50 o 60 metros no es tan ciega. No sé si eres consciente de cuántos son 50 metros. Cuando vas por autovía hay unos palitos blancos con la punta negra en la que hay una numeración del 1 al 9, poste sí, poste no. Esa numeración indica los centenares de metros entre hitos kilométricos. Pues entre uno con número y el siguiente sin número hay 50 metros. A mí me gustan las carreteras donde en 50 metros hay 2 curvas.
Yo conduzco siempre a lo que veo. Eso significa poder frenar en los metros que veo y adecúo la velocidad a esa sensación. Cada uno sabrá o debería saber en cuántos metros es capaz de frenar a cada velocidad y dejar una distancia de seguridad -o una velocidad si no hay vehículo delante pero no hay mucha visibilidad- adecuada a su capacidad de frenar con seguridad. Evidentemente si viene un vehículo en contra dirección por mi carril, aunque yo pudiera frenar, me lo iba a comer si no consigo esquivarlo, pero eso iba a pasar aunque fuera sensiblemente más lento. Lo que sería más serio serían los daños debido a la velocidad, indudablemente. Los accidentes existen y lo más importante es no provocarlos nosotros. Para que esa premisa sea cierta, la de conducir a lo que veo y poder frenar en esos metros, debo tener la certeza de que soy capaz de frenar en esos metros, y para ello juego muchas veces a frenar en condiciones controladas, aunque ello suponga que gaste más frenos o ruedas por ello. Es una inversión en seguridad. Así pues, apuro en algunos semáforos cuando las circunstancias me lo permiten (nadie detrás), en las apuradas de frenada en algunas curvas cerradas conocidas de paso frecuente o diario, en llegada a rotondas con ceda el paso, incluso dejar que me cierren y de paso propinar una buena pitada en circunstancias previsibles (podríamos llamarlo "el tocapelotas de la rotonda" -yo- que sé que me pueden cerrar, pero me pongo donde tendría razón para que me cierren, preparado para frenar y así estar muy cerca y donde me vea cuando le pite con mi doble bocina... situaciones sin peligro o con peligro controlado -aunque lo fuerce un poco- para practicar frenadas en pocos metros con la moto recta o inclinada. Se mejora un montón y luego se usa de forma instintiva cuando hace falta. Es una forma de programar reacciones de supervivencia que puedan evitar que, en situaciones sorpresivas, haga maniobras incorrectas que acaben conmigo rodando por el suelo.
La segunda parte es ¿cómo ampliar lo que veo para ganar metros de frenada? mejorando en lo posible mi gestión de la mirada, retrasando en lo posible la entrada y entrando muy dentro de la curva por el exterior antes de cerrarme, pero preparado y con margen para cerrarme antes si viene ese vehículo invadiendo mi carril. Las probabilidades de que venga existen aunque sean pocas, incluso que venga un motorista con la rueda por su lado pero el cuerpo y media moto por el mío. Dando esas curvas por fuera pero con margen para cerrarme me permite que ellos también me vean antes y ambos realicemos una maniobra evasiva de al menos el espacio suficiente para cruzarnos. Si es una moto, como ambos inclinaremos hacia el mismo lado, lo que será más fácil que el que un coche dé un volantazo. Para lo que vaya en mi dirección o esté parado o haya un desprendimiento o animal o lo que sea, ya está lo del segundo párrafo.
Lo de ir haciendo trenecitos de motos sin distancia de seguridad es una temeridad y has de tener una confianza ciega en el que va delante tuyo y tener muy claro que no copias su trazada ni miras su rueda, sino que haces tu trazada mirando donde deberías (delante del que te precede) y no su rueda, para evitar acabar donde él acabe... y encima suyo.