Basándome en los recuerdos de mi infancia durante éstas fechas, llego a la conclusión de que la felicidad de un niño no es proporcional al número de regalos que reciba, mas bien, la felicidad es algo que no se puede comprar se dá.
Aún recuerdo muy bien el primer circuito de Scalextric que tuve por Navidad, tenía la típica forma de "8" y traía dos barquetas Porsche, tuve que esperar a mi cumpleaños en septiembre para que mis padres materializaran el que era mi sueño y paraba siempre que podía en la juguetería a contemplarlo en el escaparate, era un flamante Ford Mustang dragster de color morado

Mientras llegaba ese día, y gracias en parte a que entre mi hermano y yo íbamos arrancando pellizcos de la paga, junto con la complicidad de mi padre y las travesuras de mi abuela, que solía triplicar a escondidas el importe que conseguíamos ahorrar, fuimos ampliando el circuito hasta convertirlo en un pedazo de "8" distorsionado con largas rectas, curvas alucinantes, vallado y una especie de túnel artesanal. Una semana antes de mi 9º cumpleaños estábamos montando el circuito, solíamos hacerlo a menudo a pesar de que a mi madre no le hacía ninguna gracia ;D y mi padre me retó a una carrera, me disponía a colocar mi Porsche blanco en la pista cuando me dijo que ese lo quería llevar él y que yo probara (al tiempo que extraía el Ford de su bolsillo) con éste...me quedé un momento sin habla
En aquel entonces éramos una familia económicamente bastante desahogada, podría haberme comprado, no uno, sino una colección entera de bólidos, el circuito mas largo... vamos, todo lo que "en teoría" necesitaba y ha sido ahora, con casi cuarenta años que he comprendido el motivo por el que nunca lo hizo.
Esa es una lección que no se enseña en los colegios y procuro aplicarla sin mucho éxito, para qué engañarnos, con mis hijas. Todo se está volviendo en contra nuestra durante estos días y los mas perjudicados son los que menos culpa tienen, los niños; estamos metidos de lleno en un voraz e insaciable sistema que, a medida que lo alimentas, crece su apetito de forma casi exponencial, y es una situación que parece no tener límite aunque empiezo a creer que no se trata mas que de un inmenso castillo de naipes, y todos sabemos lo que ocurre cuando falla uno de ellos, no? que se desploma el resto y mas vale que nos pille confesaos :-/
No necesitamos ya tener dinero, con una simple firma es suficiente para llevarnos un paquete que en muchas ocasiones solo nos ilusiona mientras una dependienta nos lo envuelve y luego en casa no sabes que hacer con el.
Lo que antes era volver a casa sangrando por una pedrada que te había endiñado alguien de otra pandilla por haberle tirado abajo su cabaña construida con tochos robados de una obra :

ahora se ha convertido en un navajazo o cualquier otra salvajada inmortalizada a través de un móvil de última generación adquirido gracias a esa firma por parte un progenitor que cree haber comprado una supuesta felicidad para su hijo y, sin darse cuenta, lo convierte a su vez en un animal.
No, no me gusta este sistema

A veces me pregunto si un espectacular montaje a base neones con bombillas de bajo consumo controlado por ordenador, tiene mas espíritu navideño que aquella tosca estrella construida con bombillas a la que nunca le faltaba la típica bombilla fundida
Me pregunto a qué coño estamos jugando? y lo que es peor...Cómo acabará la partida?
