunda, al ver los adoquines me dije: “Vas a temblar un ratito, pero solo por el adoquín”. ¿Qué otros suben más rápido? Felicidades, no puedo decir más. Eso sí, si llueve o la niebla ha remojado el piso, por la otra carretera, es moderna y divertida. El adoquín mojado es un resbaladizo espejo que, personalmente, prefiero no probar. Por adoquín entiendan el auténtico y genuino adoquín romano, ya saben, cuanto más lo pisas más se refuerza y mantiene por su forma, una genialidad de la ingeniería. Pero mojado, prefiero no forzar las leyes de la física.
Passo dello Stelvio, en italiano, que mola más. El sanctasanctórum de los más aguerridos e intrépidos moteros, base de historias épicas y hazañas que superan a las bélicas, solo comparable al reto Masái de matar un león con tus propias manos. Lo hicimos desde Bormio a Prato, veníamos del Gavia. No entraré en disquisiciones moteriles por donde hay que subir o bajar que han hundido diversos foros por la densidad de bytes de los comentarios. Bajar determinados puertos con un peso total de 400 kilos (290 de la moto, 90 míos y 20 de pertrechos) no es asunto fácil. ¿Es más fácil subir o bajar? Solo puedo remitirles a los foros especializados y nos vemos de aquí a unos años, tienen mucho por leer.
Ahora tocaría un relato heroico de como un servidor atacó este puerto, como superó todas sus dificultades, que consejos puedo dar al respetable tras acometer semejante hazaña, el desiderátum de los peligros acechantes. Pero no, no fue ni es así, dese una vuelta por el Spluga y luego nos cuenta.
El Stelvio requiere sencillos pasos que facilitan mucho la tarea. El primero hacerlo a las siete de la mañana, como tarde las ocho, o bien a las seis de la tarde. No hay casi nadie. O bien puede hacerlo a la hora de comer, baja muchísimo el tráfico. Siempre en día laborable. La mayoría de las curvas son para Ud. Nosotros lo hicimos a la hora de comer, un lunes, cuatro coches mal contados, cuatro motos y cuatro ciclistas, no hubo más.
Pero si quiere vivir el infierno, hágalo en agosto y procure que sea fin de semana y en puente, busque horario concurrido, las 11 de la mañana es la mejor hora. Me han contado que es lo más próximo en la tierra a lo que debe ser el infierno. Yo no lo dudo. Solo le citaré dos vehículos: se llena de caravanas y autobuses. Ahí se aprende lo que significa barrer una curva y lo que sucede si te pilla entrando, en medio o saliendo de la curva con una moto.
La dificultad de ese puerto, por lo que lee, depende mucho de Ud.
No lo minusvaloro ni me hago el duro. Tiene problemas que hay que considerar, varias tornantis son de órdago, así las aprecié yo, entras en la curva y cuando sales, estás cuatro metros o más en altura sin haberte movido un metro desde el punto de entrada al de salida, lógicamente tanto si subes como si bajas. Las tornantis son las escaleras de los puertos de montaña y estas no son mecánicas.
En las bajadas has de ir con los deberes bien hechos antes de entrar en una tornanti. Por lo descrito anteriormente, frenas antes de entrar en curva, sueltas y te apoyas en el motor y el freno trasero para cerrar el giro, como toques el delantero, te vas. Aquí el boxer no tiene competencia en retención, una ayuda, porque el freno trasero, de frenar, frena poco y, a la larga, se recalienta en el mejor de los casos o te quedas sin él.
En las subidas has de intentar trazar la curva sin pararte, con potencia en el gas, marcha adecuada, primera o segunda, porque como en una de esas curvas tengas que pararte, el pie llega con dificultad a suelo, te caes, se ve en numerosos vídeos. De ahí lo conveniente que te cruces con poca gente, cuanta menos, mejor. Y si no son italianos, mejor aún.
¿Merece la pena? Si, por supuesto, aquí un ejemplo:
Suiza es cara, no me refiero a sus conocidas ciudades alpino campestres, hasta en la más humilde aldea han aprendido que hay que sangrar a los visitantes. Yo lo entiendo, les incomodamos, lo que no sabía es que era tanto, creo que no nos soportan, es más, he llegado a ver autentico odio en alguna de sus facturas.
Y, finalmente, la foto del postureo total y absoluto, el entorno y esa mínima y pequeña línea que repta por la montaña se lo comen todo, no necesita letrero indicador, es más, se lo que piensan: ¿Qué hace ese tipo estropeando la foto? ¿No sabe realizar un mejor encuadre?
Conclusiones
Ha sido un auténtico viajazo, viajazo, viajazo. Los primeros cuatro días duros por el clima, mucha agua, los dioses debían estar mosqueados. A partir del cuarto día, lluvia por la tarde, pues nada, madrugas y estás antes en el hotel. Los últimos cuatro días solazo implacable, casi me licuo y eso que llevaba traje perforado. Pero hoy, pasado unos cuantos días, la primera conclusión es que ha sido una autentica gozada, he disfrutado mucho.
Trazando la ruta me animé en exceso. Por esos sitios mantener medias de 40/50 Km por hora es lo habitual, por lo que, piensen en mi edad, rutas de más de 250/300 Km, día tras día, son exigentes. El próximo año lo reduciré a 250 Km por jornada máximo, es más racional, te levantas a las 6, a las 8 en ruta, llegas al hotel sobre las 5/6 de la tarde, te bañas si hay piscina, en su defecto te bañas si hay bañera o, nuevamente en su defecto, te tiras quince minutos bajo la ducha y luego a disfrutar calmadamente de la cerveza y el condumio. De este viaje he vuelto realmente cansado y algo dolorido.
Se atribuye a Mark Twain la frase de que si quieres saber si odias o amas a alguien haz un viaje con él. De mis dos compañeros solo puedo decir que ojalá me acompañen en el próximo viaje, me han soportado y cuidado con paciencia digna de concursar a premio.
Y última, el año que viene, recuerden que al final mandan los dioses, me esperan los Dolomitas y Austria, ya les contaré, invertir en esta máquina, de momento, ha sido un acierto, un día me daré un castañazo, la rueda trasera patinará por las babas que desprendo.
Si se lo está pensando pero aún duda, hágalo. Si un tipo como yo, muy discreto en sus habilidades, ha podido y, además, disfrutando mucho, cualquiera que conozca su moto, sus capacidades y haya viajado un poco, leído e informado otro poco, puede hacerlo. Mucho héroe suelto contando sus batallas titánicas por los foros contra todo tipo de adversidades y maleficios, pero luego, en las cumbres, créanme, nos reunimos muchos viejos, la gran mayoría. Y los de las bicicletas, lo mismo.
Lo dicho, gracias a todos.