Hola. Voy a intentar transmitiros lo que pienso de los equipos de bluetooth para los cascos. Esto, junto con los DVDs de coche para niños, han sido inventos que desde su salida al mercado me parecieron una gran idea, pero el correr de los primeros años me ha hecho ir sin DVD en el coche y sin bluetooth en la moto. En ambos he invertido en un par, y en ambos he llegado a la conclusión de que ya he invertido bastante, de manera que llevo al niño preguntando "¿Cuánto falta?" y la moto mirando las llamadas perdidas en las gasolineras. Al rompérseme el segundo DVD, sin traumas ni roturas, por puro fallo electrónico, decidí dejar de gastarme 200 euros cada año, y al fastidiárseme el segundo bluetooth, sin traumas ni roturas, por puro fallo electrónico, decidí dejarme de gastar 300 euros cada año y medio.
Tuve el WSC1 de BMW, muy discretito él, con micrófono disimulado en la mentonera. Su calidad de sonido era similar a una emisión de Radio España en onda corta en los años cincuenta, pero bueno, para responder llamadas valía. Cuando murió, tuve un escala Rider, con FM y todo. Al igual que el otro, su calidad de sonido era similar a una emisión de Radio España en onda corta, pero en los años veinte. Si a eso le sumamos que había que llevar un micrófono pegado a los labios y que, en consecuencia, el cierre y apertura del casco requería las dos manos, no os extrañaréis de que a los pocos meses acabase de baja (no sin antes dejar de funcionar por motivos desconocidos para mí).
Así que mi próximo gasto en la moto será el sellito del ayuntamiento. Y esto sin entrar a valorar la dudosa legalidad de dichos aparatitos.
Un saludo.
Tuve el WSC1 de BMW, muy discretito él, con micrófono disimulado en la mentonera. Su calidad de sonido era similar a una emisión de Radio España en onda corta en los años cincuenta, pero bueno, para responder llamadas valía. Cuando murió, tuve un escala Rider, con FM y todo. Al igual que el otro, su calidad de sonido era similar a una emisión de Radio España en onda corta, pero en los años veinte. Si a eso le sumamos que había que llevar un micrófono pegado a los labios y que, en consecuencia, el cierre y apertura del casco requería las dos manos, no os extrañaréis de que a los pocos meses acabase de baja (no sin antes dejar de funcionar por motivos desconocidos para mí).
Así que mi próximo gasto en la moto será el sellito del ayuntamiento. Y esto sin entrar a valorar la dudosa legalidad de dichos aparatitos.
Un saludo.