ovejanegra
Curveando
Hace pocos días leía una carta al director en un número de Motociclismo. El lector se quejaba con más razón que un santo de que actualmente todas las pruebas de motos son publicidad, que no se critica a ninguna y que todas son maravillosas. Y relacionaba esto con una entrevista realizada a una persona ajena al mundo de las motos pero muy aficionada, en la que sí se hacía una crítica interesante a muchos modelos. El lector por fin había encontrado una opinión sincera en una revista de motos y la valoraba mucho. Finalmente preguntaba por qué no podían ser los artículos de revisión de motos algo así.
Claro, el director respondía con todo menos con la verdad. La verdad es que hoy día los ingresos por venta de ejemplares son los menores para una revista de motos. Y los mayores son la publicidad, muchos de los cuales aporta el fabricante. Esto al margen de todos los pagos en especie que realiza: viajes, cesión de modelos, sesiones en circuito, etc. Resumiendo, el dinero no llega del lector, sino del anunciante, exactamente igual que en los folletos publicitarios.
La respuesta del director utilizaba argumentos tan peregrinos como que la revista se dirigía a lectores con gustos muy variados y que tenían que tener en cuenta a todos y no pronunciarse, pero el que me puso de los nervios es el topicazo que escribió en esa respuesta: "No hay moto mala, sino usuario inadecuado". Eso ya me sacó de mis casillas.
Y es que ese tópico corre como la pólvora y sirve de patente de corso a todo aquel que quiera quedar bien con todo el mundo. Si lo aplicamos a las motos, ¿por qué no podemos aplicarlo a cualquier cosa??: "No hay película mala, sino espectador inadecuado", "no hay plato malo, sino comensal inadecuado", "no hay programa informático malo, sino usuario inadecuado", "no hay profesor malo, sino alumno inadecuado"... y así hasta el infinito.
Si aplicáramos esta gran máxima que tantos adeptos tiene, la crítica no sería posible. Y si la crítica no es posible, la mejora tampoco. Cuando leemos la reseña de un libro o de una película, lo que buscamos es la opinión sincera del autor sobre ese libro o esa película. Ya sabemos que es la opinión del autor, pero por lo menos tenemos una referencia si conocemos su forma de pensar. Cuando se leen las crónicas de los 80 de Dennis Noyes, se encuentran anécdotas, descripciones de motos y también sensaciones negativas que aquellas motos producían. Eran mucho más que publicidad. Significaban el punto de vista de un experto que intentaba ser sincero.
Actualmente hemos llegado a un extremo en el que las opiniones más interesantes son las de los usuarios sin vínculos con la marca. Y esas opiniones no se leen en las revistas. Las revistas ya no son revistas, son folletos. La mejor información sobre cualquier modelo está en internet, en foros como este y otros. Pero eso ocurre porque los periodistas del motor han renunciado a su trabajo y se han convertido en simples voceros de los fabricantes. A mí me daría un poco de tristeza y un poco de vergüenza también.
Pero claro, ellos siempre podrán decirte: "No hay artículo malo, sino lector inadecuado".
Claro, el director respondía con todo menos con la verdad. La verdad es que hoy día los ingresos por venta de ejemplares son los menores para una revista de motos. Y los mayores son la publicidad, muchos de los cuales aporta el fabricante. Esto al margen de todos los pagos en especie que realiza: viajes, cesión de modelos, sesiones en circuito, etc. Resumiendo, el dinero no llega del lector, sino del anunciante, exactamente igual que en los folletos publicitarios.
La respuesta del director utilizaba argumentos tan peregrinos como que la revista se dirigía a lectores con gustos muy variados y que tenían que tener en cuenta a todos y no pronunciarse, pero el que me puso de los nervios es el topicazo que escribió en esa respuesta: "No hay moto mala, sino usuario inadecuado". Eso ya me sacó de mis casillas.
Y es que ese tópico corre como la pólvora y sirve de patente de corso a todo aquel que quiera quedar bien con todo el mundo. Si lo aplicamos a las motos, ¿por qué no podemos aplicarlo a cualquier cosa??: "No hay película mala, sino espectador inadecuado", "no hay plato malo, sino comensal inadecuado", "no hay programa informático malo, sino usuario inadecuado", "no hay profesor malo, sino alumno inadecuado"... y así hasta el infinito.
Si aplicáramos esta gran máxima que tantos adeptos tiene, la crítica no sería posible. Y si la crítica no es posible, la mejora tampoco. Cuando leemos la reseña de un libro o de una película, lo que buscamos es la opinión sincera del autor sobre ese libro o esa película. Ya sabemos que es la opinión del autor, pero por lo menos tenemos una referencia si conocemos su forma de pensar. Cuando se leen las crónicas de los 80 de Dennis Noyes, se encuentran anécdotas, descripciones de motos y también sensaciones negativas que aquellas motos producían. Eran mucho más que publicidad. Significaban el punto de vista de un experto que intentaba ser sincero.
Actualmente hemos llegado a un extremo en el que las opiniones más interesantes son las de los usuarios sin vínculos con la marca. Y esas opiniones no se leen en las revistas. Las revistas ya no son revistas, son folletos. La mejor información sobre cualquier modelo está en internet, en foros como este y otros. Pero eso ocurre porque los periodistas del motor han renunciado a su trabajo y se han convertido en simples voceros de los fabricantes. A mí me daría un poco de tristeza y un poco de vergüenza también.
Pero claro, ellos siempre podrán decirte: "No hay artículo malo, sino lector inadecuado".
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