Triste leer las justificaciones para no dar limosna al que la pide y encima juzgar. Haz bien y no mires a quien. No juzgues y no serás juzgado.
La limosna es voluntaria y nadie te va a juzgar por ello, así que no os adelantéis en vuestra defensa si no la vais a dar. Es respetable el darla o no pero el que no quiera pues ya esta. Dejad al mendigo tranquilo que bastante tiene con tener que pedir.
No pretendo derivar el debate en algo más radical pero se puede reflexionar de mil maneras:
Para empezar de triste leer justificaciones para no dar limosna absolutamente nada. Hay mucha más gente necesitada de limosna de la que jamás vamos a poder ayudar, así que todo el mundo usa justificaciones internas como quieras llamarle para ayudar a los que puede o quiere. Y esa justificación en mi caso se llama prioridad. Prioridad que puedes establecer de mi maneras. Dices que dejemos al mendigo tranquilo porque bastante tiene con tener que pedir, pero es que alguien que tiene una avanzada edad y se ha cruzado por su camino con centenares de miles de personas esa limosna es increible que tenga que pedirla arbitrariamente a una sociedad que no conoce. No hablamos de un extrangero que aterrizó en otro país con lo puesto, ni hablamos de alguien con una enfermedad que necesita curar y vale un dineral su operación. Hablamos de una persona que ha conseguido que nadie de su entorno le pueda prestar limosna suficiente.
Fíjate que en ningún momento le ajusticio para no merecerla pero lo que está claro es que si nadie le tiene en su lista de prioridades algo ha fallado, empezando que creo que, y sin ajusticiar repito, su desgracia ha sido por elecciones propias y no por males inevitables.
Una persona que hace algo más de dos años tenía un trabajo estable, con otro ofertado para llevar su capital a algo más que respetable, buena família, buen corazón y pareja está hoy sumida en la desgracia, sin fuerzas para hacer absolutamente nada, apenas levantarse, mantener su peso, obviamente sin trabajo ya ni ilusiones. Es familia mía? No. De mi ciudad? No. Simplemente la conocí hace ahora más de una década, y al enterarme tras siete años de no saber nada de ella le he brindado cualquier cosa que esté en mi mano ayudarla. Esa persona, esa chica, no sé cómo decirlo... nada me vincula con ella pero jamás erró en sus decisiones importantes para con los demás. Y eso hace que quien le haya conocido no pueda dejarla de lado.
No quiero que me digan quién necesita de mi ayuda ni que me pidan limosna, sinceramente. Siempre voy a tener gente cerca, que algún día me hizo sonreir, y que sé podría ayudar sin que me lo pida. Un aplauso para todo aquél que pueda y quiera ayudar a Joan, pero es una pena que cada uno de nosotros no nos hayamos labrado durante décadas suficientes vínculos como para no pedir ayudas anónimas. Repito, un aplauso para los que prioricen a Joan. Y me justificaré yo toda una vida en no hacerlo porque ya me gustaría con un chasquido de dedos poder ayudar a todo quien lo necesita.