Pues sí, todo indi6ca en que se ha acabado mi vida motera.
Hoy he vendido mi segunda Fjr1300 dando así fin a una larga vida encima de la moto y disfrutando de las carreteras por medio mundo. Empecé con 13 y ya he cumplido 63
Todo empezó en 2015 cuando en Alemania nos tiró una rusa, mandando la moto al desguace y a los moteros al hospital. Roturas de vértebras, neumotórax, unos cuantos días en la UCI por mi parte y rotura de varios dedos del pie para Fata.
Desde entonces, no se ha vuelto a montar y todo indica a que no volverá a montarse. En 2016 compré otra Fjr1300 esperando que fuera un hasta ahora por parte de Fata, pero ya van 9 años que no se asoma ni a verla en el garaje, como si tuviera la culpa la pobre.
Total, que lo que eran domingos de paseos, comer por ahí, visitar algo y volver a la tarde, se acabó. Lo que eran Semanas de Pascua visitanto a todo quisque por nuestra piel de toro, también se acabó y ya ni hablar de pasar 15 días en el extranjero en nuestras vacaciones veraniegas.
La moto se ha vuelto casi una obligación, ya que si no viene Fata, por un lado disfruto la mitad y por otro, tengo que volver a casa.
El remate, fue uno de esos domingos que saco la moto para dar una vuelta, en Picos de Europa piso una caca de vaca al salir de una curva, tamaño pizza familiar. Rueda patina, moto al suelo, motero con un dedo roto y la moto se fue contra el guardaraíl haciéndose bastante pupa. No pasaba ni Dios y tuve que levantar la moto, venir hasta Bilbao embragando con la palma de la mano (ahí me di cuenta de que algo en la mano no iba bien) y durante muchos kilómetros iba tomando la decisión que ahora comparto con todos.
Seguiré por aquí, tengo demasiados amigos moteros como para olvidarme. Disfrutaré de otro modo el motociclismo.
Hoy he vendido mi segunda Fjr1300 dando así fin a una larga vida encima de la moto y disfrutando de las carreteras por medio mundo. Empecé con 13 y ya he cumplido 63
Todo empezó en 2015 cuando en Alemania nos tiró una rusa, mandando la moto al desguace y a los moteros al hospital. Roturas de vértebras, neumotórax, unos cuantos días en la UCI por mi parte y rotura de varios dedos del pie para Fata.
Desde entonces, no se ha vuelto a montar y todo indica a que no volverá a montarse. En 2016 compré otra Fjr1300 esperando que fuera un hasta ahora por parte de Fata, pero ya van 9 años que no se asoma ni a verla en el garaje, como si tuviera la culpa la pobre.
Total, que lo que eran domingos de paseos, comer por ahí, visitar algo y volver a la tarde, se acabó. Lo que eran Semanas de Pascua visitanto a todo quisque por nuestra piel de toro, también se acabó y ya ni hablar de pasar 15 días en el extranjero en nuestras vacaciones veraniegas.
La moto se ha vuelto casi una obligación, ya que si no viene Fata, por un lado disfruto la mitad y por otro, tengo que volver a casa.
El remate, fue uno de esos domingos que saco la moto para dar una vuelta, en Picos de Europa piso una caca de vaca al salir de una curva, tamaño pizza familiar. Rueda patina, moto al suelo, motero con un dedo roto y la moto se fue contra el guardaraíl haciéndose bastante pupa. No pasaba ni Dios y tuve que levantar la moto, venir hasta Bilbao embragando con la palma de la mano (ahí me di cuenta de que algo en la mano no iba bien) y durante muchos kilómetros iba tomando la decisión que ahora comparto con todos.
Seguiré por aquí, tengo demasiados amigos moteros como para olvidarme. Disfrutaré de otro modo el motociclismo.
