Tras haber disfrutado unos días de una nueva BMW S100XR hasta completar el rodaje, quiero compartir con vosotros la experiencia...por si a alguien le puede servir.
Aclaro antes que soy un usuario normal y corriente y que no me une al concesionario oficial otra cosa que no sea la amistad y confianza fruto de su buen hacer en mi ciudad, Albacete, donde soy cliente habitual.
Y ahora, ahí va mi aportación...
"Incomprendida XR..."
No sé si calificarla así, o más bien como "prejuzgada XR".
Y es que la BMW S1000 XR da lugar a engaño..., si no la pruebas bien..., si no convives unos días con ella.
En principio, viniendo de motos más corrientes y menos dotadas, la XR te parece toda una deportiva, con su motor que proviene de la circuitería S1000RR de 200 CV, aunque rebajados a unos más asequibles 165, que no son tampoco pocos precisamente...
El chasis, amortiguadores de tarado duro y la línea, ligera y agresiva, nada mastodóntica o excesiva, se parecen demasiado a los de su hermana la S1000 RR.
La posición, sin embargo, ya te muestra otra cosa. Es una moto que se adapta como un guante a una estatura ya muy común del entorno del 1'80 cm.
Sobresale en ella, un asiento duro, un cockpit y pantalla de reducido tamaño y un motor que te lanza enseguida hacia adelante, con un mínimo giro de acelerador.
Los primeros metros, con el manillar abierto y el cuerpo elevado como en las puras trail, te hacen sentir raro.
Luego, es el motor infinito y automático el que te avisa de que en esta moto no puedes ir a la ligera, sino que has de prestar atención, pues el menor descuido con el gas, te pueden lanzar a una estratosfera desde la cual bajar, tiene que ser por fuerza algo muy doloroso...
Comienzas a jugar con los modos de motor...Rain, Road y Dinamyc, para reconocer enseguida que apenas hay diferencia entre ellos.
La moto, concluyes, es toda una RR; aunque vestida más apacible y bastante más cómoda.
El tacto de moto de carreras y un motor sorprendente que te permiten ir en monomarcha en sexta, desde 40 km/h como si nada, te hacen perdonarle las vibraciones que suben por pies y manos.
Las primeras curvas te hablan de una facilidad pasmosa. No lleva duolever ni telelever como acostumbran las motos de la hélice, pero ni falta que hace.
Su buen conjunto delantero de horquillas y frenos, permiten entrar en las curvas frenando con un dedo, sin que se abra la dirección, y sin que tengas que hacer esfuerzo alguno por corregir la trazada.
En todo caso, sea como sea la curva, la moto se deja hacer con una confianza y fiabilidad maravillosas.
La amortiguación, seca al principio, te avisan que no va a ser una moto cómoda...Y nada más lejos de la realidad. El ESA de dos posiciones ROAD y DINAMYC, que se adaptan automáticamente al estado de la vía, hacen el milagro de que los km pasen sin que apenas te des cuenta.
No tienen la dulzura de una GT como la RT o la K1600, pero no la penalizan.
Al final, tras una convivencia de varios días, el rodaje ha terminado. Y aunque me toca devolverla ya, el sentimiento y reconocimiento míos es el de tratarse de una maravilla de moto con la que se puede hacer casi de todo.
Unas maletas y una buena y grande pantalla, la convierten por fuerza en una turismo ligera, potente y segura.
Unos silentbloks en el manillar, unos buenos contrapesos, o unos gruesos guantes, le han de quitar por fuerza ese vibrar que para algunos puede resultar algo molesto.
Luego, el sonido de su escape y el cambio PRO, acompañados de un motor con bajos, medios y altos te hacen olvidarte de motores tan perfectos como el de la K1600, cuyo peso y dimensiones hacen de la pequeña XR una moto mucho más juguetona y divertida.
En definitiva, que la XR es una moto que la gran mayoría podría disfrutar de lo lindo, tan solo con unos ligeros retoques.
A mi modo de ver, el más importante sería el darle un programa más dulce de motor, para que las sensaciones no fueran tan de deportiva, lo que la harían una moto mucho más accesible para el gran público, esos que compramos grandes GT --lease RT, GT, GTL, GS y GSA--, pero que echamos de menos menos peso y unas dimensiones algo más contenidas...
Y eso que, sí, lo sé, la GS1250 actual se acerca mucho a ella.
Así y todo, si lo tuyo han sido las deportivas y quieres explorar tu parte más polivalente, sin perder apenas nada en la parte Racing, la XR puede ser una magnífica elección.
Si por otra parte, estás de vuelta de todo, y buscas una moto especial, pero no exigente, y con un motor que te permita ir como quieras, la XR, estoy seguro, tampoco te defraudará.
Para mí, que la RT es el summum de la polivalencia en carretera, la XR es otra de las motos que quisiera tener en mi garaje, sin dudarlo, sin complejos y, sobretodo, ahora que el calor del verano asoma a la vuelta de la esquina.
PD.- todo mi agradecimiento al concesionario BMW ALBAMOCIÓN de Albacete, y a su responsable de ventas moto, Antonio Felipe, por permitirme una vez más probar y disfrutar sus fantásticas motos. Gracias.
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Aclaro antes que soy un usuario normal y corriente y que no me une al concesionario oficial otra cosa que no sea la amistad y confianza fruto de su buen hacer en mi ciudad, Albacete, donde soy cliente habitual.
Y ahora, ahí va mi aportación...
"Incomprendida XR..."
No sé si calificarla así, o más bien como "prejuzgada XR".
Y es que la BMW S1000 XR da lugar a engaño..., si no la pruebas bien..., si no convives unos días con ella.
En principio, viniendo de motos más corrientes y menos dotadas, la XR te parece toda una deportiva, con su motor que proviene de la circuitería S1000RR de 200 CV, aunque rebajados a unos más asequibles 165, que no son tampoco pocos precisamente...
El chasis, amortiguadores de tarado duro y la línea, ligera y agresiva, nada mastodóntica o excesiva, se parecen demasiado a los de su hermana la S1000 RR.
La posición, sin embargo, ya te muestra otra cosa. Es una moto que se adapta como un guante a una estatura ya muy común del entorno del 1'80 cm.
Sobresale en ella, un asiento duro, un cockpit y pantalla de reducido tamaño y un motor que te lanza enseguida hacia adelante, con un mínimo giro de acelerador.
Los primeros metros, con el manillar abierto y el cuerpo elevado como en las puras trail, te hacen sentir raro.
Luego, es el motor infinito y automático el que te avisa de que en esta moto no puedes ir a la ligera, sino que has de prestar atención, pues el menor descuido con el gas, te pueden lanzar a una estratosfera desde la cual bajar, tiene que ser por fuerza algo muy doloroso...
Comienzas a jugar con los modos de motor...Rain, Road y Dinamyc, para reconocer enseguida que apenas hay diferencia entre ellos.
La moto, concluyes, es toda una RR; aunque vestida más apacible y bastante más cómoda.
El tacto de moto de carreras y un motor sorprendente que te permiten ir en monomarcha en sexta, desde 40 km/h como si nada, te hacen perdonarle las vibraciones que suben por pies y manos.
Las primeras curvas te hablan de una facilidad pasmosa. No lleva duolever ni telelever como acostumbran las motos de la hélice, pero ni falta que hace.
Su buen conjunto delantero de horquillas y frenos, permiten entrar en las curvas frenando con un dedo, sin que se abra la dirección, y sin que tengas que hacer esfuerzo alguno por corregir la trazada.
En todo caso, sea como sea la curva, la moto se deja hacer con una confianza y fiabilidad maravillosas.
La amortiguación, seca al principio, te avisan que no va a ser una moto cómoda...Y nada más lejos de la realidad. El ESA de dos posiciones ROAD y DINAMYC, que se adaptan automáticamente al estado de la vía, hacen el milagro de que los km pasen sin que apenas te des cuenta.
No tienen la dulzura de una GT como la RT o la K1600, pero no la penalizan.
Al final, tras una convivencia de varios días, el rodaje ha terminado. Y aunque me toca devolverla ya, el sentimiento y reconocimiento míos es el de tratarse de una maravilla de moto con la que se puede hacer casi de todo.
Unas maletas y una buena y grande pantalla, la convierten por fuerza en una turismo ligera, potente y segura.
Unos silentbloks en el manillar, unos buenos contrapesos, o unos gruesos guantes, le han de quitar por fuerza ese vibrar que para algunos puede resultar algo molesto.
Luego, el sonido de su escape y el cambio PRO, acompañados de un motor con bajos, medios y altos te hacen olvidarte de motores tan perfectos como el de la K1600, cuyo peso y dimensiones hacen de la pequeña XR una moto mucho más juguetona y divertida.
En definitiva, que la XR es una moto que la gran mayoría podría disfrutar de lo lindo, tan solo con unos ligeros retoques.
A mi modo de ver, el más importante sería el darle un programa más dulce de motor, para que las sensaciones no fueran tan de deportiva, lo que la harían una moto mucho más accesible para el gran público, esos que compramos grandes GT --lease RT, GT, GTL, GS y GSA--, pero que echamos de menos menos peso y unas dimensiones algo más contenidas...
Y eso que, sí, lo sé, la GS1250 actual se acerca mucho a ella.
Así y todo, si lo tuyo han sido las deportivas y quieres explorar tu parte más polivalente, sin perder apenas nada en la parte Racing, la XR puede ser una magnífica elección.
Si por otra parte, estás de vuelta de todo, y buscas una moto especial, pero no exigente, y con un motor que te permita ir como quieras, la XR, estoy seguro, tampoco te defraudará.
Para mí, que la RT es el summum de la polivalencia en carretera, la XR es otra de las motos que quisiera tener en mi garaje, sin dudarlo, sin complejos y, sobretodo, ahora que el calor del verano asoma a la vuelta de la esquina.
PD.- todo mi agradecimiento al concesionario BMW ALBAMOCIÓN de Albacete, y a su responsable de ventas moto, Antonio Felipe, por permitirme una vez más probar y disfrutar sus fantásticas motos. Gracias.





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