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Hippo nursery.
Mike Korostelev muestra a una hipopótama (Hippopotamus amphibius) y sus dos crías descansando en el lago poco profundo Kosi Bay, en el Parque Wetland iSimangaliso (Sudáfrica). El fotógrafo ha visitado a estos hipopótamos durante más de dos años, por lo que están acostumbrados al paso de su embarcación. Pasó solo 20 segundos sumergido para tomar la fotografía, porque no quería alarmar a la madre. Los hipopótamos producen una cría cada dos o tres años. Su población, de crecimiento lento, es particularmente vulnerable a la degradación del hábitat, la sequía y la caza ilegal para obtener carne y marfil de sus colmillos.
Foto: Mike Korostelev.
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Salvajismo.
En Tanzania, Dennis Stogsdill recibió una llamada por radio sobre un felino cerca del lago Ndutu. No era un serval, sino un caracal, ese mamífero carnívoro que puede alimentarse de insectos o antílopes. Lo que no sabíamos es que también pueden cazar pequeños flamencos.
Foto: Dennis Stogsdill.
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Above, Eye Level, Below.
El impresionante puente colgante de Reutte, en Austria, visto desde abajo, ofreciendo una nueva perspectiva del mismo puente y las personas que caminan sobre él.
La colorimetría de la escena crea el efecto de una imagen digna de los visuales de un videojuego antiguo.
Foto: Josien van Geffen.
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Patxi Fernández, el primer navarro en la cima del Everest.
"No veía el Everest como una cumbre a la que intentar subir, pero tras tenerlo enfrente desde la cima del Cho Oyu, lo tome como meta y fue objeto de mis sueños".
Fecha de la ascensión: 25 de septiembre de 1992.
Foto: Patxi Fernández.
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Clase de canto.
En la remota Isla de los Leones Marinos, en el archipiélago de las Malvinas, una madre pingüina parece estar dándole clases de canto a su polluelo. La escena refleja uno de los rasgos más características de los pingüinos papúa: su compleja forma de comunicarse. Cada individuo tiene un llamado único, con un tono y ritmo que actúan como una firma sonora. En medio de una colonia con miles de aves gritando a la vez, esa melodía personal permite que padres y crías se reconozcan sin error.
En un entorno tan bullicioso, saber responder a la voz correcta puede marcar la diferencia entre sobrevivir o perderse: en época de cría, las colonias son un auténtico caos. Los polluelos aprenden rápido a imitar esas señales y a usarlas tanto para reclamar comida como para advertir de un intruso. En las Malvinas se encuentra más de un tercio de la población mundial de pingüinos papúa, y la Isla de los Leones Marinos puede superar los 20.000 ejemplares durante la temporada de reproducción, entre adultos y crías.
Foto: Simon Roberts.
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Un maestro del disfraz.
Con su cabeza redonda, el plumaje erizado y esa mirada profunda, el autillo cariblanco (Ptilopsis leucotis) es un ave rapaz de aspecto muy característico. Pero detrás de esa apariencia simpática se esconde un depredador nocturno perfectamente adaptado a la vida en los bosques y sabanas africanas.
Durante el día, el autillo suele permanecer inmóvil entre las ramas, inflando su plumaje para conservar el calor. Sin embargo, cuando se siente amenazado, hace justo lo contrario: se estira, alinea las plumas y adopta una postura alargada que lo hace pasar desapercibido entre las cortezas. Esa versatilidad en su aspecto le permite sobrevivir en un entorno lleno de depredadores y demostrar que, en la naturaleza, la versatilidad es clave.
Foto: Rahul Bansal.
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Puerta al infierno, Turkmenistán.
El pozo de Darvaza, más conocido como puerta al infierno, es una antigua prospección de gas que se ubica en el desierto de Karakum. Este pozo de 69 metros de diámetro, 30 metros de profundidad y una temperatura de más de 400º se creó tras un accidente hace 50 años durante unas obras en el lugar. Unos geólogos soviéticos descubrieron una cueva subterránea llena de gas natural y, temiendo que el cráter ocasionara el escape de gases naturales peligrosos, el equipo decidió prenderle fuego. Se estimó que se extinguiría en algunos días, sin embargo, lleva medio siglo incendiado y a día de hoy se ha convertido en una atracción turística.
Foto: iStock.
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La ternura de los gigantes.
En el Parque Natural de Cabárceno, en Cantabria, una cría de hipopótamo se acurruca contra el cuerpo de su madre en una escena que destila ternura y confianza. La fotógrafa Marina Cano captó este momento íntimo en el que el pequeño, aún inseguro en su entorno, busca refugio en el cálido contacto materno. Los hipopótamos pasan la mayor parte del día en el agua y las crías suelen mantenerse pegadas a sus madres, ya sea flotando sobre su lomo o descansando bajo su protección.
A pesar de su aspecto bonachón, los hipopótamos son animales territoriales y sorprendentemente veloces, capaces de defender a sus crías con fiereza frente a cualquier amenaza. En el agua, la madre protege a su bebé de corrientes, machos dominantes y depredadores; una muestra de que, incluso entre gigantes de más de una tonelada, la ternura también encuentra su lugar.
Foto: Marina Cano.
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Preparando el nido.
Con sus largos cuellos inclinados sobre el agua, una pareja de grullas canadienses y sus polluelos parecen reflejarse en el agua como en un espejo mientras arreglan el nido. En esta imagen tomada en una reserva natural de Florida, la simetría entre padres e hijos simboliza la perfecta coordinación de una familia unida por instinto y aprendizaje.
Las grullas canadienses son célebres por sus fuertes vínculos familiares: se emparejan de por vida y colaboran estrechamente en el cuidado de sus pequeños. Los padres enseñan a sus crías no solo a buscar comida, sino también a moverse con prudencia. Los pequeños pueden caminar y nadar pocas horas después de nacer, siguiendo de inmediato a sus progenitores en busca de alimento entre los juncos y la orilla. En su reflejo compartido, la naturaleza se muestra como un retrato perfecto de ternura y equilibrio.
Foto: Russell Mav.
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Doom.
Esta es una gran foto con una expresión dramática y mística, como si hubiera sido tomada en medio de la historia evolutiva de la Tierra.
El valle que aparece en la imagen ya no existe; la lava lo ha transformado en un montículo.
Foto: Marián Kuric.

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Amanecer en la sabana.
La silueta de un topi se recorta contra el sol naciente en las llanuras africanas, como una sombra elegante que anuncia el despertar de la sabana. Su perfil parece casi un antiguo dios egipcio: recortado contra el horizonte africano, su paso solitario recuerda que incluso en los lugares más salvajes, la vida sigue un ritmo tan constante como el del sol que vuelve a salir.
El topi, uno de los antílopes más veloces del continente, combina fuerza y agilidad: puede alcanzar los 70 km/h y resistir largas carreras para escapar de depredadores. Esta especie mantiene un sistema social sorprendentemente organizado: los machos defienden pequeños territorios en zonas elevadas, desde donde vigilan el horizonte y exhiben su fuerza ante las hembras. Cuando el peligro se aproxima, emiten un resoplido característico y toda la manada, perfectamente sincronizada, emprende la huida.
Foto: Magnus Martinsson.
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Explorando lo desconocido.
Esta semana hemos explorado con Gádor Muntaner los secretos del Mar de Banda, ubicado en una de las zonas más remotas de Indonesia. Montes submarinos, volcanes dormidos, animales venenosos y un oleaje indescifrable fueron parte de una travesía imperdible.
Foto: Lucas Keller.
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Fin de semana tranquilo.
Este gibón está disfrutando de su tiempo libre, tal y como lo harás tú durante este fin de semana. La fotografía, tomada por Diana Rebman en el Parque Nacional de Cat Tien, en Vietnam.
Foto: Diana Rebman.
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El cielo teñido de verde.
En Laponia , Jesús Garrido es fotógrafo y guía de naturaleza. Esta imagen de 2024 registra el momento en el que la noche comienza a adueñarse del cielo con el efecto Russell-McPherron, habitual después del equinoccio de otoño:
"Sucede cuando los campos magnéticos de la Tierra y el Sol se alinean de tal forma que se abren grietas en el campo magnético terrestre a través de las que fluye el viento solar, generando auroras boreales más intensas", explica.
Foto: Jesús Garrido.
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Duelo al atardecer.
Dos guepardos jóvenes parecen enfrentarse en duelo en la reserva de Zimanga, en KwaZulu-Natal. Pero al contrario de lo que parece esto no es una pelea de verdad, sino una práctica esencial para afinar reflejos, medir fuerzas y reforzar el vínculo entre hermanos. Este tipo de juego cumple una función crucial: los guepardos aprenden desde jóvenes a calcular distancias y anticipar movimientos, habilidades que le servirán tanto para los duelos por las hembras o el territorio como para la caza.
Cuando el sol empezó a hundirse tras el horizonte, los dos hermanos se tumbaron de nuevo entre la hierba alta. Momentos así recuerdan que la vida salvaje no es solo lucha y supervivencia: también está hecha de ternura, de juego fraternal y de esos instantes de calma compartida antes de que caiga la noche sobre la sabana.
Foto: Tyrone Kruger.
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La cascada azul.
Chema López fue hasta uno de los lugares más remotos de Islandia hasta encontrar la cascada de Brúarárfoss, famosa por su intenso color azul como pocos cursos de agua tienen en el mundo.
"Buscaba destacar el contraste entre el azul brillante de las aguas glaciares y el oscuro paisaje volcánico que las rodea", explica la fotógrafa que utilizó un dron para esta espectacular vista aérea.
Foto: Chema López.
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