[quote author=Wazzup link=1190013606/0#14 date=1190059172]Al margen de situaciones puntuales o más o menos acertadas, el principal problema que hay con la policía y muy particularmente con la Policía Municipal y con la Guardia Civil, es el "mal uso" que hacen los políticos de turno -en general-, de tan nobles instituciones.
El caso es que ya hace ya mucho tiempo que el más importante cometido de la Policía Municipal, su principal razón de ser y la justificación de su existencia, ha pasado a un segundo plano. De garantes de los derechos y libertades de las personas, del ordenamiento y la convivencia en sociedad -incluido el tráfico rodado- y de nuestra seguridad en general, han pasado a convertirse, durante una buena parte de su tiempo, en recaudadores de impuestos y en instrumento de adoctrinamiento social, según el criterio político -con frecuencia discutible- imperante en cada momento.
Estoy seguro de que más de un policía lamentará el impulso que se le esta dando a esta parte de su trabajo y sin duda muchos de ellos se sentirían mejor realizando otro tipo de actividades, bastante más acordes con su formación y con el espíritu que un día les impulsó a entrar en el cuerpo. El problema es que luchar por los derechos y libertades de las personas y garantizar la seguridad de los ciudadanos implica un coste y un riesgo no siempre compensado por unas leyes adecuadas, mientras que la actividad sancionadora conlleva poco más que altos -altísimos- ingresos para la administración de turno.
Por descontado, no estoy diciendo que sancionar no sea necesario, una función más de la policía o muchas veces hasta inevitable, pero de ahí a prácticamente hacer de ello la razón de ser de estos cuerpos, creo que hay un abismo... un abismo que ya se ha cruzado. Por desgracia, la Guardia Civil esta siendo utilizada, en muchos casos, con la misma filosofía equivocada. Insisto: no se trata de que estos cuerpos no deban de sancionar, sino de que utilicen la sanción en su justa medida y sobre todo, que su actividad principal sea la de perseguir a quienes de verdad ponen en peligro la seguridad del resto de ciudadanos y la convivencia en general. Al final la sensación que uno tiene es de que se fijan más en las personas honradas -por más que a veces TODOS cometamos pequeñas infracciones o errores-, que en perseguir y hacer la vida imposible a los verdadederos DELINCUENTES y a quien hace de la transgresión de la ley su modo de vida habitual.
Algo no funciona bien y seguramente más de un polícia se sentirá tan frustrado, impotente e indignado con los políticos, como yo. Muchos lamentarán emplear la mayor parte de su tiempo en sancionar y no pocos se sentirán verdaderamente mal por ello, a la vez que desearían estar desempeñando otro tipo de cometidos. En cualquier caso, inevitablemente y a pesar de ello, al final terminan siendo cómplices y la mano ejecutora de esa forma encubierta de recaudación. Para eso, para recaudar, ya están los impuestos; y si no alcanzan para pagar todos los servicios necesarios, entonces o se prescinde de tanto servicio o se suben los impuestos -mientras se puedan pagar, claro-, pero se actúa de cara al contribuyente y con total transparencia.
Por descontado, también es muy posible que algunos pocos aprovechen las "modas al uso" para hacer una mala utilización del poder con que han sido investidos, para creer que el hecho de portar una placa significa estar por encima de los demás, o simplemente, para no dejar pasar la oportunidad de humillar a otros ciudadanos a la menor ocasión. Ese tipo de actitudes, minoritarias pero reales, constituyen un uso abusivo de la fuerza, una degradación de las instituciones a las que se pretende representar y un embrutecimiento de la sociedad en general.
Asi nos va.
... Y perdón por la acidez, pero es que con ciertos temas a uno ya le sale el humo hasta por las orejas. >
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Abrazos para todos.