El grifo de mi cocina goteaba. Ante tamaño inconveniente, llamé al trabajo, avisé de que no podía ir y dediqué cinco horas a medir la cadencia del goteo, tomado lecturas cada 10 minutos sobre un recipiente graduado que se iba llenando con la fuga. Llegué a la conclusión de que el caudal medio era de 0,153 (+-0,005) l/h. Ya teniendo este dato, me puse en contacto con el fabricante del grifo y tras contar el caso a varias personas que fueron sucesivamente atendiéndome, al final pude hacer una video-conferencia con el departamento de ingeniería que había diseñado el grifo. Me pidieron que constatase el caudal medio de la pérdida ampliando el periodo de medición, y usando unas pipetas microméticas de extraordinaria precisión que me enviaron por mensajería. Tras tres días de medidas (que me impidieron ir al trabajo, pero que no pasa nada, ya que para eso están las vacaciones), consideramos, los diseñadores del grifo y yo, modificar mi primera medición, pasando de los 0,153 (+-0,005) l/h a 0,159 (+-0,001) l/h, ya que ahora también comtemplamos una corrección teórica por el volumen evaporado que yo no había tenido en cuenta inicialmente. El departamento de ingeniería se puso manos a la obra, y después de tres semanas, me enviaron a casa una nueva junta de goma, que según ellos era 0,0019 mm más gruesa que la que inicialmente estaba montada en fábrica. También me enviaron un dosier con el despiece del grifo, la lista de aprietes dinamométricos y similares, y las herramientas especiales que iba a necesitar para realizar el desmontaje del grifo y la sustitución de la junta.
Cuando iba a ponerme al tinglado (me seguían quedando días de vacaciones, afortunadamente), sin planificación previa recibí la visita de mi abuelo. "Pasaba por el barrio", me dijo. El caso es que vió que tenía allí montado un buen follón en la cocina: planos, herramientas varias, el portátil encendido haciendo una video-conferencia simultánea con un equipo de ingenieros que desde la central de la empresa fabricante iban a seguir el procedimiento cual comité de de la NASA durante un lanzamiento espacial... Me preguntó que a qué venía todo aquel tinglado. Me llevó sólo 45 minutos explicarle todo esto que os estoy contando ahora, mostrándole las gráficas de las mediciones del caudal y todo lo demás.
Entonces fué cuando mi abuelo, de una forma inesperada, que me dejó helado y también provocó un vuelco en el corazón de mis video-confeenciantes, se acercó al grifo......... y apretó un poco más la llave.
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El grifo dejó de gotear.
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Traducción al tema de este post:
Se funde una bombilla.
En la BMW, entra de por medio la electrónica, un medidor de sobre-intensidad en un circuito, el software, el CAN-BUS, la madre que lo parió... El caso es que la moto se para (o no arranca). Hay que llamar a la grúa, y porque el tío de la grúa estuvo (muy) espabilado -que cualquier otro se limita a subir la moto al camión y punto - y tuvo la feliz idea (que es para darle un premio, la verdad) de sugerir el cambio de "cortas" a "largas". Y suena la flauta, que si no, la moto termina en la grúa y de ahí al taller durante a saber cuánto tiempo: mientras determinan el significado del código de error que emite el ordenador de diagnosis. Bueno, eso si existe código de error para un caso tan rebuscado como este, que si no, a lo mejor se empieza con el método ensayo-error (a costa del usuario, a 50 euretes la hora), empezando por la actualización del software a la versión "00.25.6-yt/w-4bis", y de ahí al cambio de la centralita, y de ahí a....
En cualquier otra marca el problema del compañero fasbmw se habría quedado en la fusión de un fusible y la bombilla fundida. Punto.
MORALEJA:
¿Electrónica, CAN-BUS, software...?: sólo lo imprescindible, gracias. Que ya son ganas de complicar las cosas. El alumbrado de la moto NO requiere semejantes "exquisiteces"... además de ser más caro, y visto lo visto, existe la posibilidad de que una bombilla fundida te deje tirado (que manda huevos), ya sea en el garaje de tu casa... o a 4.000 km de la misma.
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Vsss