Lo de levantar la rueda es totalmente indeseable. Con la rueda en el aire no tenemos dirección y éso es justo lo que menos deseamos. Si el perro es pequeño pasaremos por encima y si es grande lo golpearemos con la rueda y saldrá volando. Depende de lo mismo que depende las posibilidades de subir un bordillo alto.
Si el golpe se da con la mitad inferior de la rueda, se considera pequeño y podremos pasar por encima. Los animales son un objeto aparentemente grande, pero es blado ante el peso y dureza de una moto, así que salvo que le pisemos la cabeza, será un bache raro, pero no brusco.
Si se da de mitad de rueda para arriba, será el segundo caso y será un perro entre mediano y grande, con lo que en lugar de un "bache", sufriremos un golpe. Dependiendo si le damos en medio o en un lado, el perro saldrá despedido hacia delante, hacia arriba o hacia un lado. Si le damos en los cuartos traseros saldrá dando vueltas en el aire -siento ser tan gráfico, pero como ya lo he vivido, puedo ayudaros a imaginarlo-. En esos giros por el aire es fácil que os golpee alguna pierna o un pie. Aparte del daño que os pueda hacer, os puede sacar el pie del estribo, empeorando las posibilidades de control. La peor de todas las posibilidades es darle de pleno y que salga hacia delante. Le habremos dado en el centro, habremos absorbido la mayoría del golpe, nos habrá frenado mucho y según nuestra velocidad le volveremos a dar por el aire o le pasaremos por encima inmediatamente, con lo que estamos en las mismas que antes del golpe, pero ya despendolados e intentando recuperar el control. Pisarle la cabeza es como pisar una piedra... del tamaño que sea la cabeza.
INCISO: Por Dios, qué burrada de post me está saliendo. Ni soy tan gore ni me hace ninguna gracia hacer daño a ningún animal. Soy un gran amante de los animales y nada más lejos de mi interés, pero estamos en un foro de conducción y estamos intentando sobrevivir. Hace años ví un accidente bestial de un coche que atropelló a un perro. En su última maniobra evasiva perdió el control y se estrelló contra una farola, pero atropelló de todas formas al perro. Los dos ocupantes murieron en el acto, cosa que constaté yo mismo ya que estaba a unas decenas de metros cuando ocurrió y fui el primero en llegar. El perro murió en mis brazos casi una hora después. Estuve acariciándole hasta que dejó de respirar. Era un Schnauzer gigante precioso. Su dueño ni siquiera se acercó al ver la que había liado por llevar al perro suelto. Dobló la esquina y se fue sin siquiera ver cómo estaba su perro.
Volviendo al tema, en ambos casos -perros grandes o pequeños- tendremos un movimiento brusco de la dirección -por lo que tendremos que agarrarnos bien para no perder las manos del manillar- y casi seguro que acabaremos perdiendo, aunque sea levemente, el control de la moto. Y todo éso sin contar con el susto que te das, el daño que te puedas hacer (el perro puede impactar también con tu pierna o lastimarte las muñecas) o dónde puedas acabar tú con la moto antes de recuperar el control, si es que lo recuperas sin caerte. Evidentemente lo mejor es no atropellarlo, pero la decisión de no hacerlo no es suficiente para que no ocurra, así que cuanto mejor podamos valorar las opciones posibles, mejor podremos decidir.
A la velocidad del video, quizás porque ibas solo, quizás porque no llevabas a nadie detrás, pero aún así yo habría frenado mucho, si hubiera podido habría levantado el brazo izquierdo para avisar a quien me siguiera y habría intentado pasar a la altura del perro con la moto muy vertical variando antes la trazada para poder hacerlo y siempre con una trayectoria defensiva para evitar salirme de mi carril o, en caso de hacerlo, hacia donde más garantías tenga de que no me pase nada más. Y si se colisiona, pues ya se verá dónde acabamos el perro, la moto y yo.