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Las llantas no podrán equilibrarse con contrapesos de plomo
Aunque el problema no comenzará a llegar a los usuarios hasta dentro de un año y plenamente en julio de 2005, la nueva ley que impide la utilización del plomo y otras sustancias para la producción de componentes para automóviles va a significar una pequeña revolución en el sector de las contrapesas para equilibrado de neumáticos, ya que la aplicación de los materiales alternativos y sucesores del plomo va a tener como consecuencia una reconversión de las plantas de producción de los fabricantes de contrapesas, y un encarecimiento del producto que incrementará sustancialmente el precio final por neumático montado y equilibrado.
El verano del año 2005 se sitúa como umbral de una nueva transformación (y van... :
) en el montaje de los neumáticos. En este caso, la pequeña revolución viene de la mano de uno de los componentes más utilizados y más desconocidos por los usuarios: los contrapesos de equilibrado.
La adecuación de nuestra normativa a la europea en materia de Medio Ambiente es la responsable de la prohibición de la utilización de plomo en la fabricación de contrapesos. Este hecho, que en principio pudiera parecer poco transcendental salvo para los propios fabricantes de contrapesos, se está erigiendo en una espada de Damocles que provocará una pequeña transformación en el sector dentro de un par de años.
Por una parte, la utilización de nuevos materiales representa la reconversión de las cadenas de producción de los fabricantes de contrapesos, que están realizando ya costosas inversiones para adecuar sus plantas fabriles a la nueva legislación, sin desatender además las necesidades actuales del mercado. Por otro lado, la desaparición del plomo significará la utilización de materiales que, ya en origen, son sustancialmente más caros, lo que repercutirá encareciendo toda la cadena desde el productor hasta su instalación en la llanta. Este encarecimiento será bastante acusado (algunos productores y distribuidores lo sitúan entre el 250 y el 300 %),
lo que supondrá que los servicios de neumáticos tendrán que repercutir este sobrecoste a los usuarios, abandonando definitivamente la práctica (aún muy extendido) de regalar el servicio de equilibrado. ??? :
El Real Decreto responsable de esta pequeña revolución es el 1383/2002, de 20 de diciembre, relativo a la gestión de vehículos al final de su vida útil, aparecido en el BOE del 3 de enero de 2003. Este RD es un desarrollo de la Directiva 2000/53/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de septiembre de 2002.
Resumiendo, el objetivo de este decreto es el de reducir “las repercusiónes de los vehículos sobre el medio ambiente, estableciendo para ello no sólo normas para su correcta gestión ambiental al final de su vida útil, sino también medidas preventivas que deberán tomarse en consideración desde la fase de su diseño y fabricación”.
El Real Decreto cita en su Artículo 3 una serie de Medidas de Prevención: “los fabricantes de vehículos y, en su caso, los fabricantes de materiales y equipamiento están obligados a diseñar los distintos elementos de los vehículos de forma que en su fabricación se limite el uso de sustancias peligrosas. A tal efecto, queda prohibida la utilización de plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente en los materiales y componentes de los vehículos, con las excepciones, condiciones y fechas que figuran en el anexo II”.
En el citado anexo de la Ley, se cita entre los materiales y componentes en los que hay que eliminar el uso de plomo como sustancia peligrosa a los “contrapesos de equilibrado de ruedas”. Además, también fija las fechas de alcance y vencimiento de la transformación a los nuevos materiales: “Vehículos homologados antes de 1 julio de 2003 y contrapesos de equilibrado de ruedas destinados al mantenimiento de esos vehículos: 1 de julio de 2005”.
Actualmente, todos los fabricantes de contrapesoas de equilibrado están inmersos en proceso de búsqueda de nuevos materiales que sustituyan al tradicional plomo.
Los requisitos previos son que sea un material dúctil, que disponga de un peso específico similar al del plomo (para no incrementar el tamaño de las contrapesos), y que no sea muy susceptible a procesos de oxidación que puedan afear el conjunto de llanta y neumático, aspecto fundamental en estos tiempos de tuning y personalización.
Los primeros pasos han dado como resultado que la búsqueda se asemeja bastante a la del Santo Grial, ya que son muchos los que concurren pero pocos los elegidos. La primera criba a dado como resultado cuatro nuevos materiales: el estaño, el zinc, el plástico y el acero. Los dos últimos están prácticamente desestimados, ya que uno pesa demasiado poco y el otro se oxida demasiado.
En cuanto al zinc, dispone de menos peso específico (-25%), es muy rígido, por lo que no se puede fraccionar, y necesita de un baño de protección (plastificado) para que no se oxide. A favor, es más barato que su competidor el estaño, y ya hay algunos fabricantes de automóviles que lo han homologado para primeros equipos (VW, Opel y Daimler-Chrysler).
El estaño, por su parte, también dispone de un menor peso específico que el plomo (-25%), pero es más moldeable que el zinc y se oxida menos. En contra hay que sumar que es un material caro y no siempre disponible, ya que es susceptible de monopolio para utilización militar. (??) ???
Por el momento, ya hay propuestas de ambos materiales, aunque no hay visos de que ninguno de los dos se convierta por el momento en único o estándar. De cualquier manera, supondrá la utilización de gramajes preestablecidos, olvidando la vieja costumbre de fragmentar las piezas.
Los principales fabricantes y distribuidores ya disponen de unidades de estas nuevas contrapesas, aunque dados los plazos no se espera que lleguen a los talleres los primeros vehículos con contrapesas de este tipo hasta dentro de un año o año y medio. :
Aunque el problema no comenzará a llegar a los usuarios hasta dentro de un año y plenamente en julio de 2005, la nueva ley que impide la utilización del plomo y otras sustancias para la producción de componentes para automóviles va a significar una pequeña revolución en el sector de las contrapesas para equilibrado de neumáticos, ya que la aplicación de los materiales alternativos y sucesores del plomo va a tener como consecuencia una reconversión de las plantas de producción de los fabricantes de contrapesas, y un encarecimiento del producto que incrementará sustancialmente el precio final por neumático montado y equilibrado.
El verano del año 2005 se sitúa como umbral de una nueva transformación (y van... :

La adecuación de nuestra normativa a la europea en materia de Medio Ambiente es la responsable de la prohibición de la utilización de plomo en la fabricación de contrapesos. Este hecho, que en principio pudiera parecer poco transcendental salvo para los propios fabricantes de contrapesos, se está erigiendo en una espada de Damocles que provocará una pequeña transformación en el sector dentro de un par de años.
Por una parte, la utilización de nuevos materiales representa la reconversión de las cadenas de producción de los fabricantes de contrapesos, que están realizando ya costosas inversiones para adecuar sus plantas fabriles a la nueva legislación, sin desatender además las necesidades actuales del mercado. Por otro lado, la desaparición del plomo significará la utilización de materiales que, ya en origen, son sustancialmente más caros, lo que repercutirá encareciendo toda la cadena desde el productor hasta su instalación en la llanta. Este encarecimiento será bastante acusado (algunos productores y distribuidores lo sitúan entre el 250 y el 300 %),


El Real Decreto responsable de esta pequeña revolución es el 1383/2002, de 20 de diciembre, relativo a la gestión de vehículos al final de su vida útil, aparecido en el BOE del 3 de enero de 2003. Este RD es un desarrollo de la Directiva 2000/53/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de septiembre de 2002.
Resumiendo, el objetivo de este decreto es el de reducir “las repercusiónes de los vehículos sobre el medio ambiente, estableciendo para ello no sólo normas para su correcta gestión ambiental al final de su vida útil, sino también medidas preventivas que deberán tomarse en consideración desde la fase de su diseño y fabricación”.

El Real Decreto cita en su Artículo 3 una serie de Medidas de Prevención: “los fabricantes de vehículos y, en su caso, los fabricantes de materiales y equipamiento están obligados a diseñar los distintos elementos de los vehículos de forma que en su fabricación se limite el uso de sustancias peligrosas. A tal efecto, queda prohibida la utilización de plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente en los materiales y componentes de los vehículos, con las excepciones, condiciones y fechas que figuran en el anexo II”.
En el citado anexo de la Ley, se cita entre los materiales y componentes en los que hay que eliminar el uso de plomo como sustancia peligrosa a los “contrapesos de equilibrado de ruedas”. Además, también fija las fechas de alcance y vencimiento de la transformación a los nuevos materiales: “Vehículos homologados antes de 1 julio de 2003 y contrapesos de equilibrado de ruedas destinados al mantenimiento de esos vehículos: 1 de julio de 2005”.
Actualmente, todos los fabricantes de contrapesoas de equilibrado están inmersos en proceso de búsqueda de nuevos materiales que sustituyan al tradicional plomo.
Los requisitos previos son que sea un material dúctil, que disponga de un peso específico similar al del plomo (para no incrementar el tamaño de las contrapesos), y que no sea muy susceptible a procesos de oxidación que puedan afear el conjunto de llanta y neumático, aspecto fundamental en estos tiempos de tuning y personalización.
Los primeros pasos han dado como resultado que la búsqueda se asemeja bastante a la del Santo Grial, ya que son muchos los que concurren pero pocos los elegidos. La primera criba a dado como resultado cuatro nuevos materiales: el estaño, el zinc, el plástico y el acero. Los dos últimos están prácticamente desestimados, ya que uno pesa demasiado poco y el otro se oxida demasiado.
En cuanto al zinc, dispone de menos peso específico (-25%), es muy rígido, por lo que no se puede fraccionar, y necesita de un baño de protección (plastificado) para que no se oxide. A favor, es más barato que su competidor el estaño, y ya hay algunos fabricantes de automóviles que lo han homologado para primeros equipos (VW, Opel y Daimler-Chrysler).
El estaño, por su parte, también dispone de un menor peso específico que el plomo (-25%), pero es más moldeable que el zinc y se oxida menos. En contra hay que sumar que es un material caro y no siempre disponible, ya que es susceptible de monopolio para utilización militar. (??) ???
Por el momento, ya hay propuestas de ambos materiales, aunque no hay visos de que ninguno de los dos se convierta por el momento en único o estándar. De cualquier manera, supondrá la utilización de gramajes preestablecidos, olvidando la vieja costumbre de fragmentar las piezas.
Los principales fabricantes y distribuidores ya disponen de unidades de estas nuevas contrapesas, aunque dados los plazos no se espera que lleguen a los talleres los primeros vehículos con contrapesas de este tipo hasta dentro de un año o año y medio. :
