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THE_FASTEST
Invitado

Como casi todo últimamente en mi vida esta relacionado con mis amigos los moteros, ya sea directa o indirectamente y posteriormente me explicaré. Me están aconteciendo sucesos inimaginables que incluso me emocionan al relatarlos y este es uno de ellos para que veáis que suerte tengo en esta maravillosa tierra donde todo el mundo es de aquí, aunque hayan nacido fuera y existe una cultura de hospitalidad increíble.
Un amigo de Madrid, (lo conozco de dos veces, pero es muy buen amigo) me llama y me ofrece dos abonos para ver a Zidane en su último partido en el Bernabeu, yo por supuesto le comento que le pago las entradas y nada no traga me las regala. Yo alucinando en colores le digo a mi hijo que se venga conmigo pero este tiene un examen muy importante y tiene que seguir estudiando, entonces empiezo a llamar a otros amigos moteros por orden de aparición en mi vida en Madrid. Ya era un poco tarde y ninguno puede, pero me lo agradecen igualmente y ahora empieza todo:
[highlight]Diario de un Cadiforniano en Madrid.[/highlight]
Me voy corriendo para el Bernabeu, como un cateto (que soy) me meto en el bus-vao o como se diga (yo vivo por la carretera de la Coruña), acojonado porque iba solo en el coche, pero al ver que muchos van uno solo me quedo más tranquilo y es que resulta que en fines de semana no hace falta ir dos o más ocupantes para poder coger este acceso rápido al Centro de Madrid dirección Moncloa.
El que me regaló las entradas me dio una dirección donde el creía que yo podría aparcar y la introduje en el navegador. ¡¡¡Que locura!!! El gangoso que tengo por navegador diciéndome a “cien metlos gile a la delecha, luego cojar el carrilj de la izquielrda” a todo esto enfrente del morro del coche (a cinco metros) un municipal con el pito y las manos en cruz agitándolas como un pajarillo diciéndome que una leche, que aunque mi ordenador me dijera que a la “delecha” allí no se podía pasar.
Después de reflexionar muy rápidamente, porque en Madrid y dentro de una lata no te da tiempo a nada, le dije al navegador ¿Qué hago? Pensando que el puñetero gangoso me podía sacar de allí, pero claro todavía no se han inventado esos navegadores. De cualquier manera opté por hacerle caso al policía y no había transcurrido ni 30 metros y el gangoso se pone nervioso y yo rodeado por todos lados de gente nerviosa y pitándome y empieza a decirme el listillo; “se ha pasado la desviación a la delecha, gile en la ploxima rojtonda a cincoj cientosj metlosjs que eso significa 500 metros, y cojarl el carril a la izquielda para reingcorlporase a su dirección” ¡¡¡la madre que te parió le respondo yo!!!, pero el sigue “R que R” y en un ataque de locura temporal, nervioso y sudando con el corazón a doscientos me cagué en su padre y apague al maldito gangoso.
¿Y entonces que hacer? Pues fácil usando el refranero español dije: A donde va Vicente va la gente y al primero que miré dije; este también va para el Bernabeu y le tocó a un pobre señor con un Mercedes nuevo AMG, lo volví loco, yo pegadito atrás, si el giraba a la derecha yo a la derecha, si el a la izquierda yo a la izquierda, que acelera y se salta un semáforo, pues yo que hago lo mismo al fin y al cabo si el es de Madrid y puede, yo que no lo soy también, el pobre debió pensar que el Mercedes tenia una bola y yo era una caravana de lo pegadito que iba.
Al final el tipo, creo que acojonado y huyendo de mí, se mete a toda pastilla en unos túneles y todo por debajo de tierra y empezamos a correr, que más bien parecía una persecución policial (la leche como corría el señor mayor con el AMG, pero el mío no se quedaba atrás), hasta que en una maniobra brusca se mete en un aparcamiento de El Corte Ingles. Pensaría que con esa maniobra se había salvado y se libraría de mí, pues no, yo detrás como una lapa. Bajamos a la cuarta planta y aparca y yo al lado. El pobre se baja del coche con ojitos de cordero degollado y sudoroso por el susto, mirándome fijamente con sus ojos desencajados "y yo con los pelos de punta, mojado en sudor y sin poder hablar bien, por la angustia que había pasado buscando aparcar y por el acelerón que tenía" le pregunto con falta de aliento: ¿AHH, ahh, ahh, ¿Dónde estamos ahh, ahhh?, ¿Qué va usted al Bernabeu, ahh, ahh, ? Y me dice ¡NO! Iba a mi casa pero usted me ha asustado y me he metido aquí. Yo le expliqué un poco lo que me estaba pasando y todavía se puso más nervios, le dije Adiós y el se fue otra vez con su Mercedes, me imagino que ya se lo habrá contado a sus nietos, o el pobre estará en un hospital.
Me meto en el ascensor y aún falto de respiración pregunto: ¿Para salir a la calle? Y claro, sudoroso que yo estaba, con los ojos rojos y con la respiración acelerada, con el chaleco de lana puesto, que con tantos avatares no me pude quitar y una rebeca por si llovía, lo único que conseguí es que nadie supiera donde estaba la salida, todos se pusieran nerviosos y en la primera parada del ascensor me quede solo.
Que por cierto la salida a la calle no estaba en la 0, sino dos plantas más arriba en la E, o algo así y es aquí donde empieza lo bueno.
Empiezo a correr, pues llegaba tarde al Bernabeu (me había tirado más de media hora yo solo "con el puñetero navegador" para intentar aparcar y otra media hora siguiendo al del Mercedes) y más o menos al salir a la calle me orienté, era la salida del Corte Ingles por Prensa y Libros y a mi lado corriendo también un señor de 65 años. (Después supe que tenía 64, que era deportista nato y que competía próximamente en Italia o Francia jugando al tenis en un torneo Europeo o Mundial para personas mayores de 55 años, ¡¡joder!! como corre la gente mayor de Madrid ya sea en coche o a pie) Me pregunta él a mi: ¿Sabe usted donde está el Bernabeu?, (todo esto corriendo) pues miré usted señor le respondo con total sinceridad; yo es la primera vez que vengo, pero creo que está por allí. Ah¡¡¡ sí, me responde, es que he dejado el coche en el aparcamiento de El Corte Ingles y me he desorientado (yo pensaba, pues anda que yo). A su vez me pregunta y ¿usted de que equipo es?, yo le respondo de ninguno, yo he venido para ver jugar a Zidane por primera y última vez. ¡A que bueno! y tiene usted entradas, pues sí señor (y sin dejar de correr le explique que me la había regalado un amigo…..etc.) y de donde son esas entradas, ya me empecé a mosquear, pero fue un segundo porque al decirle de donde eran las entradas, este me dijo ¡¡¡anda ya hombre!!! (en ese instante casi me da un ataque), se viene usted conmigo que mi hijo no viene hoy y yo tengo un sitio mejor.
Pues bueno todo esto sin dejar de correr, entramos por la puerta 9, este señor compra dos almohadilla, una para el y otra para mi y no me deja pagar. La leche con la gente de Madrid. Estuve sentado al lado de artistas de cine, banqueros e hijos de banqueros…empresarios e industriales muy conocidos y este señor uno de ellos. (Por supuesto no les dije que era hermano de Killa de Cádiz, porque si no, todavía seguramente me estarían abrazando todos en el estadio)
Cuento todo esto porque no es normal este recibimiento, esta ciudad es Maravillosa y su gente también, los que han nacido aquí y los que no, los que montan en moto (y lo que más me sorprenden) y los que no montan en moto, que también son madrileños. Es como una impronta que fuera pegadiza.
Por todo ello… ¡¡¡Viva Madrid, Viva las motos y [highlight]las madres que os han parido!!![/highlight]
Firmado: Un orgulloso Cadiforniano en Madrid. O ya es más correcto decir un Madrileño Cadifornializado. Muchas gracias de corazón.
Adiós y rafagas 0211.
PD. Mención especial y con todo cariño a Nacho, sin tí todo esto no habría ocurrido. Gracias amigo.