Hola a Tod@s:
No se si los ángeles llevan motos, pero os aseguro que en esta ocasión un par de ellos nos han acompañado.
El día de antes, la previsión meteorológica cambió. El domingo sería un día completo de agua (para Ronda) y más agua a la vuelta a Córdoba. También cambió la previsión de vientos, que soplarían con más fuerza. En unas horas todo se había puesto en contra.
La salida entre despistes, retrasos, y algunas gotas de lluvia salió adelante. Al desayuno llegamos con una leve lluvia, nada de que preocuparse, ni siquiera parar para poner el mono de agua. Lluvia débil e intermitente. Dimos cuenta de las tostadas con jamón y nos pertrechamos para la supuesta lluvia que nos íbamos a encontrar. Pero de nuevo nada de nada. La lluvia parece rehuirnos, llegábamos cuando había dejado de llover. Y este ha sido el común denominador de todo el viaje. Aunque no os lo creáis, como dice el anuncio, "ni gota, ni gota".
Cerca de ronda, el asfalto se puso resbaladizo, habían caído unas gotas de lluvia y la suciedad de tierra, aceites o gasoil procedentes de las labores agrícolas lo hacía peligroso. En una de estas curvas la rueda trasera de la moto de Alfonso resbaló cayendo al suelo, y arrastrando por el asfalto cruzó al carril contrario hasta que al chocar con la cuneta dio una vuelta de campana y fue a parar a pequeño cerro contiguo.
Los primeros momentos fueron los más desconcertantes, hasta saber que estaban bien. No les había pasado nada, solo unos rasguños y alguna contusión. Y aunque nadie los vio en esa curva había dos ángeles como dos campanarios, que permitieron: por un lado que salieran ilesos, que se hubiese acabado el tramo de guardarrailes y no hubiera; que el coche que venía por el caril contrario frenara; que la zona donde aterrizaron fuera de tierra y no hubiera ninguna piedra; que la moto se separara de ellos y volcara sola, sin pillar ni aplastar a ninguno; y... que volvieron a nacer.
De este modo sin esperarlo nos vimos en un parto, dos habían vuelto a nacer, como se suele decir en estos eventos los niños bien, muy guapos los dos, muy bien criados, y con mucho futuro por delante. Un abrazo muy fuerte a los dos.
Después de la ambulancia que los llevó al hospital, subimos la moto en la grúa, recogimos las piezas que había desperdigadas y nos fuimos para Ronda a esperar, en la puerta del hospital las radiografías, y el reconocimiento médico y también que Rosario se recuperara de un ataque de ansiedad que había provocado que se le disparar la tensión y la tuvieron que atender. Porque a Rafa Chico, que iba detrás, también le culeó la moto pero puedo mantenerla en pie.
Cuando todo hubo acabado, Alfonso y Rafi tomaron un taxi para Córdoba, no sin antes darlos unos 400 besos y otros tantos abrazos y pedirnos que celebráramos ese día como era de rigor en Ronda. Y así lo hicimos. Yo puedo decir que hacia algunos años que no iba a una discoteca a mover el esqueleto y cuando salí eran las 3:30 de la madrugada.
Como anécdota contaros que de vuelta al hotel, después de salir de la discoteca, me equivoque unas calles andando, y pillamos una mojá que ha sido la única vez que nos hemos mojado.
En fin, un fin de semana en el que nada ha salido como esperábamos, pero del que estamos muy contentos de haberlo acabado todos bien. Vaya día de Halloween: "que miedo nene".
Un saludo a tod@s.