P
pe
Invitado
Lo primero es agradeceros a todos vuestra asistencia y amabilidad acompañándonos en este día que, chubascos y granizo aparte, parece haber ido tan bién. Especialmente agradecido a los que nos ayudaron en las previas y, más especialmente aún, a mis mágníficos compañeros de ruta Almudena y Tino, con los que es un lujo hacer kilómetros. También lamentar las ausencias de quienes, por diferentes problemas personales no han podido asistir este año, que sepan que les hemos echado de menos y les emplazamos para el año que viene.
Almu, Tino y yo quedamos a las 7 de la mañana, primera hora posible según las normas y a las 7:10 estábamos sacándonos la primera foto en el...
Puerto de Galapagar
Subimos por el camino más corto a la Cruz Verde donde al parar vimos a un motorista vestido de rojo y con una versys que enseguida reconocí como Gandía, un amigo valenciano que llegó el viernes para hacer la ruta en solitario para llegar a comer con otros amigos y acabarla por la tarde. A pesar de mis señales, en cuanto nos vió, salió 'echando leches' y ya no le volvimos a ver hasta Sotosalbos.
Con un día precioso, temperatura perfecta y cielo totalmente despejado hicimos....
Casillas
Mijares
y Serranillos
Los paisajes, una constante durante todo el día, estaban espectaculares, la cantidad de agua que ha recibido la tierra durante todo este invierno y primavera se notan por todos lados con colores de todo tipo e intensos olores a retama.
En el Pico ya apretaba el hambre, ya que no habíamos desayunado aún, pero por solidaridad con nuestras monturas decidimos esperar hasta que ellas también necesitaran alimento.
Seguimos para hacer los puertos que eran novedad este año.
Probando cambios estéticos en La Peña Negra
Tras 260 kilómetros, paramos a repostar en Piedrahita y aprovechamos para un café rápido, con donut incluido en mi caso.
En el Puerto de Chía, comprobamos que los parches echados recientemente habían perdido gran parte de la gravilla suelta que tenían las semanas anteriores, muy probablemente ayudados por las tormentas de los días 24 y 25. Con lo que hasta ese momento, las carreteras las estábamos encontrando muy decentes.
Tras cruzarnos con unas cuantas vacas, decidimos practicar algunos pases de pecho en el Puerto de Menga. Nunca se sabe lo que te puede ser útil.
Tras cruzar Ávila decidimos evitar la monotonía mezclando diferentes olores en El Boquerón, comprobando que el de la retama con queso no funciona.
Hicimos un 'simulacro de colada' en Arrebatacapas ignorantes de que nos iba a ser útil unos kilómetros más adelante.
En La Lancha aclaramos nuestras dudas sobre la velocidad de obturación de la cámara de Tino.
Y encontramos un raro ejemplar de trímano tetrápodo en La Cruz de Hierro.
En El León bajo un cielo amenazador, estuvimos poco finos al juzgar la posición y trayectoria de las nubes.
Y digo que poco finos porque según bajábamos a Guadarrama, se abrieron las compuertas del cielo y nos callo una manta de agua que nos caló los airflows antes de que pudieramos encontrar un sitio a cubierto donde ponernos la ropa de agua. Total que 'de perdidos al río' ni nos molestamos en ponernosla pensando que 'total enseguida deja de llover y con el sol y la velocidad nos secamos', ¡ilusos! ya no nos dejo de llover encima hasta Navafría.
Probamos a mejorar la situación colgando la ropa (y lo que no es ropa) mojada en Navacerrada, sin éxito.
Como ya era la hora decidimos parar a comer algo en Cotos.
Calados hasta lo más íntimo, comprobé las ventajas de llevar calzoncillos sintéticos en lugar de los de algodón (previsor que es uno).
Despues de comer, para evitar el frío producido por la evaporación, nos pusimos la ropa de agua sobre la mojada.
Seguía lloviendo fuerte pero algún claro nos hacía albergar esperanzas de un futuro mejor.
En Morcuera Almudena ni quería salir en la foto, aunque no perdía la sonrisa.
En Canencia ya podíamos sacar agua retorciendo los guantes.
Como en el resto del recorrido, los paisajes seguían siendo increibles, una de las ventajas del agua, que hace que compense mojarse de vez en cuando.
En Navafría la lluvia parecía remitir, ¡perfecto!
Al llegar a la carretera Segovia-Soria, nos desviamos para tomar un café (gracias por la invitación) y encontrarnos con amigos, Gandía entre ellos, que se estaban comiendo unas raciones de cochinillo en Sotosalbos, donde nos tocó preguntar para encontrarlos.
Aprovechamos el sol para tender la colada.
Tras una desacostumbradamente larga pero muy agradable parada y acompañados de Gandía y nuestros amigos kawaneros, hicimos Somosierra,
La Hiruela,
contemplamos la impresionante bajada desde el Puerto de La Puebla y
nos hicimos la última foto oficial.
Con gran júbilo por haber completado los 22 puertos y habernoslo pasado más que fenomenal.
Para ser totalmente legales, nos dirigimos hacia Puebla de la Sierra e hicimos toda la bajada hasta Robledillo y El Berrueco volviendo a Las Rozas por Colmenar. Nos acompañó Gandía que se había hecho en solitario el recorrido completo y !le había dado tiempo a atizarse una ración de cochinillo con nuestros amigos kawaneros! Un campeón.
En mi marcador había 755 kilómetros al llegar a casa para darme una ducha, recoger PC y proyector para poder ver las fotos y subir con tiempo de prepararlo todo en La Santina.
En otro mensaje de este hilo pondremos algunas fotos de la cena que, a mí, me resultó de lo más agradable.
Perdón por el royo, pero como me gustaría saber como les ha ido al resto, me veo obligado a contarlo yo antes.
Almu, Tino y yo quedamos a las 7 de la mañana, primera hora posible según las normas y a las 7:10 estábamos sacándonos la primera foto en el...
Puerto de Galapagar
Subimos por el camino más corto a la Cruz Verde donde al parar vimos a un motorista vestido de rojo y con una versys que enseguida reconocí como Gandía, un amigo valenciano que llegó el viernes para hacer la ruta en solitario para llegar a comer con otros amigos y acabarla por la tarde. A pesar de mis señales, en cuanto nos vió, salió 'echando leches' y ya no le volvimos a ver hasta Sotosalbos.
Con un día precioso, temperatura perfecta y cielo totalmente despejado hicimos....
Casillas
Mijares
y Serranillos
Los paisajes, una constante durante todo el día, estaban espectaculares, la cantidad de agua que ha recibido la tierra durante todo este invierno y primavera se notan por todos lados con colores de todo tipo e intensos olores a retama.
En el Pico ya apretaba el hambre, ya que no habíamos desayunado aún, pero por solidaridad con nuestras monturas decidimos esperar hasta que ellas también necesitaran alimento.
Seguimos para hacer los puertos que eran novedad este año.
Probando cambios estéticos en La Peña Negra
Tras 260 kilómetros, paramos a repostar en Piedrahita y aprovechamos para un café rápido, con donut incluido en mi caso.
En el Puerto de Chía, comprobamos que los parches echados recientemente habían perdido gran parte de la gravilla suelta que tenían las semanas anteriores, muy probablemente ayudados por las tormentas de los días 24 y 25. Con lo que hasta ese momento, las carreteras las estábamos encontrando muy decentes.
Tras cruzarnos con unas cuantas vacas, decidimos practicar algunos pases de pecho en el Puerto de Menga. Nunca se sabe lo que te puede ser útil.
Tras cruzar Ávila decidimos evitar la monotonía mezclando diferentes olores en El Boquerón, comprobando que el de la retama con queso no funciona.
Hicimos un 'simulacro de colada' en Arrebatacapas ignorantes de que nos iba a ser útil unos kilómetros más adelante.
En La Lancha aclaramos nuestras dudas sobre la velocidad de obturación de la cámara de Tino.
Y encontramos un raro ejemplar de trímano tetrápodo en La Cruz de Hierro.
En El León bajo un cielo amenazador, estuvimos poco finos al juzgar la posición y trayectoria de las nubes.
Y digo que poco finos porque según bajábamos a Guadarrama, se abrieron las compuertas del cielo y nos callo una manta de agua que nos caló los airflows antes de que pudieramos encontrar un sitio a cubierto donde ponernos la ropa de agua. Total que 'de perdidos al río' ni nos molestamos en ponernosla pensando que 'total enseguida deja de llover y con el sol y la velocidad nos secamos', ¡ilusos! ya no nos dejo de llover encima hasta Navafría.
Probamos a mejorar la situación colgando la ropa (y lo que no es ropa) mojada en Navacerrada, sin éxito.
Como ya era la hora decidimos parar a comer algo en Cotos.
Calados hasta lo más íntimo, comprobé las ventajas de llevar calzoncillos sintéticos en lugar de los de algodón (previsor que es uno).
Despues de comer, para evitar el frío producido por la evaporación, nos pusimos la ropa de agua sobre la mojada.
Seguía lloviendo fuerte pero algún claro nos hacía albergar esperanzas de un futuro mejor.
En Morcuera Almudena ni quería salir en la foto, aunque no perdía la sonrisa.
En Canencia ya podíamos sacar agua retorciendo los guantes.
Como en el resto del recorrido, los paisajes seguían siendo increibles, una de las ventajas del agua, que hace que compense mojarse de vez en cuando.
En Navafría la lluvia parecía remitir, ¡perfecto!
Al llegar a la carretera Segovia-Soria, nos desviamos para tomar un café (gracias por la invitación) y encontrarnos con amigos, Gandía entre ellos, que se estaban comiendo unas raciones de cochinillo en Sotosalbos, donde nos tocó preguntar para encontrarlos.
Aprovechamos el sol para tender la colada.
Tras una desacostumbradamente larga pero muy agradable parada y acompañados de Gandía y nuestros amigos kawaneros, hicimos Somosierra,
La Hiruela,
contemplamos la impresionante bajada desde el Puerto de La Puebla y
nos hicimos la última foto oficial.
Con gran júbilo por haber completado los 22 puertos y habernoslo pasado más que fenomenal.
Para ser totalmente legales, nos dirigimos hacia Puebla de la Sierra e hicimos toda la bajada hasta Robledillo y El Berrueco volviendo a Las Rozas por Colmenar. Nos acompañó Gandía que se había hecho en solitario el recorrido completo y !le había dado tiempo a atizarse una ración de cochinillo con nuestros amigos kawaneros! Un campeón.
En mi marcador había 755 kilómetros al llegar a casa para darme una ducha, recoger PC y proyector para poder ver las fotos y subir con tiempo de prepararlo todo en La Santina.
En otro mensaje de este hilo pondremos algunas fotos de la cena que, a mí, me resultó de lo más agradable.
Perdón por el royo, pero como me gustaría saber como les ha ido al resto, me veo obligado a contarlo yo antes.