buzzo
Curveando
Buenas.
Como digo en el título, “si os parece bien”, porque con un solo miembro de este foro que considere que este mensaje es inadecuado, será suficiente para borrarlo.
Hace pocas semanas falleció Susana, mi compañera. Compañera de rutas, y de tantas cosas…
Ha estado dos años luchando de forma incansable contra el cáncer, pero al final no ha podido ser. Perdió la última batalla. Tenía 56 años.
Yo aún no lo asimilo, estoy como en una nube. No paro de pensar en lo que me espera de ahora en adelante. Quizá rendirle este pequeño homenaje me ayude…
Susana nunca escribió en este foro. Por aquí casi nadie la conocía.
Tampoco pilotaba motos. Disfrutaba mucho conduciendo, pero prefería cuatro ruedas.
Sin embargo creo que fue, por derecho propio, una “Auténtica Motorista”. Puedo asegurar que disfrutó intensamente cada curva, cada kilómetro, cada ruta, cada viaje. Cada momento que compartimos (y fueron muchos) alrededor del mundo la moto.

Cuando nos conocimos, hace 11 años, subió por primera vez a una moto, y ya no abandonó el asiento trasero.
He de reconocer que al principio fue un poco reticente, muy prudente. Era un mundo nuevo para ella, y se adaptó poco a poco.
Comenzamos a hacer pequeños paseos y excursiones sin alejarnos mucho de casa. Siempre por la Sierra de Madrid, nuestro hábitat.
Con paciencia, fui alargando poco a poco las rutas, a veces acompañados de amigos, otras nosotros solos. No llevaba muy bien el calor, por lo que otoño e invierno era cuando más disfrutábamos. Ávila, Segovia o Extremadura, siempre nos ofrecieron magníficos paisajes.


Por entonces era habitual salir los domingos bien temprano, no más de cuatro o cinco motos, para regresar muy tarde, de noche y con frío. Cansados, pero contentos por los sitios visitados, pueblos remotos, lugares emblemáticos que fuimos conociendo…
Luego llegaron los primeros viajes, a lomos de nuestra querida Vulcan, con la que tan bien lo pasamos. Primero fines de semana o escapadas de tres días. Luego ya alguna semana completa, generalmente a primeros de Junio.

Pronto nos dimos cuenta de que había que cambiar de moto. La Vulcan pecaba en algunos aspectos importantes para nuestra seguridad. Ausencia de ABS, escasa frenada delantera, así como exceso de vibraciones a alta velocidad.
Gracias a toda la información que contiene este foro decidí que mi moto sería una RT. Busqué y encontré una casi de estreno, que compré sin dudar. Con ella ganamos seguridad, comodidad, y capacidad de carga. Susana no viajaba sin su secador, y otras “cosas necesarias” para ella. Juntos aprendimos a hacer el equipaje para dos, en salidas de hasta 10 días nos apañamos bien.


Y seguimos viajando, recorrimos prácticamente toda la península (excepto Cataluña, pero fue simplemente por azar. Quizá hubiera sido el siguiente viaje).
Y siempre conociendo lugares, gentes, probando gastronomía local (era fanática de comprar pan en todas partes), descubriendo sitios especiales, iglesias, paisajes únicos. De Finisterre a Murcia, de Cádiz a Asturias, las dos Castillas, Aragón, con especial predilección por el norte, País Vasco, Cantabria…
Me hacía planificar los viajes pasando (y parando) por el sur de Francia, le encantaba el País Vasco Francés, las casas, los pueblos con sus plazas, las comidas. Todo el norte le gustaba mucho.
Siempre haciendo fotos, y amiga de los animales que íbamos encontrando, ¡los saludaba a todos!




Nunca fuimos de multitudes, pero aún así, muchos años visitamos Pingüinos, un par de veces Motauros, y alguna otra concentración.
Cinco participaciones en Penitentes, y un Punta a Punta pusieron fin a nuestra asistencia a rutas masificadas.
Como digo en el título, “si os parece bien”, porque con un solo miembro de este foro que considere que este mensaje es inadecuado, será suficiente para borrarlo.
Hace pocas semanas falleció Susana, mi compañera. Compañera de rutas, y de tantas cosas…
Ha estado dos años luchando de forma incansable contra el cáncer, pero al final no ha podido ser. Perdió la última batalla. Tenía 56 años.
Yo aún no lo asimilo, estoy como en una nube. No paro de pensar en lo que me espera de ahora en adelante. Quizá rendirle este pequeño homenaje me ayude…
Susana nunca escribió en este foro. Por aquí casi nadie la conocía.
Tampoco pilotaba motos. Disfrutaba mucho conduciendo, pero prefería cuatro ruedas.
Sin embargo creo que fue, por derecho propio, una “Auténtica Motorista”. Puedo asegurar que disfrutó intensamente cada curva, cada kilómetro, cada ruta, cada viaje. Cada momento que compartimos (y fueron muchos) alrededor del mundo la moto.

Cuando nos conocimos, hace 11 años, subió por primera vez a una moto, y ya no abandonó el asiento trasero.
He de reconocer que al principio fue un poco reticente, muy prudente. Era un mundo nuevo para ella, y se adaptó poco a poco.
Comenzamos a hacer pequeños paseos y excursiones sin alejarnos mucho de casa. Siempre por la Sierra de Madrid, nuestro hábitat.
Con paciencia, fui alargando poco a poco las rutas, a veces acompañados de amigos, otras nosotros solos. No llevaba muy bien el calor, por lo que otoño e invierno era cuando más disfrutábamos. Ávila, Segovia o Extremadura, siempre nos ofrecieron magníficos paisajes.


Por entonces era habitual salir los domingos bien temprano, no más de cuatro o cinco motos, para regresar muy tarde, de noche y con frío. Cansados, pero contentos por los sitios visitados, pueblos remotos, lugares emblemáticos que fuimos conociendo…
Luego llegaron los primeros viajes, a lomos de nuestra querida Vulcan, con la que tan bien lo pasamos. Primero fines de semana o escapadas de tres días. Luego ya alguna semana completa, generalmente a primeros de Junio.

Pronto nos dimos cuenta de que había que cambiar de moto. La Vulcan pecaba en algunos aspectos importantes para nuestra seguridad. Ausencia de ABS, escasa frenada delantera, así como exceso de vibraciones a alta velocidad.
Gracias a toda la información que contiene este foro decidí que mi moto sería una RT. Busqué y encontré una casi de estreno, que compré sin dudar. Con ella ganamos seguridad, comodidad, y capacidad de carga. Susana no viajaba sin su secador, y otras “cosas necesarias” para ella. Juntos aprendimos a hacer el equipaje para dos, en salidas de hasta 10 días nos apañamos bien.


Y seguimos viajando, recorrimos prácticamente toda la península (excepto Cataluña, pero fue simplemente por azar. Quizá hubiera sido el siguiente viaje).
Y siempre conociendo lugares, gentes, probando gastronomía local (era fanática de comprar pan en todas partes), descubriendo sitios especiales, iglesias, paisajes únicos. De Finisterre a Murcia, de Cádiz a Asturias, las dos Castillas, Aragón, con especial predilección por el norte, País Vasco, Cantabria…
Me hacía planificar los viajes pasando (y parando) por el sur de Francia, le encantaba el País Vasco Francés, las casas, los pueblos con sus plazas, las comidas. Todo el norte le gustaba mucho.
Siempre haciendo fotos, y amiga de los animales que íbamos encontrando, ¡los saludaba a todos!




Nunca fuimos de multitudes, pero aún así, muchos años visitamos Pingüinos, un par de veces Motauros, y alguna otra concentración.
Cinco participaciones en Penitentes, y un Punta a Punta pusieron fin a nuestra asistencia a rutas masificadas.