Re: SECTOR MAÑO (10ºpost / 16-01-06)
Voy a soltar un pequeño rollo sobre la circulación en grupo. Lo advierto ahora porque todavía estáis a tiempo de pasar al siguiente post, así que después no os quejéis
Circular en grupo es una práctica agradable, para mí personalmente y creo que para la mayoría de vosotros, mucho más que conducir solo y uno de los alicientes de estar en este foro. También puede ser una experiencia tanto o más segura que hacerlo solo si seguimos unas normas básicas. Aunque casi todas estas normas, por no decir todas, caigan dentro de lo que se entiende por sentido común (también llamado sensatez, juicio, cordura, responsabilidad, etc.) no creo que venga mal recordar algunas. Así que he desempolvado el librillo de conducción motocicletas que me empollé para hacer el examen teórico del carnet “A” y os paso a comentar e interpretar lo que he releído, con la intención de que podamos llegar a evitar situaciones desagradables o malos entendidos, sobretodo con gente cuya conducción desconocemos o cuyo nivel, por exceso o por defecto, pueda sorprendernos, lo que en absoluto es deseable circulando a una cierta velocidad o en circunstancias comprometidas, como adelantando, tomando una curva cerrada, etc.
Las salidas en grupo requieren por ello una cierta disciplina, acuerdos claros y una organización pactada, que la mayoría de las veces asumimos de forma tácita, dejando de lado los individualismos. De este modo, poniendo el acento en la camaradería y en la solidaridad y renunciando a la competitividad, el viaje en grupo se convertirá en algo placentero y duradero. Cuando se dice viaje entendemos también salidica, salida corta, garbeo, paseo, vuelta o volteo, que siendo éstos recorridos más habituales entre nosotros, comparten con los viajes, más largos, las mismas vías, tipo de tráfico y velocidad.
El grupo no debe ser demasiado grande. Cuando el número de motocicletas que lo componen sea excesivo, dividiremos el grupo en subgrupos y fijaremos puntos de encuentro intermedios como el restaurante donde almorzar, si es conocido por todos, zonas de descanso de la carretera o pueblos que ésta atraviesa. Sólo si se trata de un hecho conocido por todos y no supone un riesgo especial para el tráfico, algún miembro del primer grupo, esperará en cruces la llegada del siguiente para indicarles el camino.
En cabeza debería ir un conductor experimentado, que sepa guiar al resto, bien porque conozca el trayecto, bien porque lleve navegador (de momento creo que ninguno). Si bien es cierto que nuestras salidas, desgraciadamente, tampoco dan para hacer útiles estos artilugios. Los demás miembros establecerán a la salida, durante los primeros kilómetros, el orden de marcha en el grupo, lo que puede obedecer, o no, a un acuerdo previo. Durante el viaje mantendremos dichos puestos,
evitando adelantamientos innecesarios entre nosotros.
Los conductores con menos experiencia, y los que lleven motocicletas de menos cilindrada, se colocarán el los primeros puestos, inmediatamente después del que encabeza el grupo.
Cerrando el grupo irá un conductor que tenga mucha experiencia y motocicleta potente.
Cuando viajemos en grupo cada uno es responsable de su modo de circular y debe valorar, por sí mismo, la situación del tráfico, tener en cuenta sus personales posibilidades y la potencia de su motocicleta. No debemos dejarnos llevar por la inercia del grupo, que puede impulsarnos a cometer graves errores, incurriendo en situaciones peligrosas, como por ejemplo adelantar secundando al compañero que nos antecede sin dejar un margen de seguridad respecto al vehículo que viene de frente. El hecho de que adelante quien nos precede, no significa que también nosotros podamos hacerlo sin peligro. Otro ejemplo de “seguidismo” podría ser el forzarnos a tomar una curva a la misma alta velocidad que otros miembros del grupo que dispongan de mayor experiencia y nivel de conducción.
No circularemos en paralelo, ni excesivamente juntos. Os recuerdo que, independientemente de la velocidad, la distancia con el vehículo que nos precede, sea moto, coche, tractor o burro, debe ser, como poco, de 2 segundos. La mejor forma es en tresbolillo, es decir formando una especie de triángulo con el anterior y el que nos sigue. De este modo obtendremos mejor visibilidad y, en caso de frenada brusca, tendremos menos posibilidades de “tragarnos” al compañero de delante.
En el interior del grupo mantendremos también una distancia de seguridad suficiente con el que nos precede y, dentro o fuera de él, evitaremos las “persecuciones”, como las de los ciclistas en circuitos de velocidad. Sí, eso existe, lo he visto últimamente (no entre miembros del grupo), quienes lo practican, auténticos gilipollas que yo llamo lameculos, creyéndose Rossis van al rebufo del que llevan delante. Posiblemente ese tipo de conducción les suponga un aliciente a esos quemadillos a quienes les aburre una conducción segura. Cuidado con ellos, adelantan en curva sin dejar margen de seguridad y son capaces de hacer cualquier pirula imprevista que les resulte excitante, como ir a pedo-burra en rectas y ponerse a tope en curvas. Con estos mejor no ir.
Ni que decir tiene que las competiciones y los piques están prohibidos en nuestras salidas. Ya sé que todo esto no está en el espíritu de ninguno de nosotros, pero conviene recordarlo por si, en el futuro, piensa apuntarse a este Sector Maño alguno que no lo tenga muy claro. De igual forma, tampoco es aconsejable que viajemos con un grupo formado por desconocidos, con los que no se haya puesto uno de acuerdo sobre las normas y la organización antes de iniciar el viaje, como poco, habiéndoles comentado
nuestro tipo de conducción tranquila, segura y no competitiva.
Cada componente del grupo debe estar atento al que le sigue, mirando con frecuencia a través del retrovisor. Cuando el que nos sigue se retrasa, aminoraremos la velocidad. Si perdemos contacto con él y no le vemos, nos detendremos a esperarlo. Si se retrasa más daremos incluso la vuelta para ir a buscarlo. Ha podido tener una avería o algo peor.
Debemos estar especialmente atentos cuando giramos en intersecciones, en travesías complicadas o zonas de curvas. Si todos nos comportamos como hemos dicho, no se deshará el grupo. Además evitaremos que ninguno tenga que acelerar “a la caza” del grupo. No obstante, si alguien pierde el contacto con el grupo, se encuentra con un cruce de carreteras y no sabe por donde tirar, esperará hasta que uno de los compañeros vuelva a buscarlo.
Cuando se viaja en grupo no es muy agradable hacer constantes interrupciones durante la marcha, pero cuando uno tiene que detenerse a repostar también habrán de hacerlo los otros. Para evitar reducir el número de paradas y estar mínimamente coordinados,
acudiremos todos a la cita con el depósito lleno. Otra máxima sería la de rellenar cuando le toque hacerlo al compañero que tenga menos autonomía, siempre y cuando pensemos que nosotros también tendremos que hacerlo antes de concluir el viaje.
Si alguno sufre una avería en su máquina o una indisposición deberá parar en el sitio que considere más seguro, poniendo los intermitentes con antelación, los warnings y haciendo señas a quienes les suceden, que detendrán la marcha, le procurarán remedio, avisarán al resto del grupo y, en caso de no poder reanudar viaje, determinarán que compañero o compañeros acompañarán al incidentado (que creo que “acompañar” viene de “compañero”)
En fin, espero no haberos dado mucho el tostón con mis vaciladas y os animo a que apuntéis vuestras ideas respecto a como os gustaría que fueran nuestras salidas en grupo (por lo negro y sobre dos ruedas, se entiende)
Vs