Pingu
Curveando
Esta semana los amigos nos hemos llevado un sobresalto. Un compañero se ha comido un guardarraíl y parece que salva, pero tiene algo así como entre 15 y 20 fracturas. Conociendo un poco los detalles del accidente, todo apunta a que el motivo ha sido el que da título al post. ¿de verdad es tan importante no quedarse atrás? ¿TANTO? yo creo que no y creo que nos deberíamos replantear algunas cosas cuando jugamos a esos juegos de no perder al de delante. El riesgo es enorme.
En carretera NADA es más importante que nuestra propia seguridad. Y mucho menos cuando nuestras habilidades son claramente inferiores a las de los que pretendemos seguir. Si usamos las rectas para recuperar metros, pensando ingenuamente que es donde no hay peligro, la estamos cagando a base e bien. Si se van en curvas es porque andan más. No le demos más vueltas. Y si andan más, donde más se va a notar es en curvas. Si las curvas no se han acabado, no podremos alcanzarles.
Intentar recuperar en las rectas es un peligro por un montón de razones. La primera de ellas es porque nuestras frenadas serán mucho más difíciles que las de los que pretendemos alcanzar. Si no sabemos correr más en curvas, seguramente tampoco sabremos frenar muy bien. Eso nos provocará errores de precisión en la frenada, posibles derrapes y pérdidas de apoyo del tren delantero. Además unas frenadas tan a la desesperada no facilitarán mucho elegir un buen punto de inicio del giro y mucho menos mantenerlo, con lo que seguramente llegaremos a la curva pasados, mal colocados y tensos. Si no tenemos muy claro que para frenar bien necesitamos frenar nuestro cuerpo apretando las rodillas contra el depósito, cargaremos las muñecas y nuestra precisión de contramanillar para iniciar el giro será casi nula, amén de que nuestra previa dosificación de frenada será un desastre. Nos encontraremos llegando a la curva demasiado rápido, demasiado rectos, demasiado tensos. No pintará nada bien, así que seguramente en la curva perderemos más metros de lo que habíamos ganado. Nuestra trazada seguramente no llevará suficiente gas y se abrirá, perdiendo aún más velocidad y, por supuesto, metros.
¿y la idea cojonuda será correr más en la siguiente recta a ver si nos sale mejor? Por el amor de Dios... Cuando salgamos de la curva, seguramente estarán más lejos que cuando empezamos a frenar pensando que les estábamos alcanzando. Si en vez de una nueva recta nos encontramos con curvas enlazadas, salir mal de la primera curva nos pone en una situación comprometida para la segunda y si es un tramo enlazado, vamos a perder muchos metros y la tercera curva va a hacernos ver una realidad que no queremos ver: cuanto más corremos, más se nos van.
Estamos asumiendo más riesgos, forzando errores por aumentar un ritmo que ya nos viene grande, haciendo las cosas fatal, vamos estresados, no nos divertimos y no somos capaces de salir de esa loca montaña rusa de riesgos innecesarios.
Lo mejor que podemos hacer es dejar que se vayan. Son demasiado rápidos para nosotros. Adiós. Si nos esperan en el bar, son nuestros amigos, y si no, pues ya sabemos lo que son. Todos hemos pasado por eso, por lo de saber menos que otros. Y siempre habrá quien corra más. Disfrutemos, vayamos a nuestro ritmo y forcémonos poco a poco para mejorar, estando un pelo por encima de nuestras habilidades, de nuestra zona de confort, dentro de nuestro margen de seguridad. Usemos poco a poco un cachito del margen de seguridad sin salirnos de él. Asi mejoraremos día a día. Si nos comemos todo nuestro margen de seguridad puntualmente, puede no pasar nada, pero si nos lo comemos durante mucho rato, sólo falta esperar para que suceda algo malo. Y puedes pasar muchos años sin que ocurra a base de salvar sustos y apretar el culo o puede ocurrir hoy mismo. ¿de verdad vale la pena? Que yo sepa no dan premio por no perder el grupo. Vamos a dejarles ir. Poco a poco seremos capaces de seguirles el ritmo si nos damos más oportunidades para volver a casa cada día. No hace falta jugar a ciertas cosas que no nos gusta cómo pueden terminar.
En carretera NADA es más importante que nuestra propia seguridad. Y mucho menos cuando nuestras habilidades son claramente inferiores a las de los que pretendemos seguir. Si usamos las rectas para recuperar metros, pensando ingenuamente que es donde no hay peligro, la estamos cagando a base e bien. Si se van en curvas es porque andan más. No le demos más vueltas. Y si andan más, donde más se va a notar es en curvas. Si las curvas no se han acabado, no podremos alcanzarles.
Intentar recuperar en las rectas es un peligro por un montón de razones. La primera de ellas es porque nuestras frenadas serán mucho más difíciles que las de los que pretendemos alcanzar. Si no sabemos correr más en curvas, seguramente tampoco sabremos frenar muy bien. Eso nos provocará errores de precisión en la frenada, posibles derrapes y pérdidas de apoyo del tren delantero. Además unas frenadas tan a la desesperada no facilitarán mucho elegir un buen punto de inicio del giro y mucho menos mantenerlo, con lo que seguramente llegaremos a la curva pasados, mal colocados y tensos. Si no tenemos muy claro que para frenar bien necesitamos frenar nuestro cuerpo apretando las rodillas contra el depósito, cargaremos las muñecas y nuestra precisión de contramanillar para iniciar el giro será casi nula, amén de que nuestra previa dosificación de frenada será un desastre. Nos encontraremos llegando a la curva demasiado rápido, demasiado rectos, demasiado tensos. No pintará nada bien, así que seguramente en la curva perderemos más metros de lo que habíamos ganado. Nuestra trazada seguramente no llevará suficiente gas y se abrirá, perdiendo aún más velocidad y, por supuesto, metros.
¿y la idea cojonuda será correr más en la siguiente recta a ver si nos sale mejor? Por el amor de Dios... Cuando salgamos de la curva, seguramente estarán más lejos que cuando empezamos a frenar pensando que les estábamos alcanzando. Si en vez de una nueva recta nos encontramos con curvas enlazadas, salir mal de la primera curva nos pone en una situación comprometida para la segunda y si es un tramo enlazado, vamos a perder muchos metros y la tercera curva va a hacernos ver una realidad que no queremos ver: cuanto más corremos, más se nos van.
Estamos asumiendo más riesgos, forzando errores por aumentar un ritmo que ya nos viene grande, haciendo las cosas fatal, vamos estresados, no nos divertimos y no somos capaces de salir de esa loca montaña rusa de riesgos innecesarios.
Lo mejor que podemos hacer es dejar que se vayan. Son demasiado rápidos para nosotros. Adiós. Si nos esperan en el bar, son nuestros amigos, y si no, pues ya sabemos lo que son. Todos hemos pasado por eso, por lo de saber menos que otros. Y siempre habrá quien corra más. Disfrutemos, vayamos a nuestro ritmo y forcémonos poco a poco para mejorar, estando un pelo por encima de nuestras habilidades, de nuestra zona de confort, dentro de nuestro margen de seguridad. Usemos poco a poco un cachito del margen de seguridad sin salirnos de él. Asi mejoraremos día a día. Si nos comemos todo nuestro margen de seguridad puntualmente, puede no pasar nada, pero si nos lo comemos durante mucho rato, sólo falta esperar para que suceda algo malo. Y puedes pasar muchos años sin que ocurra a base de salvar sustos y apretar el culo o puede ocurrir hoy mismo. ¿de verdad vale la pena? Que yo sepa no dan premio por no perder el grupo. Vamos a dejarles ir. Poco a poco seremos capaces de seguirles el ritmo si nos damos más oportunidades para volver a casa cada día. No hace falta jugar a ciertas cosas que no nos gusta cómo pueden terminar.