Desde el punto de vista del derecho de huelga, no han cumplido con las normas preceptivas a la hora de gestionar una huelga.
Desde el punto de vista laboral, han cometido una falta de las que justifican el despido, que es la indisciplina o desobediencia en el trabajo.
Desde el punto de vista penal, podría caber, presuntamente, el delito de sedición.
Lo más sencillo, es que no estando de acuerdo con la normativa, haber ejercido, cumpliendo con las formalidades legales, su derecho a la huelga.
Cualquier otra consideración no justifica la vía de hecho que han emprendido.
Eso sí, si tuviera que defender a algun@ de ell@s, ahora mismo daba la vuelta a todos los argumentos que he expuesto
Confío en que la situación se normalice y que algo así no se vuelva a repetir jamás.
Y sentirse seguro con unas personas que cuando se sienten atacados en sus derechos laborales son capaces de levantarse de sus asientos dejando aviones en vuelo, como ha sucedido, es tener más moral que el alcoyano.
A estas horas, parece que ya van regresando a sus puestos de trabajo, bajo mando militar (que en una democracia, no supone un golpe de estado, si no una de las funciones del ejercito, que es ponerse al servicio de la sociedad civil en caso de emergencia).
Y si un país depende de un pequeño grupo de personas para el control del tráfico aereo, es que el sistema está mal diseñado y hay que cambiarlo.
Desde el punto de vista laboral, han cometido una falta de las que justifican el despido, que es la indisciplina o desobediencia en el trabajo.
Desde el punto de vista penal, podría caber, presuntamente, el delito de sedición.
Lo más sencillo, es que no estando de acuerdo con la normativa, haber ejercido, cumpliendo con las formalidades legales, su derecho a la huelga.
Cualquier otra consideración no justifica la vía de hecho que han emprendido.
Eso sí, si tuviera que defender a algun@ de ell@s, ahora mismo daba la vuelta a todos los argumentos que he expuesto

Confío en que la situación se normalice y que algo así no se vuelva a repetir jamás.
Y sentirse seguro con unas personas que cuando se sienten atacados en sus derechos laborales son capaces de levantarse de sus asientos dejando aviones en vuelo, como ha sucedido, es tener más moral que el alcoyano.
A estas horas, parece que ya van regresando a sus puestos de trabajo, bajo mando militar (que en una democracia, no supone un golpe de estado, si no una de las funciones del ejercito, que es ponerse al servicio de la sociedad civil en caso de emergencia).
Y si un país depende de un pequeño grupo de personas para el control del tráfico aereo, es que el sistema está mal diseñado y hay que cambiarlo.