El mejor hombre que he conocido nunca se fue para siempre el pasado día 26 de enero con sólo 56 años. Hacía sólo un mes y medio que se había mudado a su tierra, Sevilla, donde tenía la ilusión por arreglar un pisito que había comprado con mi madre y disfrutar unos años de su tierra... el sabía que no iban a ser muchos debido al enfisema que padecía (aunque no necesitaba oxigeno), pero este año la gripe le destrozó su maltrecho pecho y se lo llevó.
Parece mentira que el año pasado los médicos se maravillaran de que hubiera recuperado un 4%
de capacidad pulmonar.
Se he ido un gran constructor, un hombre que no sólo era el mejor en su oficio, era escayolista, sinó que además era bueno, muy bueno en el resto de oficios de la contrucción, desde alicatador o albañil, hasta fontanero y electricista... todo lo hacía bien. Y en su oficio, todavía no he visto, ni creo que vea, trabajos como los que hacía mi padre... si le pedían algo casi imposible, se fabricaba el mismo los moldes y lo hacía; o hacía a pulso un techo abovedado sin fallos, o en forma de concha. Por algo había aprendido de joven del que fue en su tiempo el mejor maestro decorador de escayola de toda España, su tío.
También fue un gran padre, al que no le hizo falta levantar la mano a sus hijos para que se le respetara y obedeciera... nunca levantó la voz... nunca pedía nada para si mismo, en cambio todo lo daba. Amado por sus amigos, no conozco una sola persona que le conociera y no haya llorado su marcha.
Se fue en un momento muy feliz en su vida, había vuelto a Sevilla, tenía muchos planes, acababa de conocer a su nieto, tenieis que ver la cara de enamorado con que miraba a mi hijo cuando vino a Mallorca a conocerlo. Pero la gripe le hundió, y de un día para otro se lo llevó. El sabe que, aunque no pudieramos llegar a tiempo a Sevilla, a causa de las conexiones por avión conla Península, para estar con él los últimos momentos, estubimos también allí con él toda la noche, en la distancia... y por eso, aunque el médico le diera 2 horas de vida a las 7 de la tarde del día 25, el aguantó con todas las ganas de vivir por ver a sus hijos por última vez, hasta las 9 de la mañana del día 26. Se fue sin sufrir, apagándose como una velita, poco a poco hasta que se extinguió su llama, pero la luz que deja en este mundo durará muchos, muchísimos años.
Te quiero papá :-*