Estas cosas no tienen mayor importancia. En mi familia ha habido incluso videntes. Una hermana de mi abuela echaba las cartas (baraja española), hacía sesiones de espiritismo y demás cosas incomprensibles. No me preguntes cómo, pero acertaba tanto, tanto, que incluso gente que llevábamos como un juego (veniros un día y vamos a ver a mi tía abuela, la bruja), salía acojonadísima. Hay personajes públicos que fueron en su día a verla. Primero en la urbanización El Carambolo. Luego al lado del circuito de Cheste, junto a la rotonda de los campeones. Ahora lleva ella muerta hace años, pero os podría contar tantísimas anécdotas de predicciones suyas que no tienes más remedio que entender todo eso de los oráculos, los chamanes, los hechiceros y demás. Qué pena que la picaresca haya sacado tantísimos sinvergüenzas y cantamañanas que se hacen pasar por videntes para sacar las perras a la gente en la tele.
¿Qué hay de cierto en lo que no vemos ni podemos tocar? yo no lo sé, pero lo que está claro es que algo hay que escapa a la razón. Ya en las culturas antiguas se hablaba del aura, se pintaban a santos, vírgenes e iluminados con un halo, una especie de energía que sólo unos pocos eran capaces de ver. En todas las religiones que tienen imágenes, se ponen auras tras ellos. La imposición de manos, por ejemplo, es otra forma de esa energía. Curanderos y curanderas de toda la vida sabían curar, pero no sabían cómo. Simplemente ocurría. A mi hermana le tocó el codo una curandera. Se lo había dislocado en un golpe. Simplemente le sujetó el codo con las manos, sin masajear siquiera. Durante días tuvo aquellos dedos marcados en su brazo como si fueran una quemadura solar. Mientras se las ponía, sintió mucho calor. Le curó en media hora. Yo he ido a curanderos muchas veces. Había un curandero en Castellar Oliveral que tenía mucha fama. Bajito, arrugado, boina, sillita de enea, purito caliqueño en la boca. Tras una lesión de rugby en el hombro, con clavícula dislocada y escápula partida, no podía ni lavarme la cara. En 5 minutos de esos de "me está haciendo cosquillas y poco menos", me dijo que me la tocara. Le recordé que no podía y me dijo: ahora sí... y fue que sí. Acudí otra vez con un dolor terrible en la espalda, sin saber lo que era. Me llevó mi madre. Aquél hombre cobraba la voluntad. Entré, me puso las manos sin moverlas y me dijo: esto no es mío, es de dentro: vete a un hospital. Pues era un cólico de riñón. Por si alguno piensa que esas cosas son de España Profunda, los jugadores del Valencia también iban al Curret (el abuelo que me mandó al hospital con el cólico de riñón). Y lo sé porque un tío mío, que era el traumatólogo del Valencia, cuando no podía hacer nada más, les mandaba allí. Cuando había un lesionado en el campo, el médico que salía con abrigo y cigarrito en la boca, ese era mi tío Vicente. Mi tío murió hace como 30 años, pero sabía que había "cosas raras" que la medicina no curaba, no entendía ni podía explicar, pero funcionaban.
A lo que voy es que no le deis demasiadas vueltas. No le está pasando nada malo. Ve a su abuelo, que sabéis que está muerto. Si le reconoce como su abuelo, no le va a hacer nada malo. Ella necesita de su abuelo y él se queda. ¿cómo ocurre? no lo sé, pero hay tantos casos que sea por sugestión, por un don, por una energía o por lo que sea, le pasa a demasiada gente. Son de esas cosas que son tan increíbles que te gustaría que te pasaran para sentirlas. A mí me gustaría.