El único problemilla que puedes encontrar es debido a que las pastillas viejas están desgastadas y los pistones ya se han adaptado a este desgaste. Como las nuevas tienen más profundidad, resulta que no tienen espacio suficiente. Entonces, agarras la pinza con las dos manos y con los pulgares aprietas con toda tu alma el pistón, comprobando cómo va retirándose. Al hacerlo, subirá el nivel del líquido de frenos en el pequeño recipiente, por lo que si ya estaba muy alto, interesa rebajarlo empapándolo con un papel de cocina o trapito pues si se derrama sobre la pintura, puede estropearla debido a su base alcohólica...