Las rotondas tienen un funcionamiento del tráfico bastante peculiar. O nos adaptamos, o nos la lían. El asfalto está muy pisado, hay un carril más brillante que el resto, fruto del uso más popular: atajar la rotonda. Eso hace que casi todo el mundo, aunque vaya a salir por la primera salida, busque el carril interior en mayor o menor medida. Cierto es que la mayoría no pone el intermitente para salir, tenga o no el carril derecho libre. O nos anticipamos, o nos la lian.
Si no puedes adelantar por el exterior -el carril con preferencia de paso-, deja espacio para que los del carril interior te cierren sin riesgo para tí. Prepárate. Lo normal es que la mayoría ignore en una rotonda lo que haya en su carril derecho cuando deciden salir. Ese cambio de curva a izquierdas (la rotonda) a derechas (la salida) hace que pasemos del ángulo muerto de retrovisores al limbo. Si no nos ha visto antes, no nos va a ver cuando empiecen a girar. Si en ese momento les pitas, ya pueden mirar, que no te ven. Unos salen de la rotonda de todos modos y luego te recriminan que les pites por el retrovisor y mandándote a tomar viento con el brazo, otros piden perdón, otros ni se inmutan, como si pensaran que no les han pitado a ellos. Yendo a su derecha estamos casi seguro en su ángulo muerto del retrovisor, amén de que la gente en rotonda usa poco o nada los retrovisores. Bastante tienen con lo que hay por delante. A mí me funciona acelerar para que me vea directamente -no por el retrovisor- cuando supere su rueda delantera. Adelantar por el exterior en según qué rotondas no es fácil, pero da tiempo si sabes lo que haces. Si veo que no voy a lograr ponerme donde me pueda ver bien, corto y le dejo pasar, pues seguro que me va a cerrar. Hay que tener muy claro si llegas o no llegas a rebasarles. Si ponen el intermitente a tiempo, también les dejo pasar. Si puedo rebasarles, les rebaso. Si ponen el intermitente cuando vamos en paralelo, acelero y salgo antes que ellos.
Si tienes una buena bocina (yo me puse una adicional de coche) al oírla pueden pegar un frenazo de órdago ante la duda, pero es que algunos ni siquiera intuyes qué van a hacer. Un bocinazo a tiempo puede ahorrarte el riesgo y, ciertamente, me importa un pimiento si tienen que clavar frenos en vez de llevarme por delante cuando yo tengo prioridad.
Especial atención a los coches que, cuando vas por el interior (en algunas rotondas uso el interior si voy solo y he de salir por la segunda o tercera salida) entran en la rotonda porque tienen el carril exterior libre, pero tú quieres cambiarte ya al exterior para salir de la rotonda. Esos te ponen en un compromiso. Una vez en el carril interior y si veo que hay quien quiere entrar en la rotonda, pongo el intermitente a la derecha. Si voy fuerte -y según le vea las intenciones-, acelero para pasar antes que él o me resigno y me espero a ver qué hace. Algunos aceleran, otro siguen a la misma velocidad y otros te pueden frenar en medio de la rotonda, así que en plena inclinación debemos decidir qué hacer de forma instantánea. Esa decisión a veces parece rejoneo.