M
Molinera
Invitado
Soy una novata en el mundo de las motos. Hace muy poco compré la moto de mis sueños, pero me he dado cuenta, por mí misma y gracias a los consejos de buenos amigos, de que me quedaba un poco grande.
He vendido a mi preciosidad roja, con los ojos puestos en una nueva montura, un poquito más pequeña. No es un retroceso. Es un pequeño respiro: no quiero coger miedo a lo que es mi pasión.
Y hoy he abierto el periódico y me entero de la muerte de un buen amigo de la familia. Ha muerto sobre su Yamaha FJR1300. Suena el teléfono hace apenas unos minutos y otro amigo me cuenta que acaba de llegar a casa, maltrecho y dolorido, después de estrellarse contra un coche. Él sólo ha sufrido golpes y magulladuras, pero su "niña" (la moto) está muerta.
No importa de quién sea la culpa. Llamadme blandita, pero no puedo dejar de llorar. No tengo miedo, pero sí respeto hacia la moto. No creo que a mí me vaya a pasar nada, pero ¿y por qué no? De todos modos, si a mí me pasa algo, os aseguro que el mundo no pierde gran cosa. Entonces, ¿a qué viene esta llantina?
Pues lloro porque pienso en cuántos de vosotros sois padres, hijos, hermanos, novios, amigos de personas que os quieren y os desean (os queremos y os deseamos) en casa, sanos y salvos, después de una divertida aventura en moto.
Tened cuidado. Tengamos cuidado. Por ellos, los que nos esperan.
PD: Lo siento, yo no soy políticamente correcta. Soy de la vieja escuela, así que me dirijo a "ellos y ellas" como se hacía antes, usando sólo el masculino. Pero también va por nosotras, foreras con moto: vamos a tener mil ojos, que cien ya son pocos.
Estoy muy triste.
Un saludo, con el corazón en la mano.
He vendido a mi preciosidad roja, con los ojos puestos en una nueva montura, un poquito más pequeña. No es un retroceso. Es un pequeño respiro: no quiero coger miedo a lo que es mi pasión.
Y hoy he abierto el periódico y me entero de la muerte de un buen amigo de la familia. Ha muerto sobre su Yamaha FJR1300. Suena el teléfono hace apenas unos minutos y otro amigo me cuenta que acaba de llegar a casa, maltrecho y dolorido, después de estrellarse contra un coche. Él sólo ha sufrido golpes y magulladuras, pero su "niña" (la moto) está muerta.
No importa de quién sea la culpa. Llamadme blandita, pero no puedo dejar de llorar. No tengo miedo, pero sí respeto hacia la moto. No creo que a mí me vaya a pasar nada, pero ¿y por qué no? De todos modos, si a mí me pasa algo, os aseguro que el mundo no pierde gran cosa. Entonces, ¿a qué viene esta llantina?
Pues lloro porque pienso en cuántos de vosotros sois padres, hijos, hermanos, novios, amigos de personas que os quieren y os desean (os queremos y os deseamos) en casa, sanos y salvos, después de una divertida aventura en moto.
Tened cuidado. Tengamos cuidado. Por ellos, los que nos esperan.
PD: Lo siento, yo no soy políticamente correcta. Soy de la vieja escuela, así que me dirijo a "ellos y ellas" como se hacía antes, usando sólo el masculino. Pero también va por nosotras, foreras con moto: vamos a tener mil ojos, que cien ya son pocos.
Estoy muy triste.
Un saludo, con el corazón en la mano.