Re: PINGUINOS CONCENTRACIONES O ROMERIAS
la cifra oficial era 18000 y es posible que así fuera, entre varios días.
pero el problema es que se están perdiendo las formas. Fuí por primera vez en el 93, luego en el 97 o 98 y no he faltado desde el 99.
tengo la duda del 97 o 98, por que ése sí fué un pinguinos para olvidar, el de la ventisca que nos rompió las tiendas y el barrizal de tordesillas, primera de antiguas.
a lo que voy: el negocio es lógico, pero se están pasando con algunas cosas.
está prohibido cortar encendido ( muchos lo hacen, pero está prohibido) y sin embargo, ya no hay un solo sitio en las carpas donde mantener una concersación. los 100 decibelios seguro que se superan, y lo que es peor, superan en mucho el umbral del dolor para el oido humano, y de capacidad de aguante para el que quiere salir de copas con los amigos, no a tener una embolia cerebral con los amigos.
por si ésto no bastaba, las carpas que hacen de bar también se han sumado a la moda pachanguera, y sin excepción, todo dios con la misma musica, no merece cambiar de carpa, salvo alguna que otra musica heavy.
En mi época me enorgullecía de ir a un sitio donde todo el mundo iba cocido, y era imposible discutir con nadie, todo era buen rollo. Ahora la gente va de mucho más mal rollo que antes, y casi hay que tener cuidado de que no te caigan los regalos del escenario encima, por que te quitan hasta el apellido. antes la discusión era para que se lo quedase el otro, y lo solucionabamos a base de cubatas.
Ni un triste café con leche en todo el recinto. O carajillo con la chacha incorporada ( agua de fregadero) o DOS sitios donde te ponen un brebaje infecto. el resto no saben lo que es una cafetera.
y después de llegar nevando a la concentración, pelado de frio y a veces mojado, lo que tienes a escoger es:
agua caliente con caldo
agua caliente con algo que debió ser café recolado y un extraño regusto alcohólico a algo que nadie sabe identificar.
eso por parte de la organización, los bares ofrecen:
agua con algo que debió ser café con leche antes de una mezcla en proporción 20 a 1 ( 20 litros de agua por uno de sucedáneo de café con leche en polvo)
Y donuts que llevan al raso dos días y te sirven de " mousse" para las ruedas si pinchas a la vuelta ( muy útil).
las fogatas, cada vez más cerradas, ya no hay una camaradería como la antigua, en la que la gente te podía su propio guante para calzar tu pata de cabra, y te invitaba a cubatas en su fogata hasta que te calentases los suficiente para montar la tienda. ya nadie se arrima a " fogata ajena", cada vez la cosa es más individualista.
el precio de la inscripción cada vez me parece menos, comparado con el de los chiringuitos de dentro: por veinte euros al menos, me llevo el pin, el cuenco y el vaso de cerámica, que ya tengo para tres dotes de mis hijos, de vajilla.
por 8 euros me llevo un cubata de hielo con pepsi y matarratas en plena nevada, que más bien parece que hielo de la barra caliente la bebida comparado con la que cae afuera.
Y los baños, cerrados a cal y canto cada media hora en la zona izquierda del escenario. una avería ( congelación) y demás trolas que nos quisieron contar ( ahora hay agua caliente, ahora no, ahora fregamos platos con agua caliente, ahora no te puedes duchar tú) hacen que teniendo buenos servicios, tengamos que mear en el río.
pero nunca dejaré de ir. Pinguinos es una experiencia personal e intrasferible al que luego se sumó mi familia y es mi punto de encuentro con algunos amigos que no veo el resto del año.
Sobre todo con uno, yo mismo, el chaval aquel que iba con su moto nueva allá por el 92 con unos vaqueros y una chupa de cuero, zapatillas y un cerro de cosas inútiles en unas alforjas que siempre se quemaban en los escapes al caerse por el peso y cuyo equipaje abarcaba para rellenar un camión de tres ejes, y que ayer, como hoy, llegaba lleno de ilusión a ver aquel cerro de motos raras que se reunía, cada año, en tordesillas.
hecho de menos aquella plaza porticada, pero no echo de menos aquel barrizal que me llegaba a las rodillas en la zona del frontón, ni el arenal en el que nos metían el viernes, por que la arboleda ya estaba ocupada por los clubes el jueves, ni tampoco echo de menos la pala excavadora que sacaba agua de las carpas el sábado por la mañana.
El problema de pinguinos es que vamos siempre de prestado a sitios que o se nos quedan pequeños, o no nos sirven, o son adecuados pero mal gestionados. El boecillo tenía pocos baños, y éste es ideal, pero nos cuentan milongas con las duchas y el agua caliente. El caso es que no les pongamos nunca un diez, debe ser su meta.
Y que mejoren la entrada, señores, que siempre o tardamos toda la vida en entrar, o en salir. así ¿ cómo vamos a movernos a valladolid o al pueblo de al lado, si para salir hay una carretera de un km en la que no caben dos motos en cada sentido, entre peatones, motos mal aparcadas o demasiado al centro de la carretera?
echo de menos el desfile de antorchas, antes, te podías en la cola, te daban una, y desfilabamos por el puente en la imagen más bonita que tengo de todo el mundo motociclista. Ahora hay que apuntarse y hacer aún más lenta, burocrática y prevista una operación tan simple como coger una antorcha y desfilar hasta que se apaga, o llegas a la falla.
De hecho, motivos he tenido de sobra cada año para portar una, pero tiempo, ganas de efectuar toda la nueva burocracia, y de salir por el barrizal en el que se convirtió la carretera de acceso del boecillo, de simancas o de puente duero, va a ser que no: desde tordesillas no he vuelto a portar una antorcha.
hay cosas que se pueden mejorar sin poner un duro ni más esfuerzo del que se pone. y eso nos afecta a todos, organizacion y asistentes.
echo de menos pinguinos.
Un saludo.