Pues viendo las últimas tendencias de "los disidentes" como los/nos han ido a llamar, y viendo como hasta los más puristas (lo siento Yasimoto esto va por ti) van replanteándose eso de la fidelidad a la marca, se me ocurre un tema que desde hace ya tiempo me ronda por la cabeza.
Cuando nosotros decidimos comprar la BMW aran precisamente los alardes de la marca en cuanto a fiabilidad y calidad los que nos hicieron decidirnos por este modelo, ¿realmente se corresponde con la realidad?.
Como uno no es especialmente torpe y ha tenido, digamos no muy fructíferas relaciones con los concesionarios oficiales de otras marcas, pues me decidí a que la siguiente moto habría necesariamente de tener un bajo mantenimiento y de este una gran parte a mi alcance para que fuera yo el que realizase estas operaciones.
Pues bien, muy poco después de comprarla de segunda mano, se nos rompió la correa del alternador, lo que dio pie a que me pusiera manos a la obra e investigara como era mi soñada BMW por dentro.
Cuando desguazas una BMW, rápidamente ves dos mundos que llaman poderosamente la atención. Se mezclan verdaderas genialidades con otros detalles que no están a la altura ni de la marca, ni del precio que pagas por ella.
Así como ejemplos más vistoso, me podría referir el cierre superior de los laterales del carenado, que tristemente no pasa de la calidad de un juguete, pero se puede ir mucho más allá. La fijación de los intermitentes es de casi absurda y el ajuste de los carenados muy pobre.
La instalación eléctrica no supera el escaso estándar de calidad que el de las japonesas, siendo una "ensalada de cables" mal agrupados e imposibles de reparar sin sustituir todo el "mazo". Aparte quedan los conceptos de accesibilidad a elementos mecánicos tan susceptibles de cambio, como puedan ser el filtro de combustible o la propia correa del alternador (creo que BMW es la única firma de motos que la monta).
Así, no tengo ninguna duda de que mi moto es la mejor para nosotros, pero tampoco tengo ninguna de que BMW no es todo lo que se vende de ella.
Se abre el debate; ¿Que opináis vosotros, consumados bemeuvistas sobre esto?
Un saludo
Cuando nosotros decidimos comprar la BMW aran precisamente los alardes de la marca en cuanto a fiabilidad y calidad los que nos hicieron decidirnos por este modelo, ¿realmente se corresponde con la realidad?.
Como uno no es especialmente torpe y ha tenido, digamos no muy fructíferas relaciones con los concesionarios oficiales de otras marcas, pues me decidí a que la siguiente moto habría necesariamente de tener un bajo mantenimiento y de este una gran parte a mi alcance para que fuera yo el que realizase estas operaciones.
Pues bien, muy poco después de comprarla de segunda mano, se nos rompió la correa del alternador, lo que dio pie a que me pusiera manos a la obra e investigara como era mi soñada BMW por dentro.
Cuando desguazas una BMW, rápidamente ves dos mundos que llaman poderosamente la atención. Se mezclan verdaderas genialidades con otros detalles que no están a la altura ni de la marca, ni del precio que pagas por ella.
Así como ejemplos más vistoso, me podría referir el cierre superior de los laterales del carenado, que tristemente no pasa de la calidad de un juguete, pero se puede ir mucho más allá. La fijación de los intermitentes es de casi absurda y el ajuste de los carenados muy pobre.
La instalación eléctrica no supera el escaso estándar de calidad que el de las japonesas, siendo una "ensalada de cables" mal agrupados e imposibles de reparar sin sustituir todo el "mazo". Aparte quedan los conceptos de accesibilidad a elementos mecánicos tan susceptibles de cambio, como puedan ser el filtro de combustible o la propia correa del alternador (creo que BMW es la única firma de motos que la monta).
Así, no tengo ninguna duda de que mi moto es la mejor para nosotros, pero tampoco tengo ninguna de que BMW no es todo lo que se vende de ella.
Se abre el debate; ¿Que opináis vosotros, consumados bemeuvistas sobre esto?
Un saludo